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Kaia


Por alguna razón, la pelea entre esas dos se convirtió en una discusión sobre si lo más importante era el dinero o el amor. Es algo tonto si me lo preguntas.

Cada quien tiene su propia forma de pensar, pero creo que la mayoría de asesinas activas actualmente coincidirían con la contrincante. Las personas como Bianchi se toman los sentimientos muy en serio y por eso no pueden ascender en este trabajo. Es mi amiga y la respeto mucho, pero nadie puede negar que se ha quedado estancada en el rango C desde hace tiempo sin posibilidades de mejorar.

Finalmente, y como era de esperarse, Bianchi ganó. Esto solo confirma mi teoría de que Mukuro se agrupó con cualquiera que quisiera ayudarlo a escapar de la prisión sin tener ningún tipo de filtro. Después de todo, en ese lugar solo te puedes encontrar con dos clases de criminales. Los mediocres y los peligrosos. No hay punto medio.

Luego, apareció un anciano frente a nosotros junto a muchos pájaros y nos enseñó, a través de unas cámaras, que dos de las amigas de Tsuna estaban siendo seguidas por dos asesinos gemelos traídos desde la prisión italiana.

—¿Qué piensas hacerles? —habló Tsuna.

—Nada. —respondió el anciano. —Mientras ustedes hagan lo que yo diga.

—¡No jodas! —Hayato lo agarró del cuello. —¡Ellas no tienen nada que ver!

—Creo que no deberías tocarme. —habló el viejo. —No me gustaría ser el responsable de lo que le pase a tus amigas...

Hayato lo soltó.

—Bien. En primer lugar... —se acomodó en su sitio. —Quiero que todos ustedes peleen contra el Décimo Vongola. ¡Denle una paliza a ese tal Sawada o no verán a sus amigas de nuevo!

Mientras los chicos se encargaban de discutir con él por lo ridículo de sus propuestas, empecé a mover lentamente mi mano hacia la bolsa de armas que traía. Tengo unas pequeñas balas de acero. Con la fuerza necesaria, puedo matarlo.

Entonces, él rápidamente dirigió la mirada hacia mí y tuve que detenerme en el acto.

—Antes de empezar, quiero que lances todas tus armas al suelo, Águila. —me dijo. —Sé que eres escurridiza, así que tendré especial cuidado contigo.

Me quité los estuches de cuchillos y aproveché para sacar una bala. La escondí entre mis dedos discretamente.

—Ahora, pon las manos arriba. —me ordenó.

Lo hice.

—Ustedes tres pueden encargarse de golpear al Décimo. —les dijo a Hayato, Yamamoto y Bianchi.

Al final, Bianchi fue la que lo golpeó, aunque al inicio estuvo completamente reacia a la idea. El siguiente encargo consistía en apuñalarlo. Todos se negaron, pero Tsuna aceptó hacerlo por su cuenta.

Ese era el momento.

Bajé el brazo tan rápido como pude y disparé a su cabeza. Quedó incrustada en su cráneo.

Por suerte, Shamal, I pin y Lambo se encargaron de los dos asesinos. Hayato me explicó que esos dos niños podían traer a sus versiones futuras sin problemas. Esta es la primera vez que lo veo, así que estoy algo asombrada...

Reborn volvió a aparecer ante nosotros en ese momento.

—¡Reborn! —exclamó Tsuna. —¡¿Quiénes son exactamente estos tipos?!

Assassin [Katekyo Hitman Reborn]Where stories live. Discover now