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Kaia


Pasaron dos semanas desde ese incidente. Shamal venía a casa para curar mis brazos cada que podía, por lo que empezaron a mejorar rápido. Las clases siguieron normalmente y nadie en la escuela se enteró de que el incidente estaba relacionado con nosotros. Al parecer, se corrió la voz de que Hibari se encargó de todo.

Tsuna, Yamamoto, Hayato y yo aún seguimos haciendo muchas cosas juntos. El incidente solo sirvió para volvernos más unidos. También, conocí a las chicas a las que amenazó ese viejo de los pájaros. Kyoko y Haru. Son muy amables, así que nos llevamos bien.

En Italia, no había mucho tiempo para hacer amigos. Me volví cercana a Hayato porque mis primeras misiones fueron con él. Bianchi llegó después debido a su parentesco.

Los días en Japón son pacíficos. No me desagradan del todo.

—¿Y qué te parece este lugar hasta ahora? —preguntó Hayato mientras caminábamos hasta la escuela. —Sé que estás más acostumbrada a las metrópolis, pero...

—Es lindo. —respondí. —Muy tranquilo. Si no fuera porque el Décimo es de aquí, no pasaría absolutamente nada...

—¿Eso quiere decir aburrido?

Me reí.

—Lo aburrido también tiene su encanto. —dije.

Suspiré.

—Habría sido bueno nacer en un sitio como este, ¿no crees? —seguí.

Hayato me dio un gran golpe en la espalda.

—Tuvimos lo que nos tocó. —respondió y siguió caminando. —No sirve de nada lamentarse ahora.

Fui con él en silencio admirando el paisaje. Simplemente no podía quitarme de la cabeza lo afortunadas que eran las personas aquí, pero evité volver a sacar el tema.

Sé que a Hayato le molesta hablar del pasado, así que me quedé callada.

Cuando llegamos, vimos una gran multitud de personas alrededor de Yamamoto.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Es por San Valentín. —nos dijo Tsuna. Suspiró. —Yamamoto es muy popular.

—¡Gokudera! —lo llamaban desde la puerta.

—Parece que no es el único popular. —le di un codazo a Hayato para molestarlo.

Lo dejé lidiando con sus fans y fui a sentarme.

—Aquí, las chicas son las que regalan chocolate, ¿no? —pregunté a Tsuna. —En Italia, por lo general es al revés.

—¿En serio?

Asentí.

—Pues, en esta parte del mundo, San Valentín es de las chicas y el día Blanco es de los chicos. —me explicó.

—¿Y ya te dieron alguno? —pregunté.

Se deprimió. Creo que no debí decir nada...

En ese momento, vi que muchos chicos miraban en nuestra dirección seguido.

—¿Por qué miran hacia acá?

—Probablemente esperan ver si vas a entregar chocolate hoy. —suspiró. —Estoy seguro de que no les importaría aunque fuera Giri.

—¿Giri?

—Hay dos tipos de chocolate. —me explicó. —El Giri es un obsequio por compromiso y el Honmei va para la persona que te gusta.

Assassin [Katekyo Hitman Reborn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora