Assassin [Katekyo Hitman Reborn]

4

Kaia

—Oye. —me llamó Yamamoto. —Tienes buena puntería, ¿no? Gokudera me contó algo de eso.

—Sí... —respondí.

—¿No me quieres ayudar a entrenar baseball? —preguntó. —Necesito a alguien que haga de pitcher.

—¿Cómo puedes estar tan animado, Yamamoto? —habló el Décimo. —Luego de ese fiasco de examen, ya no tengo ganas de nada.

—¡Siempre hay espacio para el baseball! —exclamó. —Tú puedes recoger las pelotas, Tsuna.

—¿Baseball? —dije.

—¿No juegan eso en Italia?

—In Italia, ci piace il calcio. - respondí.

—¿Qué? —dijeron el Décimo y Yamamoto.

—"En Italia, nos gusta el fútbol". —habló Hayato. —Y deja de hablar en italiano.

—Es para que no se me olvide. —le dije riendo.

—¿Cómo se te podría olvidar tu lengua materna? —habló el Décimo.

Eso es porque no es mi lengua materna....

—Te ayudaré. —le dije a Yamamoto. —Pero, tienes que enseñarme las reglas.

En el receso, fuimos al patio. Tenían un área bien definida para este deporte. Yamamoto trajo un guante y me ubicó en una marca al centro de un cuadrado dibujado en el suelo.

—Lo único que tienes que hacer es lanzar esa pelota a esta área. —señaló a un papel con una diana dibujada pegado en la reja detrás de él. —Pero, no tienes que dejar que yo la batee. Mientras más difícil sea el tiro para mí, mejor.

Creo que ya estoy entendiendo esto.

Hibari

Estaba dando mis rondas habituales cuando vi al grupo de esa chica en el patio. Ayer, me di cuenta de que no es una herbívora del montón. Admito que está captando mi atención. No hay muchas presas dignas en esta escuela.

—¿Qué pasa, presidente? —me dijo Kusakabe. —¿Ella no es la del castigo?

Asentí.

—Aún no puedo creer que acertara en el blanco tantas veces ayer... —siguió. Él también había visto el espectáculo.

—Hasta lo hacía ver como algo fácil. —dije. Nunca antes había visto a alguien con una puntería tan buena.

Parece que van a jugar baseball. Ella es la pitcher.

En su primer tiro, hizo una curva un tanto rara, pero terminó acertando.

—Asombroso... - dijo Kusakabe.

Hasta el tipo que le batea los tiros está sorprendido.

Ella siguió lanzando y él no pudo batear ni una sola bola.

—¡Eres muy buena! ¡Hasta podrías ser profesional! —gritó el tipo que batea.

—¿En serio? —respondió.

—Ni te molestes, idiota del baseball. —habló otro de los que estaban allí. —A ella lo único que le interesa es el fútbol. Hasta solía hacerse pasar por enferma solo para ver La Liga en la televisión. No sabes cuántas veces tuve que cubrir sus salidas.