Capítulo 22:

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Al mirar el escenario mi corazón paso de estar en mi copa a mis pies, Marcel se encontraba como crucificado frente todo el mundo que aplaudían porque pensaban que era la puesta en escena, todos aplaudían como si fuera la comedia más graciosa.

Corrimos con nuestra velocidad vampírica hacia el escenario a tratar de salvar a Marcel, pero Mikael se interpuso en nuestro camino amenazando con clavarle la daga a Klaus, pero con mis poderes se la volé lejos, pero ante ese acto Mikael arrojo contra la pared a Klaus, rápidamente corrí a socorrer a Klaus. Mientras Rebekah enfrentaba a su padre pero este le clavaba un fierro en el estómago y fue a por Marcel intentando sacarle el corazón, con mis poderes intentaba manipular su mente y que se desmayara.

Apareció Elija para ayudarme con Klaus, la pérdida del bebé la noche pasada me había dejado bastante agotada hasta de energía mágica por así decirlo.

-No podemos ayudar a Marcel –nos dijo Elijah ayudándome a mantener en pie a Klaus-. Debemos huir.

Mientras huíamos, Mikael quemo todo hasta los cimientos, lo que nos llevó a pensar que Marcel también había muerto esa noche. Pero no solo Marcel murió esa noche, sino también lo humano que se vislumbraba en Klaus, cambio mucho después de Nueva Orleans y el saber ahora que todo fue culpa de Rebekah y Marcel, por su egoísmo.

Recuerdo como mientras huíamos ese horrible hombre nos perseguía a los gritos, Klaus se encontraba cargando a una herida Rebekah.

-Dejen de huir, niños –gritaba siguiendo nuestros pasos-. Salgan de las sombras para que podamos terminar con este cuento de tristeza.

-Ya viene –comente cuando paramos para descansar un momento, Elijah rompió un banco para obtener estacas y Klaus mordió su muñeca para ayudar a su hermana a recuperar fuerzas.

-Bebe, hermana –le ofrecía Klaus a Rebekah. Yo me plante frente a ellos, lista para protegerlos de Mikael, era a la única persona que no podía tocar de todo este grupo de ahora perdedores.

-Marcel –lo llamaba Rebekah cuando recobro la conciencia, todos lo creíamos muerto.

-Ha muerto, hermana –le contesto Elijah y pudimos escuchar los gritos y la explosión que seguramente provenía de la ópera.

-No, no –se comenzaba a lamentar, verdaderamente en ese entonces me dio lastima, ella perdía a su amado yo en dos días perdía dos hijos. Ahora en retrospectiva era una perra traicionera al igual que Marcel.

-Ustedes tres tienen que huir de la ciudad –les indique controlándome para no llorar, Elijah me miro dudoso, Maccio había ido a Rusia a llevar lo que hubiera sido nuestro hijo y no tenía mucha energía como para enfrentarlo, pero aun así podía-. Yo lo retendré Klaus.

-No –me contradijo parándose y ayudando a parar a Rebekah-. Peleamos contra él juntos.

-No pueden pelear contra el Klaus –me plante ante los hermanos originales-. Todo lo que pueden hacer es lo que han hecho siempre, le engañaremos, eso lo confundirá. Váyanse bien lejos de aquí. Los seguiré.

-Yo me quedare a ayudarte –acepto Elijah, de los tres era el menos herido.

-No, Elijah, no puedes, no puedes, Elijah –solamente lloraba Rebekah y en ese momento confesaba, pero nadie lo podía ver, nunca pudimos ver la verdad detrás de la tierna y dulce Rebekah-. Esto es... esto es todo es mi culpa.

-No, es mi culpa, Rebekah –buscaba calmarla Klaus-. Lo siento, lo siento mucho –luego Klaus me miro a mí, me acerque y tome su mano-. Te amo, pensé que aquí habíamos encontrado un hogar.

-También te amo Niklaus, pero por favor te amo vivo, debes huir –le rogué dándole un último apretón a su mano para luego soltarla.

Y así lo hicimos, enfrentamos a Mikael dándoles ventaja a Klaus y Rebekah, luego los siguió Elijah, pero yo, yo ya había perdido mucho como para seguirlos esta vez, así que simplemente volví a casa con el corazón roto.

Volviendo al presente y al descubierto de la traición de Rebekah había dos posibilidades, Klaus le clavaria una daga o la perdonaría. Pero cuando vague por su mente vi que tenía una estaca de roble escondida, así que la daga seguramente ya no era una posibilidad, o también conociendo bien a Klaus el no mataría a su dulce hermanita, y conociendo cuan dramático era mi amado híbrido, seguramente la perseguiría para hacerla sufrir lo que él sufrió y luego la desterraría bajo mi recomendación.

Cuando me proyecte a donde se encontraba Klaus pude notar que estábamos todos en el cementerio, perfecto.

-Aléjate de ella –le grito Klaus a Elijah con la estaca en su mano-. Es mía.

Elijah mostro sus dientes y se preparó para luchar con su hermano, para así poder salvar a la traicionera de Rebekah, en su mano tenía ese maldito cuchillo que cuando ponga mis manos sobre él lo convertiré en polvo.

Rebekah y Elija huyeron, pero podía sentir el hechizo, ellos no podían salir del cementerio, brujas inteligentes, dejar que los originales se maten entre ellos.

-Klaus –llame su atención, él se giró y me miro sorprendido, cuando llego cerca mío trato de tocarme, pero claramente acaricio aire-, me estoy proyectando. Recuerda que leo tu mente y te apoyo en esto –le susurre esto último-. Mis padres me tienen cautiva no sé hasta cuándo pero vamos a buscar a esa pequeña traidor...

Abrí los ojos y ahí estaba, mi padre cortando cualquier proyección que pudiera hacer.

-Gracias por eso –le dije colocando mi mano en mi pecho, me había dolido en el alma el ser arrastrada así.

-Te enseñamos mejor Larissa –comento mi padre mirándome con decepción.

-Ustedes no me enseñaron mejor, lo único que se arrepienten es que no me fije en el hermano que ustedes querían que lo hiciera –retruque levantándome del suelo. Todos en esta familia sabíamos muy bien que en aquella fiesta mis padres morían porque me enamorara del elegante y justo Elijah.

Buenoo... ayer me olvide de subir capitulo estamos a martes, este es el ultimo capitulo que me quedaba en borrador, pero no se preocupen porque una pequeña y grande genia me susurro una idea... Así que el miércoles en la noche seguramente la estaré escribiendo. Cuídense y comentenme como les esta yendo con el tema de la cuarentena

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúWhere stories live. Discover now