The middle of the chaos. [TMC#1]

Capítulo 45

Salgo de la cafetería con mucha prisa y prácticamente corro hasta casa porque en una hora y media debo estar en la inauguración de Kian y aún tengo que ducharme, prepararme y llegar al local. Una vez dentro de mi hogar, me quito la ropa y entro al baño mientras pongo la música a todo volumen. En diez minutos estoy fuera del agua y seca, me maquillo, me peino y tras preparar todo me visto¹ ya que quería esperar al último momento. Cuando estoy lista, pido un Uber y bajo a esperarlo al portal del edificio.

Creo que estoy demasiado nerviosa y entusiasmada a la vez, es decir, ¡es la inauguración del local de Kian! Nos dijo que habría una celebración con cena y una pequeña fiesta y luego me propuso que me fuese a dormir con él. Sinceramente, no se si estoy más nerviosa por el evento o por la segunda parte de la noche. Pero no os miento cuando digo que estoy super orgullosa de que lo haya logrado y de, aunque sea, haber formado parte de algunos momentos.

Cuando conocí a Kian recuerdo que pensé lo peor de él, aquel día que lo vi mirándome en la discoteca sentí miedo de pensar que podría hacerme algo, luego tuvimos algún encuentro más y es que el mundo, de vez en cuando, es un pañuelo. Aquella noche cuando casi me muero por la arritmia que tuve, fue él quien mantuvo la calma y la transmitió a todos, quien supo que hacer y esperó hasta que me encontré bien. La primera noche, las pelis que vimos, los viajes que barajamos hacer, los planes que teníamos y un millón de cosas que hicimos. Y ahora ha logrado aquel sueño que empezó rondando su mente, ha creado su propio local de tatuajes y es la persona mas feliz del mundo.

—Señorita, hemos llegado —me indica el conductor mirándome a través del retrovisor.

Le sonrío y, tras pagar y agradecerle, bajo del vehículo. En la puerta veo a Andrew con vestido con un traje azul marino, una camisa blanca y lleva el pelo despeinado pero de manera que le da un toque atractivo. A su lado, mi mejor amiga hecha toda una diosa, ese vestido² que le queda como anillo al dedo, el maquillaje sencillo pero precioso y su pelo negro hecho tirabuzones.

Me acerco a ellos y los saludo aunque el ambiente se torna tenso con Andrew y decide irse ha hablar con no se quién. Aún no hemos arreglado las cosas desde aquella vez que lo eché de mi casa, solo han pasado unos cuantos días, una semana casi pero es rara la sensación que tengo y, la verdad, solo quiero tenerlo cerca de nuevo. He pensado en disculparme y he decidido hacerlo, pero aún no se muy bien como.

—¿No has hablado con él? —pregunta Dani mirándolo.

—No se como hacerlo... Yo... Hay algo que no os he dicho...

—¿Qué pasa, Gin? ¿Está todo bien? —me pregunta preocupada.

—Sí, sí, solo tengo algo que deciros...

—Hola, chicas —dice Izan apareciendo junto a nosotras.

—Hola, guapo —digo.

Hablamos de cualquier cosa y nos ponemos al día. Desde que volví tras la muerte de mi madre, mi relación con los chicos no ha sido tan estrecha como antes. Cuando se hace la hora, un guapísimo Kian abre las puertas de cristal desde dentro invitándonos, a todos los que esperamos fuera, a entrar. Algunos pasan sin siquiera dirigirle la palabra y otros se paran a hablar con él. Todos nosotros (Izan, Blake, Andrew, Blake, Danielle y yo) lo abrazamos y le damos la enhorabuena junto a algunas bromas.

Al entrar quedo fascinada mirándolo todo, ha decorado todo de una forma moderna, basándose en el blanco y negro. Un suelo de azulejos, fotos y decoración básica pero elegante con algunas cosas en dorado. Se divide por zonas, en la de peluquería unos grandes espejos iluminados frente a unas sillas de cuero negras y en una de las paredes veo una foto que le hicede su espalda. Sonrío sin poder evitarlo y se me desboca el corazón de solo pensar que ha tenido el detalle de recordar esa foto y de sentirse lo suficientemente identificado con ella como para ponerla en su negocio.

Cuando todos estamos dentro, se acerca a una pequeña tarima con un micrófono haciendo que todos guardemos silencio.

—Bueno, para empezar, buenas noches a todas las personas que habéis venido. Como muchos sabréis, los discursos nunca fueron lo mío y hablar en público me pone muy nervioso pero... —dice hablando rápido— pero solo quería agradeceros a todos haber hecho esto posible. Este sitio tiene un poco de todos vosotros porque, al fin y al cabo es parte de mí. Me encantaría enumerar a cada persona que me ha ayudado con este gran proyecto pero creo que no acabaríamos esta noche —comenta divertido haciendo que todos soltemos una risita— pero bueno, solo quiero decir que muchas gracias por venir, por el apoyo, por la ayuda o por simplemente estar en mi vida. Disfrutad todos de la noche.

Tras terminar de hablar, la gente aplaude y nosotros nos encargamos de gritarle cosas del estilo de "qué culo", "guapo", etc. Se acerca a nosotros, sonriente y sin saber muy bien porqué salto a sus brazos enroscando los míos en su cuello.

—Has puesto la foto que hice —susurro con una sonrisa.

—Quería sentirte cerca por si no volvías y ahora que has vuelto no la quiero quitar.

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2.