The middle of the chaos. [TMC#1]

Capítulo 7

Llego a casa y veo a mi hermano y a los otros cuatro en el sofá. Casi podrían empadronarse aquí y ya está.

—¿De dónde vienes? —pregunta Max.

—De casa de Danielle, he ido a ayudarla.

—¿Está bien? ¿Qué ha pasado? —me pregunta preocupado.

—Nada malo, solo necesitaba ayuda con una cosa.

—Está bien, tienes pizza en la cocina.

—Ya cenaré luego —digo yendo a mi cuarto.

Decido meterme en Instagram y ver como la gente hace su vida. Cuando me canso, veo videos de cosas triviales como perritos, comida o maquillaje, después salgo de la aplicación y decido llamar a mi amiga para ver qué tal le ha ido. Me descuelga enseguida y me empieza a contar con lujo de detalles todo menos cuando se han metido mano ya que eso lo puede evitar. No me interesa en absoluto saber cuantos dedos le ha metido. Cuando me termina de contar todo, decido decirle que he estado con K y unos amigos suyos, a lo que ella me contesta enfadada que deje de verle, pero sabe que no lo haré.

Cuando colgamos el teléfono, salgo de mi cuarto y me siento en el sofá junto a los cinco chicos. De pronto, unas ganas terribles de salir de casa y meterme en algun bar o pub aparecen de la nada.

—¿Salimos? —pregunto.

—¿Mañana no tienes clase? —me dice mi hermano.

—Sí, pero me han dicho que hay todo el día de recuperaciones y yo ya he hecho las que tenía que hacer —miento. Realmente tengo que hacer dos pero ya las haré.

—¿Cuántas? —me pregunta Nathaniel curioso.

—Eres un puto cotilla —lo acusa West.

—Bueno, pero ahora a mi me pica la curiosidad también —lo defiende Drake.

—Cuatro, creo que eran —digo.

—¿Cuántas has recuperado? —me pregunta mi hermano serio.

—Aun no lo se. Pero bueno, ¿salimos o no?

—Pero de tranquis, sin acabar borrachos —dice Max y yo doy palmitas de la emoción.

—Voy a prepararme —digo.

Voy a mi cuarto y busco algo que ponerme, me visto¹ y me maquillo con un eyeliner largo y negro, una sombra nude, máscara de pestañas, base, colorete y un labial granate.

Cojo lo indispensable y salgo de mi cuarto, en el salón están los cinco esperándome.

—Joder —dice Oliver

—Max... —dice West pero Max lo interrumpe.

—No lo digas y menos aún lo hagas.

Empiezo a reírme y le guiño un ojo sin que mi hermano se de cuenta. Cuando todos están listos, salimos de casa.

(...)

—Pone un vodka con limón —le digo al chico de la barra entregándole el dinero.

Cuando pone mi bebida frente a mí, sonrío como agradecimiento y él va a atender a mas gente. Cuando me la acabo, veo a West bailando con una chica y decido ir a la pista de baile. Poco después, noto unas manos en mi cintura, giro la cabeza y veo a Drake.

—Que tu hermano no se entere —me dice al oído.

Bailo con él pegado, sus manos recorren mi cuerpo. Me giro quedamdo cara a cara y sus manos se ponen cerca de mi culo. Paso mis brazos por su cuello y miro sus labios.

Joder, que ganas de follármelo.

Instintivamente muerdo mi labio y él me pega más haciendo que notar su miembro.

—No hagas eso —me dice muy cerca de mi boca.

Lo beso con ganas y deseo, él me corresponde, su lengua se enrolla con la mía y casi se puede decir que nos devoramos. Sus manos viajan a mi culo y las mías se enredan en su pelo.

—Vámonos a un baño —le susurro entre besos.

Tiro de él hasta donde están, nos metemos en un cubículo y me coge por la cintura con la espalda pegada a la pared. Enrollo mis piernas alrededor suya y él me toca los pechos metiendo la mano por mi escote. Le beso el cuello, lo lamo y lo succiono. Él empieza a meter la mano por dentro de mi vestido y acaricia mi centro.

—Joder, nena, que mojada estás... —susurra tocándome.

—No pares —digo en un gemido.

Saco su miembro del pantalón y lo masturbo, nuestros gemidos se mezclan y ambos llegamos al orgasmo entre besos. Saca un condón de su pantalón y se lo pone, me mira y me la mete de golpe.

—Oh, sí, joder —gimo.

—Mírame —me pide en un gemido y yo obedezco.

Me embiste mientras nos miramos a los ojos y gemimos. Nuestros movimientos se compenetran de una manera increíble haciéndonos sentir de una manera genial. Sus manos me recorren el cuerpo entero, me besa el cuello, me deja marcada. Al final ambos llegamos al orgasmo casi a la vez y sale de mi sin dejar de besarnos.

—Que nadie se entere —digo poniendome bien el vestido.

Salgo del baño tras arreglarme un poco el pelo y volver a pintarme los labios. Voy a la barra y pido un vaso de vodka solo.

—Ey, te estaba buscando —dice un chico poniéndose a mi lado.

—Perdona, ¿tú eres? —le digo seca y con prepotencia.

—Te he visto antes bailando pero ha llegado un chico y te has ido.

—Me he ido, como voy a hacer ahora. Venga, ciao.

Vuelvo a la pista de baile y desde allí veo a mi hermano besándose con una chica. Me giro cuando noto una presencia detras de mi cogiendome por el brazo.

—¿Quién coño eres? —digo al ver a un chaval que no conozco de nada.

—Nada, me voy, me he equivocado —dice nervioso y se pierde entre la gente.

¿Qué coño?

Salgo del local a que me de el aire, cojo un cigarro y lo prendo. No entiendo nada ¿Quién era ese tío?

—Ey —dice West enfrente de mi.

—Hola.

—¿Fumas? —pregunta señalando el cigarro con la cabeza.

—Solo cuando me estreso —miento.

—¿Quieres que busque a Max? —me pregunta.

—No, da igual.

—Está bien, pero tira eso.

Él se va, vuelve dentro del recinto y yo decido quedarme fuera un par de minutos más terminando mi cigarro. Al rato noto una mirada fija en mi y, al girarme, veo al desconocido de la otra noche y el de casa de Matthew parado en la puerta. Al pillarlo, vuelve dentro del bar y yo entro tras él dispuesta a preguntarle qué coño miraba pero, una vez dentro me doy cuenta de que se ha metido entre la gente y es imposible encontrarlo.

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