Capítulo 15

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—¿Tú?

—¿Nos conocemos? Igual sí, sinceramente no me acuerdo, no suelo repetir —me dice él.

—No soy una de tus chicas —digo asqueada.

—Ya decía yo que no follo con niñas de doce años —dice escaneándome.

—Te he visto en sitios, en una discoteca un día que estaba sola, en casa de un amigo, en otro club... ¿Me estás siguiendo? ¿Vas a violarme?

—Estás demente —hace una pausa y me mira a los ojos de una manera que un escalofrío me recorre— o colocada. Deberías ir a casa, algún malo podría ofrecerte caramelos —se burla.

—¿Te crees mucho mas mayor que yo? Solo eres un gilipollas —digo.

—Mira, niña, a mi no me insultes —dice acercándose a mi intentando intimidarme.

—Mira, campeón, a mi no me amenaces...

—Ya me acuerdo, sí te he visto. Eres la que si no llego a aparecer se folla a Matthew en el pasillo —dice.

—Si tú no follas no es culpa mía, cariño. Ya aparecerá alguien suficientemente desesperada como para conformarse contigo.

—Ya quisieras tú un polvo conmigo, niña. Una pena que no lo haga con menores —dice recorriendome con la mirada otra vez.

—Vaya pervertido —susurro—. Mejor me voy.

—Papá debe estar preocupado por su niñita —dice con burla, otra vez.

—No, pero la niñita —digo remarcando la última palabra— no quiere quedarse con un pervertido gilipollas —continuo para luego seguir andando.

—De nada por salvarte la vida, cría.

Sigo mi camino mostrándole mi dedo corazón y oigo como se ríe. Gilipollas. Camino hasta casa, creo que no continuo bajo los efectos así que una vez en la puerta entro encontrándome con algo que me sorprende bastante. Mi hermano en boxer acurrucado con Emily quien lleva su camiseta, ambos dormidos en el sofá. No me malinterpreteis pero la polla de mi hermano no me interesa verla.

Entro a mi cuarto y me dejo caer en la cama. Pongo la alarma en el móvil para despertarme mañana y tras quitarme las lentillas, el maquillaje, cambiarme de ropa y hacerme una coleta, me acuesto a dormir.

(...)

—Max, arriba, me dijiste que me acompañarías... —insisto por, igual, novena vez.

—Voy... —al final consigo que se levante de la cama y se prepare.

Cuando por fin consigo que salgamos de casa, vamos hasta el local de tatuajes y piercings. Aparcamos el coche lo más cerca que podemos y yo salgo de éste nerviosa e ilusionada, Max no para de burlarse de mi por ello.

—Dicen que duele mucho —dice.

—Pero queda súper bien —digo yo de vuelta.

Al entrar en la tienda un chivo de la edad de mi hermano nos atiende. Me ha hecho algún que otro agujero pero nunca ha sido de muchas palabras.

—¿Tenéis hora?

—Sí, a las doce y cuarto, Ginger.

—Está bien, pasa a la segunda habitación a la izquiera —me dice y se va.

—Que agradable —susurra irónicamente mi hermano una vez dentro.

—Hola —saluda Jane, una trabajadora de aquí. Que guapa es la cabrona.

—Hola —decimos a la vez Max y yo.

—Te vas a hacer el septum, ¿no? —me dice y asiento con la cabeza ilusionada mientras mi hermano rueda los ojos.

—Madre mía, lleva así todo el día...

—A ver, te va a doler un poco, luego te lo tienes que curar durante treinta días con una cosa que te diré después. No se te ocurra quitártelo hasta que pasen veinte días —indica ella.

—Entendido —digo.

—Más te vale —me dice mi hermano.

—Bien, ¿preparada? —me pregunta y asiento cogiendo la mano de Max.

Desinfecta la zona y tras coger lo necesario me agujerea la nariz. Aprieto la mano de Max con fuerza por el dolor y cierro los ojos con fuerza para no dejar que se salgan las lágrimas, aunque aún así se salen algunas. Segundos después, noto como me pone el arete y tras poner las dos bolitas me dice que está listo.

—Te queda muy bien —me dice ella.

—A mi también me gusta —habla esta vez Max.

Saco el móvil de mi bolsillo y poniendo la cámara me veo. Me gusta.

—Me encanta. Gracias —digo sonriente a Jane y ella me sonríe.

—Salimos y te pago —le dice mi hermano.

Los tres salimos de la habitación y tras pagar, salimos del local.

Mi hermano se acerca a comprar no se qué a un supermercado cercano y yo decido esperarlo apoyada en el coche. Le mando una foto a Danielle del piercing y me dice que le encanta, no se porqué no me sorprende, quizá porque fue ella quien me dio la idea de hacérmelo. Decido abrir el grupo de WhatsApp en el que estamos todos (Adam, Michelle, Danielle, Jake, etc) y veo que han hecho plan para mañana por lo que decido apuntarme, todos se sorprenden y empiezan a hacer comentarios mientras que el único que no contesta es Jake. Suspiro decepcionada y me molesto en hacer como si nada cuando Max aparece de nuevo.

(...)

Mattt
Te apetece quedar? Si quieres ir a tomar un café, una cerveza o venirte a mi casa, lo que quieras.
16:23

En un rato estoy en tu casa jeje
16:23

Me levanto de la cama y busco algo para ponerme. Tras un par de minutos frente al armario me decido¹ y tras vestirme, maquillarme y peinarme salgo de casa cogiendo las llaves, una chaqueta que abrigue, el móvil y los cascos. Decido ir andando para pensar un rato y al final, sin saber muy bien como, llego a casa de Matt. Llamo al timbre y este me abre la puerta en unos pantalones cortos de chándal y su torso desnudo.

—Hey —digo sonriente dandole un beso en la comisura de los labios.

—Hola, enana —dice cerrando la puerta cuando paso.

Dejo mi chaqueta por ahí y nos sentamos en el sofá acurrucados, mi cabeza apoyada en su pecho y él acariciándome el pelo. Ponemos una película de netflix y la vemos en la misma posición. Cuando acabamos, lo miro hasta que su mirada conecta con la mía y acortamos la poca distancia que hay entre nosotros. Nos besamos con ganas y pasión, me levanta y me sienta sobre él mientras sus manos se posan en mi culo apretandolo por dentro del pantalón para luego quitarmelo. Le beso el cuello hasta marcarlo y justo cuando voy a quitarle los pantalones, llaman al timbre.

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1.

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The middle of the chaos. [TMC#1] Where stories live. Discover now