Capítulo 1

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Noto como hace efecto en mi, bailo sensualmente en la pista de baile con un chico que no conozco. Él empieza a besarme y, visto hacia donde se dirige esto, me alejo de él y me voy a la barra.

—Ey, ponme una de vodka, por fa —le digo al camarero.

Él me sonríe y me prepara el vaso al que le doy un trago. Diría que me pica el paso de la bebida bajando por mi garganta pero a estas alturas ya no lo noto.

—Creo que tu novio te busca —me dice preparando una mezcla y mirando detras de mi.

Me giro y veo a un chico que no conozco mirandome fijamente. Es alto, musculoso, un puto armario, puedo ver que tiene muchos tatuajes y algun piercing, los ojos azules me observan con una mirada gélida y analizadora, sería capaz de incluso decir que su mirada me intimida y más con el hecho de que no lo he visto en mi vida.

—No he visto a ese hombre en mi vida —le digo pegando un trago a mi bebida.

Decido salir a tomar el aire y fumar. Me siento en un bordillo, lío un cigarro y lo enciendo ¿Qué coño estoy haciendo? Me paso las manos por la cabeza y miro mi móvil. Llamadas perdidas, mensajes, notificaciones de Instagram. Hora: 04:38.

—Perdona, ¿tienes fuego? —me pregunta una chica.

—Uhm sí, claro —le digo extendiendo mi mano con el mechero, ella enciendo su cigarro y me lo devuelve.

—Gracias ¿Estás sola? —me dice.

—Sí.

—¿Me puedo sentar? —pregunta y asiento con la cabeza— Me llamo Renee.

—Ginger.

Y es ahí cuando la miro bien, es mas alta que yo (aunque eso tampoco es difícil), con el pelo oscuro, largo casi por el culo, labios carnosos y ojos marrones, lleva un vestido negro ajustado y corto, unos aros grandes y puedo observar diversidad de pendientes. Digamos que tiene un rollazo.

Nos sentamos y empezamos a hablar, intercambiamos números de teléfono y luego volvemos a entrar en la discoteca. Bailamos pegadas sensualmente.

Salimos de la discoteca y le propongo ir a mi casa para continuar lo que hemos empezado pero me dice que debe volver a casa, que su hermano la matará. Nos despedimos y, tras eso, cada una sigue su camino.

Al llegar a mi casa, me quito la ropa quedandome solo en la parte inferior de mi ropa interior. Me lio un porro y me tumbo en el sofá, cuando me lo acabo, pongo el móvil a cargar y me duermo.

—Arriba, venga —me dice mi mejor amiga despertándome.

—¿Qué hora es? —pregunto.

—Cinco y veinte pasadas. Tienes médico en media hora —me recuerda.

—No me jodas, no voy a ir —le digo.

—Oh si que vas, como que te voy a llevar yo.

Me obliga a levantarme y a ducharme mientras yo solo pienso en como me va a explotar la cabeza. Me visto con lo primero que pillo y, a empujones, me subo al coche.

—Deja de ser tan cría, si te pones hasta el culo, ahora apechugas —me dice enfadada.

—No eres mi madre.

—Y menos mal.

Llegamos al hospital y tras pasar por recepción y esperar a que me llamen, entro en la consulta. Al entrar veo que en vez de mi médico está un chico que no tendrá mas de 25 años.

—¿Tú quién eres?

—Su médico, el Dr. West ha solicitado una baja y hasta su regreso yo seré quién controle su salud —me dice.

The middle of the chaos. [TMC#1] Where stories live. Discover now