Capítulo 4

7.3K 253 0
                                    

Veo a Jake entrar por mi ventana y, tras saludarlo con un beso, pongo el pestillo a la puerta de mi cuarto. Al moverme rapido me mareo debido a que aun sigo bajo los efectos de la cocaína así que me apoyo en la pared.

—¿Estás bien? —me pregunta tumbado en mi cama.

Sip, ¿por?

—Te noto rara, activa y ahora te mareas —dice preocupado.

Me tumbo a su lado y me rodea con su brazo, me da un beso en la cabeza y yo apoyo mi cabeza en su pecho.

—No me apetece follar —me dice.

—Me gusta estar así —le digo mientras le hago caricias por el brazo.

Me levanta la cabeza apoyando su dedo en mi barbilla y yo cierro los ojos, no quiero que vea mis pupilas.

—Abre los ojos —me dice serio.

Intento que me suelte la cabeza pero no puedo.

—Ginger, dime que no vas colocada...

—No.

—Entonces abre los ojos.

Abro los ojos y al mirarlos cierra los suyos y respola.

—Ginger...

Antes de que pueda seguir hablando le interrumpo:

—No ha sido nada, no le des importancia, solo ha sido un nevadito.

—Deja de meterte mierda, por favor, no te hundas.

—Tú lo haces y no pasa nada —le digo seca.

—Yo no tengo diecinueve años, no me jodas. Te he dicho que lo dejes. El día que te de un infarto o te falle el puto corazón, entonces dirás: "oh, Jake tenía razón" —me dice poniéndose en pie, yo me siento en la orilla de la cama mirándolo.

—¿Te crees que eres mi padre? ¿Te crees que el simple hecho de que follemos te da puto derecho a decirme que hago y dejo de hacer? Jake, tú y yo no somos nada y menos somos algo que te permita ponerte así porque yo decida vivir mi vida.

Conforme voy hablando veo como cambia su cara va cambiando y al terminar se lo dolido que está. Sin decir nada más sale de mi cuarto por donde ha venido y lo pierdo de vista.

Joder, me he pasado.

Me tiro en la cama boca abajo, y sin quererlo, las lagrimas salen de mis ojos.

No se que cojones siento por él, no se que somos, ni que estamos sacando de nuestros encuentros. No se que siente, ni que le aporto, ni que espera de mi. Solo se que a veces es ese rayo de sol en medio de toda la oscuridad, que me encanta que me pique, que se preocupe y que me haga reir, me encanta cuando me dice de vernos o sus abrazos envolviendome como el primer día y, joder, no me gusta nada toda esta puta mierda que siento.

(...)

—Ginger, arriba, es tarde... —oigo una voz lejana cuando me voy despertando.

—¿Qué hora es? —pregunto abriendo un ojo.

—Son las diez y media —me dice mi hermano dulcemente.

—Entonces es pronto —digo girandome para darle la espalda.

—Gin, tendrías que estar en clase.

JO-DER

—Mierda, Max, joder —digo alterada.

—Calma, chica, hoy no irás. He supuesto que no estarías para ir a clase hoy.

—¿Lo oíste? —pregunto esperando que diga que no.

The middle of the chaos. [TMC#1] Where stories live. Discover now