En las sombras de un mundo devastado, surge una crónica electrizante, envuelta en los susurros del fin de los tiempos: la saga SURREAL. Sus páginas encierran un amor que desafía la desolación, el romance pos-apocalíptico que susurra entre ruinas y e...
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Las dos de la madrugada marcaban el reloj y, aun así, el sueño le era esquivo a Taehyung. Su mente estaba presa de una tormenta de pensamientos, reviviendo una y otra vez los momentos compartidos con Jungkook. Se esperaba un atisbo de culpa, al menos una brizna de remordimiento. Pero en su lugar, un malestar difuso lo invadía; la sensación de haber traicionado la confianza de su amigo era abrumadora, sin mencionar la fidelidad a los sentimientos que reservaba para Jimin. Aquello era un entramado de errores y malas decisiones.
Con la frustración marcando cada línea de su rostro, se encontraba recostado observando el techo de la habitación, mientras Yoongi reposaba a su lado. Allí, a su costado, Namjoon yacía sobre el suelo, habiendo elegido aquel lugar como lecho por propia voluntad. Un suspiro leve y agitado se escapó de sus labios, quien se giró hacia su hermano. Contrario a la creencia inicial, se encontró con la mirada de Yoongi clavada en el vacío del techo, perdida en insomnios paralelos al suyo.
—Creí que dormías —murmuró Taehyung, tejiendo silencio en su voz para no perturbar el descanso de Namjoon.
—Con esos suspiros es imposible —replicó Yoongi—. ¿Qué sucede?
—Me gusta Jimin —confesó, dejando las palabras flotar en la densa quietud, esperando que sacudieran a su hermano con sorpresa o incredulidad. Pero en lugar de eso, Yoongi le regaló una sonrisa comprensiva.
—Lo sé —La sencillez de su aceptación fue un bálsamo ante la confesión afligida de Taehyung.
—¿Qué? —se incorporó repentinamente, la sorpresa pintada en su rostro—. ¿Cómo lo supiste? ¿Te lo dijo Jungkook? Se me olvidó que ustedes tienen cierta cercanía; le rogué que mantuviera el secreto. Esto parecería una traición...
—No seas tan dramático, al final de cuentas, me lo estás revelando ahora mismo.
—Pero yo quería... quería ser el primero en decírtelo.
—Pues bien, hagamos de cuenta que es la primera vez que lo oigo. Ahora cuéntame, ¿por qué no le has confesado a Jimin tus sentimientos?
—Expresar esos sentimientos no es sencillo, y ya lo arruiné todo. Jimin debe creer que soy un idiota.
