En las sombras de un mundo devastado, surge una crónica electrizante, envuelta en los susurros del fin de los tiempos: la saga SURREAL. Sus páginas encierran un amor que desafía la desolación, el romance pos-apocalíptico que susurra entre ruinas y e...
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Una vez que terminaron de ordenar todos los alimentos en el almacén, Jongsuk propuso a Namjoon preparar algo para cenar. La noche ya había caído, y se sentían afortunados de tener electricidad para poder utilizar la parrilla eléctrica, que sabían estaba almacenada en algún rincón de la casa.
Namjoon se encargó de la cocina, escogiendo qué podrían cenar esa noche. Su ánimo se elevó al encontrar un bote de café y leche en polvo, ya que llevaba días sin disfrutar de su amada cafeína.
—¿Dónde fue Jongsuk? —Taehyung irrumpió en la cocina, intrigado porque desde su habitación había visto salir a Jongsuk.
—Fue a buscarme la parrilla. ¿Sabes si tenemos alguna cafetera por aquí? —Preguntó Namjoon, mientras inspeccionaba los cajones.
—Está en el almacén, en esa caja un poco aplastada —respondió Taehyung, sin mucho énfasis, tomando asiento en una de las sillas del desayunador.
Siguiendo su indicación, Namjoon se dirigió al almacén y localizó la caja mencionada por Taehyung, descubriendo con satisfacción que contenía la cafetera.
—Aquí está. Vaya que conoces bien cada rincón de esta casa —comentó, sonriendo mientras comenzaba a limpiar la cafetera con un trapo húmedo.
—Supongo que sí —Taehyung se mostró pensativo, apoyando su mirada en Namjoon, quien se dedicaba detenidamente a la limpieza de la cafetera.
De pronto, la puerta de entrada se abrió de golpe, y Jongsuk apareció en la cocina, cargando con la parrilla eléctrica.
—La encontré. Por un momento, creí que papá se la había llevado a Seúl, pero luego recordé que la guardó en el refrigerador —dijo contento, quitando el polvo con el trapo que Namjoon había usado antes.
—Tenemos suerte de tener electricidad —murmuró Taehyung—. La única desventaja es que no tenemos agua.
—Podemos usar el agua del lago. Si no está muy sucia, podemos purificarla —le sugirió su hermano, concentrado en su tarea.
