Capítulo 28

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— ¡Oh dios!

— ¡Se siente bien!

— ¡Más que bien! ¡Ah!

— Hay que... Hacer esto cada vez que podamos princesa.

—¡Ay! ¡Si!

— ¿Te gusta?

— ¿Por qué me haces esa pregunta? Es obvio que me encanta enterrarme hasta el fondo.

— Se nota... Pero te doy la razón.

Ambas chicas se encuentran enterradas en la arena sintiendo el sol pegarles luego de un baño en donde ambas se divirtieron mucho y más cuando por fin Carla había perdido el miedo y se adentraron al agua.

Luego de ese baño decidieron enterrarse en la arena y aunque la castaña no estuvo de acuerdo desde un principio, la rubia la convenció y ahora disfrutan de esa agradable sensación.

— Princesa... — la castaña fija su mirada en ella — me gustaría saber más de ti — sonríe — es en serio... Quiero saberlo todo.

— Pues... Pregunta — comenta mientras mueve los dedos de sus pies en la arena.

— ¿Color favorito?

— Azul ¿Y el tuyo?

— Rojo... ¿Película favorita?

— Creo que no tengo una favorita... Sin embargo, me encantan las películas de humor... ¿Y la tuya?

— Mmm... Creo que no tengo uno en específico, no soy de mirar muchas películas o series. Es raro que yo encienda la tele de mi casa a excepciones de que Sam me diga que vayamos al cine, siempre ella termina de escoger la película y yo me quedo dormida.

La castaña sonríe y observa el mar azulado que esta frente a ella.

— Si tengo que escoger una, elegiría la que vimos hace poco en tu habitación.

— ¡Oh si! Es la mejor película de humor... A mí pensar, además tienes que ver chiquito pero peligroso. Te va a encantar.

— ¿Cómo era tu vida en New York? — la chica suspira y sonríe con nostalgia.

— Mi vida se basaba en estudiar e irme a la casa... A veces salía con amigas y amigos, no obstante, no era muy seguido. Mi mamá trabajaba mucho, casi no estaba en casa y nuestra relación se vio afectada un poco. Sin embargo, aunque al principio no estaba de acuerdo con este viaje, te puedo decir que ha sido la mejor opción que mi madre ha hecho, porque aquí la tengo un poco más cerca, ósea, paso más tiempo con ella, que allá en New York. No podía mencionar que la entendía; ya que ella no compartió con su madre debido a su abandono, sin embargo, su padre, también trabaja fuerte y a veces su presencia en el hogar es nula, pero siempre saca un tiempo para al menos preguntarle a ella y a su hermano, como están.

— ¿Cuántas amigas? ¿Alguna pareja por ahí que hayas dejado? — no lo va a negar, le dio vergüenza formular esa última pregunta y más cuando Carla la observa con su entrecejo fruncido, pero sonriente.

— Supuestas amigas... Hasta ahora no me han preguntado si llegue bien a esta ciudad. Hay uno que si lo hizo hace poco, se llama Ricardo y es un buen amigo. Él me preguntó que como llegué y todas esas cosas, en verdad es un chico superespecial.

La sonrisa que tenía plasmada la rubia se había desvanecido con eso último que dijo creando una sensación incómoda en ella. No quería sentir celos, pero le era inevitable, al menos un poco al escuchar como ella considera a ese amigo. Ella quiere ser su chica especial.

ASÍ TE QUIERO © (Gip) (borrador)Where stories live. Discover now