Capítulo 24

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Los días transcurren rápido y un mes ha pasado volando. Carla ha vuelto al colegio, la bienvenida no se hizo esperar por algunos alumnos que tenía conciencia y otras que no les gustó debido a que, por culpa de ella, Gael ahora se encuentra preso.

Las autoridades no han dicho o confirmado cuando será el juicio en el que el chico estará esperando su sentencia y los abogados no quieren dar a conocer nada aun. Tal parece que están en plena conversación para que el chico pague casa por cárcel, la cual Andrew está haciendo lo posible para que eso no suceda.

Gabriela al enterarse de que la castaña volvió al instituto no dudó en darle su más grande apoyo; le comentó lo difícil que ha sido en su casa y la otra cara que tiene que poner delante de ellos. Ya anteriormente su madre le reclamó porque no le observa interés en defender a su hermano y ella sin querer manifestó que se lo merece, causando así que la mujer le diera una cachetada y le gritara que su hermano es inocente.

Un abrazo entre amigas es lo que necesito Gabriela que hasta el momento sigue con su padre al pendiente de su salud, que ha estado empeorando, en vez de mejorar.

También ayudaron a poner al día a la castaña e incluso varios de sus compañeros hicieron lo mismo, ya que comienzan los exámenes finales. La castaña no podía estar más que agradecida con ellos y más con su prima y Andrea, esta última ha hecho que ella se sienta mejor en su regreso al instituto.

Aún recuerda la conversación con su madre aquel día, en el que le preguntó lo que pasó en su habitación. Cecilia no es una mujer tonta y más aún, que anteriormente tuvo una conversación a solas con el padre de la rubia, el señor Andrew y este le comentó un poco la historia del porqué ella había sido víctima de Gael.

La señora Martínez sabe que Andrea es una chica que nació intersexual y que por eso fue víctima de ese chico, omitiendo la verdadera historia detrás.

La mujer apenas observó a Andrea y a su hija nerviosa; no pudo evitar sonreír por dentro al pensar en Enrique, el padre de Carla, en sus tiempos de adolescente con el hombre que fue el amor de su vida, esas escapadas y esos dolores de cabeza que le daban a sus padres.

Las madres saben todo y no dudó en sacar conclusiones en su cabeza, pero aun así se contuvo hasta que la rubia se fuera y preguntarle a su hija lo que está pasando. La castaña trató de mentirle, sin embargo, no lo logró y menos cuando le comentó que sabía que Andrea es una chica intersexual.

Carla estaba nerviosa y sentía miedo, ya que no quería que la regañaran por permitir eso en su habitación. Sin embargo, fue todo lo contrario, tomándola de sorpresa.

Cecilia no dudó en darle una buena charla sobre las parejas, la cual hizo sonrojar a la castaña más de una vez, ya que ni siquiera es su pareja, apenas se besan por primera vez y ella ya había sacado el tema de cuidados anticonceptivos.

La castaña no dudó en hablarlo con Andrea después de que hablaran sobre el beso, la cual hizo pasar vergüenza a la rubia comentándole lo que había dicho su madre al respecto. Sobre el beso, ambas chicas habían hablado de lo que sintieron y Andrea no vaciló en expresarle que le gusta, tomándola de sorpresa, aun así, ambas llegaron a un acuerdo en ir despacio y así conocerse muy bien.

Por otro lado, Andrea no dejaba de consentirla en el colegio y aunque muchos seguían metiéndose con ella, poco le importaba cuando estaba cerca de Carla. Su prima sonreía a carcajadas cuando miraba a su amiga actuar como una loca enamorada; dándole comida en la boca a su prima, pagándole lo que quería e incluso a Sam también le pagó la comida algunas veces, cosa que era imposible. Ella se aprovechaba del auto de su amiga y su método de pago siempre fue que ella pague todo lo que consumían en la calle. Cine, salidas al centro comercial, cosas entre ellas.

— ¿Qué te pasa? — pregunto Andrés al mirar a su hermana con el teléfono en su mano un poco nerviosa.

— Na... Nada.

Claro que pasa, acaba de recibir un mensaje de la madre de Carla ¿Cómo consiguió su número? No lo sabe.

— Hola Andrea es Cecilia, la madre de Carla.

— Hola señora.

— ¿Cómo está?

— Muy bien gracias por preguntar...

— Necesito que hablemos.

— ¿Puedes hoy?

— No puedo...

— ¿Mañana?

— Menos...

— ¿El domingo?

— Imposible...

— Deja de jugar jovencita... Perderás puntos conmigo.

— Ok... Está bien.

— Perfecto, mañana mismo ya te paso la dirección en la que nos vamos a encontrar.

*************

— Ok. En algún lugar de Florida, se encuentra una mujer de unos casi 50 años, en su oficina muy concentrada en su trabajo hasta que la puerta fue abierta por su secretaria.

— Permiso, señora, la buscan.

— ¿Quién me busca?

— Que manera de recibir a la hija de tu socio.

La asistente las dejó a solas y la joven decide romper el silencio incómodo que se armó en el sitio.

— Mi papá me dijo que estás enferma ¿Qué tienes?

— ¿Ahora se preocupa por mí?

— Aunque no lo creas si — la chica sonríe y de inmediato fijo su mirada en una foto muy peculiar en el escritorio de la mujer mayor.

— ¿Son tus hijos? — la joven ve un retrato de dos jovencitos una niña y un niño junto a otra en la que los mismos niños ahora están grandes.

— Los amores de mi vida — la mayor deja de teclear en su ordenador y mira la joven mujer que está al frente de ella — y los futuros dueños de todo lo que tengo.

Lo que más le llamó la atención de todo eso, fue esa mirada y esos ojos de la chica rubia, que logra sacarle una sonrisa al recordar como ambas habían bailado en una discoteca hace poco en Miami.

— El destino y sus sorpresas...   

ASÍ TE QUIERO © (Gip) (borrador)Where stories live. Discover now