10. Espiando

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Harry salió del Gran Comedor pero no vio a Tom ni a Avery por ningún sitio. Echó un vistazo a los pasadizos que conocía y estaban cerca pero no tuvo suerte, los pasillos estaban desiertos. Todo el mundo estaba en el Gran Comedor comiendo, así que si no escuchaba voces (al no ser que hubiesen puesto un hechizo silenciador) no estaban por los alrededores. Finalmente Harry decidió arriesgarse e ir a las mazmorras, quizá habían ido a la sala común o a sus habitaciones. Apresuró su paso, deseando con cada paso que daba que Voldemort le hubiese avisado para al menos traer el mapa del merodeador, sería lo más útil en este momento. Fue en ese momento que le golpeó el hecho de que tampoco tenía su capa de invisibilidad. Hogwarts no iba a ser lo mismo sin ellos. 

En la sala común no había nadie, ni un alma para ser más precisos. Harry subió tentativamente las escaleras que conducían a su dormitorio. Ni siquiera sabía porque era tan cuidadoso, no es como si ir a su cuarto fuera algún tipo de crimen pero probablemente la advertencia de Malfoy o Nott era más que suficiente para hacerlo sentir algo culpable y cauteloso. Si se animó a seguir subiendo las pocas escaleras que le quedaban era prácticamente por la casi total convicción de que no estarían allí y de que probablemente habrían ido a cualquier aula vacía que no había comprobado o que después de todo este tiempo probablemente ya habrían incluso terminado de hablar.

No era así. 

Unas voces salían ligeramente amortiguadas de su habitación, podía escucharlas a dos escalones de distancia y Harry se apresuró a salvar la distancia para apoyar con cuidado la oreja en la puerta, casi igual que cuando había intentado espiar con sus amigos en las reuniones de la orden. No se atrevió ni a tragar saliva porque sabía que si lo pillaban estaría muerto. Se preocupó incluso de la probabilidad de que su respiración agitada que intentaba contener o sus rápidas pulsaciones fuesen capaces de escucharse desde el otro lado. 

Contuvo su respiración y se concentró en escuchar, con el latido sordo en sus oídos.

-No volveré a preguntártelo, ¿qué fue lo que dije?-preguntó Riddle.

-Qué tu te encargarías de Evans.

-Bien, entonces dime, ¿qué te hace pensar que podrías ser superior al resto?

-Claramente recuerdo como dijiste también que recabáramos información sobre él.

-Si-se burló Riddle- ¿pretendías matarlo delante de todo el profesorado y de todo hogwarts para hacerlo? te creía más capaz Avery.

-No iba a matarlo, el veneno actuaría lo suficientemente lento para que nos dijese todo aquello que quisiéramos a cambio del antídoto.

Harry tragó saliva, había estado apunto de ser envenenado. Un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar que no había sido así gracias a Riddle. Y por mucho que hubiese tratado de recopilar información sobre él o cualquier otra cosa, le debía una.

-Y dime, ¿por qué crees que rechacé el uso del veritaserum?-dijo lentamente, como si estuviese hablando con un niño pequeño.

-Porque requeriría una cantidad de tiempo mayor.

-¡No!-dijo, haciendo que Harry se sobresaltase y luego añadió, en una voz mucho más baja-: por ser un enfoque demasiado directo, ¡estúpido! 

Avery dijo algo demasiado bajo para que Harry lo escuchase y aunque intentó presionar más la oreja contra la puerta tampoco pudo escuchar la respuesta de Riddle, estaban hablando mucho más bajo que antes.

--Bueno, si hubiese muerto tampoco hubiese sido una gran pérdida, estoy seguro de que es un sangre sucia.

-Los miembros de esta casa tienen el permiso y el respeto de Salazar Slytherin, no somos quienes para juzgar a quienes considera dignos de estar en nuestra casa y no vamos a socavar sus decisiones.

Perdido en el tiempoWhere stories live. Discover now