Perdido en el tiempo

8. Pequeñas reuniones

-¿Qué tal estás Harry? ¿Te estás adaptando bien?

-Sí, creo que sí-dijo algo confundido.

-Me alegro. Me preguntaba por qué te has estado juntando con Tom últimamente.

-Él es el que me ha estado siguiendo y no me dejaba en paz.

-¿Pero aún así vas a hacer un trabajo con él?-preguntó enarcando una ceja.

-Me lo ha pedido y no me ha parecido mala idea.

-Pensaba que no te caía bien.

-¡Y no lo hace y nunca lo hará!

-Me temo que no lo entiendo mi niño... si te está amenazando me lo dirías, ¿cierto?

-No, no es eso-dijo Harry negando con la cabeza- simplemente me sentí mal por perder tantos puntos para Slytherin, no todos son como Tom ni sus compinches. Además. voy a jugar a Quidditch tengo al menos que ser cordial con la casa si voy a hacerlo.

-Si, tienes razón. Pero me temo que no entiendo la razón por la que estás con Tom haciendo un trabajo. Podría bajar tus calificaciones.

-Ya le dije que me lo pidió y no se como podría cuando se le da bastante bien, creo que podemos hacer un buen trabajo, señor. 

-Tom no ha obtenido en mi clase más de un supera las expectativas.

-Es una buena nota.

-Pero podrías obtener fácilmente un extraordinario si realizaras el trabajo con otra persona.

Harry frunció el ceño.

-Señor, en mi año no obtuve más de un supera las expectativas y esta tampoco es mi línea temporal, por no decir que prácticamente estoy repitiendo curso así que... me es indiferente una u otra calificación.

Dumbledore se pasó la mano por el pelo y lo miró a los ojos, lo que hizo que Harry desviara la mirada. 

-Te seré sincero Harry, me preocupa que Tom pueda influenciarte.

Harry resopló, divertido.

-Eso no sucederá nunca, se perfectamente quien es Tom, en quien se convierte y se perfectamente quien soy yo y mi papel en la guerra, no hay forma de que eso suceda ya sea en esta época o en la mía.

-A veces los caminos se bifurcan y nos llevan a sitios que no esperábamos, espero que sepas lo que haces Harry.

Dumbledore movió su varita alrededor del aula y luego la apuntó en dirección a la puerta abriéndola de un solo movimiento. Dumbledore volvió a su mesa y empezó a recoger las cosas que había esparcido con unos movimientos simples y casi elegantes de varita. Harry siempre se había quedado algo embobado con la forma de hacer magia de su profesor. 

-No se preocupe profesor-fue lo que dijo antes de salir.

Riddle estaba recargado en la pared que había fuera, claramente esperándolo. Por su expresión era fácil decir que no estaba muy contento y eso que el día acababa de empezar. Si había algo en lo que Riddle necesitaba mejorar era en la tolerancia a la frustración.

-¿Te ha hecho cambiar de idea, no es así?-preguntó cuando Harry estaba delante.

-¿De qué hablas?

-De hacer el trabajo conmigo.

-No, no lo ha hecho.

-No finjas que no habéis hablado de eso.

-¿Nos has espiado?

-Por supuesto que no, ese viejo puso un silenciador, no pude quitarlo, no es el habitual.