7. Unión

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Harry se removió en la cama, quejándose. Hubieron unas risitas antes de que lo cegaran con una luz.

-¿Que estás haciendo?-preguntó tapándose la cara con las sábanas.

-Levanta remolón-dijo Winky-he reservado el campo de Quidditch.

-¿Que hora es?

-Las 6 de la mañana.

Harry gimió y se puso las manos en la cara.

-Venga, vístete, no hagas que venga a buscarte otra vez.

El capitán de Slytherin tenía reservado el campo a primera hora de la mañana. No había podido reservar el campo más tarde, hubieran tenido que esperar tres días y dadas las circunstancias en las que se encontraba el equipo no podían esperar tanto. Winky solo esperaba que Evans verdaderamente mereciese la pena.


Harry estaba congelado, se le había olvidado coger la bufanda. 

El mes de noviembre estaba siendo muy frío y a las 6 de a mañana era mucho peor, apenas había amanecido y todo estaba oscuro. Por mucho que a Harry le gustara jugar al quidditch, ahora mismo no le apetecía nada. Por si fuera poco, no tenía la equipación y ni siquiera sabía a quien pedirle una escoba así que había salido con el uniforme escolar. Bueno, si lo sabía Riddle le había dicho que Malfoy o Avery se la dejarían pero pedirle algo a Avery sería lo último que haría.

Crockett estaba justo en la entrada del campo de quidditch. Malfoy también estaba con una sonrisa, alguien debía de haberlo despertado por desgracia.

-Llegas tarde-dijo Malfoy.

-Acabo de despertarme-dijo Harry.

-Como todos, más te vale no defraudarme he apostado por ti-dijo Malfoy.

-¿Qué?

-Te recomendé yo, ¿esperabas que apostara porque no entrabas al equipo?

-¿Cuando habéis apostado? Se habló ayer por la noche.

-Anoche, ¿no es obvio?

-Estupendo-dijo Harry.

Harry estaba incrédulo, no necesitaba más presión a las 6 de la mañana. Y ni siquiera quería saber como iban las apuestas, siempre había fingido que no le afectaban (o al menos quería creer que así era) pero la realidad es que si lo hacían y le molestaba cuando apostaban en su contra, lo cual solía ser siempre. Un claro ejemplo fue el torneo de los tres magos donde al parecer enfrentarse a peligros que podrían herirlo o matarlo no era suficiente. Obviamente una prueba de quidditch no era lo mismo, pero se sentía algo inseguro.

-¿No quieres saber la proporción?

-No.

-Bueno, en ese caso, creo que si entras al equipo no tendré muchos con los que repartir.

Eso se lo dijo todo. Habían apostado porque no entraba. Harry tragó saliva y sin saber porque preguntó:

-¿Y Riddle?

-Riddle no apuesta nunca en estas cosas-dijo con una sonrisa-el quidditch no le podría importar menos.

La pregunta involuntaria había resultado ser demasiado obvia y estúpida. A Harry le resultaba imposible visualizar a Voldemort volando en una escoba y menos todavía jugando al quidditch así que era bastante obvio que Riddle no se rebajaría a ese tipo de juegos. Porque obviamente los esfuerzos de Riddle estaban centrados en otro tipo de objetivos, aunque en el tiempo que llevaba aquí no le había visto hacer nada excesivamente sospechoso, únicamente leía, leía muchísimo. Todo sería normal sino fuera por como el resto de la casa lo miraba o se refería a él y si el mismo no supiera en que se convertiría.

Perdido en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora