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Seokjin revolvió entre los estantes y cajones de la cocina, sus manos rebuscando algún alimento olvidado que sirviera para la cena vespertina. Las provisiones, sin embargo, escaseaban peligrosamente. Hacía días que una expedición de búsqueda no se organizaba, y la ingente cantidad que habían consumido últimamente había pasado desapercibida, eclipsada por la pronta mudanza; aun así, debían subsistir dos días más, y las despensas yacían tristemente vacías.

Con un suspiro de resignación, abandonó la cocina y se dirigió hacia la sala, donde una escena hogareña lo esperaba: Jungkook entretenía al cachorro en un amistoso juego en el suelo, y Namjoon, solitario oponente de sus propios pensamientos, se abismaba en una partida de ajedrez contra sí mismo. Situándose en el centro de la habitación, el mayor logró capturar sus atenciones, aunque sólo cosechó la mirada efímera de Jungkook, aún sumido en su reciente distanciamiento con él. A pesar de ello, comprendía las razones del joven y no alimentaba el conflicto con más importancia de la necesaria.

Namjoon alzó la cabeza, sus cejas fruncidas mostrando una mezcla de curiosidad y leve molestia por la interrupción de su concentrada estrategia.


—¿Ocurre algo? —indagó, percibiendo la urgencia en la postura de Seokjin.


—Nos enfrentamos a un problema —la voz de Seokjin, teñida de ligera preocupación, flotó en la estancia—. El almacén está más vacío que una página en blanco; no queda ni siquiera un paquete de fideos instantáneos. Tenemos que salir.


—Ah —se dijo, levantándose con un leve estiramiento—. Es mediodía. Deberíamos salir a explorar un poco, encerrarse tanto ya me está causando dolor de cabeza.


—Perfecto. ¿Te apuntas, Jungkook?


—Sí, claro —respondió con entusiasmo.


—Bien, preparémonos entonces.


Jungkook asintió y salió disparado hacia su habitación, seguido por Eddy. No estaba desbordante de excitación, pero, al igual que Namjoon, la monotonía le pesaba y el anhelo por un soplo de aire fresco era una curiosidad que burbujeaba ante la idea de descubrir qué nuevas realidades aguardaban fuera.

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