6º Curso. Capítulo 1

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Nota Autora: las conversaciones escritas en cursiva son conversaciones en élfico, he tenido que redactarlo así porque no he encontrado ningún traductor y escribirlo con la gramática es increíblemente complicado.

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Elyon terminó de subir las escaleras de piedra, y justo cuando iba a empujar las pesadas puertas del castillo, estas se abrieron. Tras ellas apareció un mago anciano de larga barba blanca, que les sonreía a modo de bienvenida.

—Me alegro de que estés de vuelta por fin —Dumbledore no cabía en sí de alegría—. No estaba seguro de si querrías o no retomar tus clases tras estar en Imtar.

—Con lo que me ha costado aprobar el TIMO, no iba a dejar mis estudios a medias —bufó la chica.

El director rio y miró a Heon.

—¿Te marchas ya? —le preguntó con una sonrisa afable.

—Bueno... tenía la esperanza de que antes de marcharme, pudieras enseñarme el castillo. Las veces que he estado aquí ha sido por motivos urgentes. Y además tengo un par de cosas que hablar contigo en privado.

Los tres pasearon por los pasillos, mientras Dumbledore le explicaba al elfo el uso de las aulas y salas cercanas, como la Biblioteca o la Enfermería, una de las pocas estancias en las que había pasado algo de tiempo, cuidando de su sobrina.

Llegaron a la Sala Común de Gryffinor una vez el cuadro de la Señora Gorda les dio paso. Elyon fue la primera en subir hasta las habitaciones, ansiosa por dejar ya su bolsa de viaje, que hacía tiempo le pesaba al hombro. Dumbledore cogió a Heon del brazo para retenerlo unos segundos.

—¿Ha ido todo bien este verano? La veo muy cambiada, como si...

—Como si irradiara algún tipo de luz —el hombre acabó la frase con una sonrisa de comprensión—. Nosotros también lo hemos notado. Estate tranquilo, ha ido muy bien, salvo por un pequeño incidente la primera noche —Dumbledore asintió, Azrael se lo había contado—. Se ha reencontrado con sus raíces y ha empezado a ser ella misma, a estar en contacto con su verdadera naturaleza. De ahí el cambio. Se ha empapado de magia y ha comenzado a irradiarla con fuerza a su alrededor, como cualquier miembro de una Gran Familia. Aunque en su caso parece irradiarse aún con más fuerza, no es muy común ni entre los suyos.

El director asintió más tranquilo con una pequeña sonrisa. Ambos subieron a la habitación.

—¡Vaya! Esto no tiene nada que envidiar a tu cuarto en Imtar —comentó el elfo al entrar—. Es muy acogedor.

—Lo sé, lo único malo son las colas en el baño —resopló la joven, que había empezado a deshacer el equipaje—. Voy a necesitar un baúl más grande, o comenzar a tirar cosas, esto empieza a llenarse.

—Siempre puedes guardar algo en Imtar —su tío se arrodilló junto a ella para ayudarla.

Entre los dos recolocaron los libros, objetos personales y la ropa de la joven, junto a la que ahora se incluía la que su tía Iyala le había dado para las clases con Kove, y para diario si quería.

—¡Mucho mejor! Gracias —bufó Elyon poniéndose en pie una vez terminaron.

—Pero sigue sin haber sitio para esto.

Heon sacó de la bolsa que había cargado al hombro el arco y carcaj que éste le había regalado.

—¿Lo has traído? —ella lo miró sin dar crédito.

Elyon (Tetralogía)Where stories live. Discover now