5º Curso. Capítulo 2

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Nota Autora: las conversaciones escritas en cursiva son conversaciones en élfico, he tenido que redactarlo así porque no he encontrado ningún traductor y escribirlo con la gramática es increíblemente complicado. 

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Se aparecieron en un callejón cercano a Whiteleys. Nadie pareció fijarse en que segundos antes, no habían estado allí.

—¿Solo vamos a venir aquí? —preguntó Elyon algo desilusionada.

—Si por mí fuera iríamos a por el uniforme y volveríamos a Hogwarts. Así que no te quejes —le espetó Snape con un gruñido.

La semielfa lo miró con fastidio y se encaminó hacia la entrada de los grandes almacenes acompañada por Lisa. Snape puso los ojos en blanco. ¿Por qué no podía ir con otra persona? Alguien como McGonagall, por ejemplo. Acompañarla a algo así era un suplicio, más aún si la acompañaba uno de sus amigos. Tenía que admitir que se le iba a hacer más cuesta arriba por tener que mantenerse más frío y tirante con ella al no estar solos. Al menos esperaba que no lo liara como de costumbre.

—¿Por dónde empezamos? —le preguntó Lisa cuando entraron en el edificio.

—No tengo ni idea, necesito desde jerséis a calcetines —bufó—. Esto de pegar el estirón es un poco rollo.

—¿Bromeas? Es una excusa genial para comprase ropa nueva —sonrió su amiga—. Bien, si no te decides tú, me pongo al mando. Grace me dio un par de consejos para ti, ya que no ha podido venir.

—¿Consejos para qué? —Elyon alzó una ceja, si la idea era de Grace...

—Para verificar que le gustas a Remus la próxima vez que le veas —rio traviesa cogiéndola de la muñeca.

—¡¿Qué?! —su amiga la arrastró hacia las escaleras mecánicas.

Snape las miró frunciendo el ceño cuando escuchó el nombre del licántropo. Lisa le hizo entrar en prácticamente todas las tiendas, y le hizo probarse una prenda tras otra. Al principio se preocupó, no sabía si llevaba el dinero necesario para comprar tanto, cuando además, no lo necesitaba. Por suerte, su amiga descartó más de la mitad de cosas que le hizo probarse. Snape se limitó a esperarlas fuera de las tiendas leyendo un pequeño libro de bolsillo de tapas oscuras que había llevado con él, dentro de la cazadora. No quería entrar por si le pasaba lo mismo que aquella vez en la tienda de uniformes, cuando Dumbledore intentó que diera su sincera opinión sobre cómo le quedaba el vestido a Elyon. No quería dar su opinión para nada referente a la semielfa, sabía que desde antes del camping su visión respecto a ella había ido cambiando, pero desde el verano, estaba seguro de que si no iba con cuidado, podía acabar dando una respuesta, o tener una reacción, propia de un crío de dieciséis años.

Elyon pensó que se iba a morir de vergüenza cuando Lisa la hizo entrar a la fuerza en una tienda de lencería. La gryffindor argumentó que necesitaba ropa interior nueva, se había fijado en que le había crecido el pecho en el último año, y obviamente no iba cómoda con los sujetadores que tenía. La semielfa tuvo que morderse la lengua porque sabía que tenía razón, pero yendo con Snape no le hacía gracia entrar. Afortunadamente pareció que el chico ni se dio cuenta mientras proseguía con la lectura.

—Creo que ya hemos hecho la ronda completa —Lisa frunció el ceño pensativa.

—Pues entonces no hemos tardado tanto —Elyon torció una sonrisa.

—¿Tú crees? Porque ya es casi mediodía —contestó Snape de mal humor—. Vamos al Callejón Diagón, si nos damos prisa podremos comer en Hogwarts.

Elyon (Tetralogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora