4º Curso. Capítulo 1

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Era una noche tormentosa, Elyon y sus padres estaban en la sala de estar. Se había quedado dormida en el hombro de su madre, soñaba que estaba en medio de un camino de piedra rodeado de olmos, como el que había en el centro de su pueblo. Había alguien recorriéndolo, una figura encapuchada que se acercaba con rapidez y pasos decididos. En un santiamén estaba justo frente a ella, y vio una cruel sonrisa en sus labios bajo la capucha. "Te encontré" le susurró él. Se despertó sobresaltada.

—¿Estás bien? —le preguntó su madre retirándole el pelo de la cara.

—Una pesadilla —musitó Elyon inquieta.

Su pequeño colgante en forma de lágrima comenzó a brillar rojizo. Su padre, Tim, se lo quedó mirando, la preocupación asomó con rapidez en su rostro y corrio a la ventana. Un rayo iluminó el jardín y el hombre palideció.

—¡Ani! ¡Llévate a la niña, rápido! ¡Nos ha encontrado! —gritó asustado.

La mujer cogió a Elyon del brazo y corrio hacia las escaleras.

—¡¿Qué pasa?! —la joven miró a sus padres preocupada— ¡Mamá! ¡¿Qué está pasando?!

—¡No hay tiempo! —se limitó a decir su madre aterrada.

Su padre descolgó la espada que adornaba la chimenea, y nada más tocarla, la hoja empezó a emitir un fulgor blanquecino. Corrio hacia la puerta principal y se colocó junto al marco. Pero la puerta no se abrio. Las ventanas estallaron y la pared pareció explotar a su espalda. Los ladrillos y la madera salieron despedidos en todas direcciones. Ani se apresuró en cubrir a su hija con su cuerpo, agachándose en los escalones para evitar que los escombros las golpearan.

Tim se levantó del suelo algo desorientado, pero en apenas unos segundos se recompuso lanzando con su espada una serie de mandobles dirigidos hacia el exterior de la casa. Con cada mandoble, el fulgor blanquecino de la espada proyectaba el corte en la distancia en forma de onda blanca. Luego clavó la espada en diagonal contra el suelo frente a él y se agachó. Segundos después, desde el exterior, llegaron un par de hechizos dirigidos contra su padre, pero estos chocaron frente al escudo que este había conjurado. Tim volvió a contraatacar lanzando un par de mandobles más, seguidos de una enorme bola de fuego que se formó alrededor de su mano.

Ani estiraba de su hija hacia el piso superior, pero Elyon se había quedado petrificada en las escaleras observando la rápida y confusa escena, sin comprender por qué estaba pasando aquello. Desde allí no podía ver quién los atacaba, la pared que aún seguía en pié cubría su visión del exterior. Una serie de hechizos más entraron en la casa, todos dirigidos contra su padre protegido de nuevo por el escudo, todos, salvo uno, que dio de lleno en la escalera de la casa haciéndola explotar. Los escalones desaparecieron bajo los pies de Ani, que ahogó un grito al sentirse caer al vacío. Pero consiguió agarrarse a los escalones aún intactos y parte de la barandilla. Elyon corrio a ayudarla para evitar que cayera a la planta baja.

—¡Ani! —gritó Tim preocupado, mirándolas— ¡Salid ya de aquí!

Y fue en ese único segundo que su padre se distrajo y le dio la espalda al atacante para asegurarse de que ellas seguían bien, cuando un rayo verde lo golpeó por la espalda y cruzó su pecho. Sus ojos se abrieron de par en par y cayó al suelo. No volvió a moverse.

—¿Papá? —musitó Elyon ayudando a su madre a subir de nuevo a la escalera— ¡Papá! ¡Papá!

Su madre consiguió colocarse al fin sobre la escalera y agarró con fuerza la muñeca de su hija, que quería ir a socorrer a su padre.

Elyon (Tetralogía)Where stories live. Discover now