Capitulo 70

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Primero que nada me gustaría pedir perdón por tardan tanto tiempo es escribir los capítulos pero ahora mismo estoy con mi tesis y otras actividades que me comen todo el tiempo. Pero en vacaciones espero poder escribir más. Gracias por leer ❤
Y por si no alcanzo a escribir un capitulo antes de año nuevo:
les deseo un feliz año nuevo que lo pasen con sus seres queridos y sus sueños se cumplan.

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"Día 909

Jamás pensé que esta búsqueda a la salvación nos traería más tragedia de la que ya hemos vivido desde que inició todo este apocalipsis pero me equivoque, como siempre, todo puede ir a para mal, un día piensas que estas de maravilla, nada puede ir mal, pero la vida tiene otro plan y es estropear todo y decirte "ahorita no joven" me molestaba el hecho de que ahora nadie podía hacer nada contra lo que estábamos pasando.
El doctor apesar de que estaba con nosotros, no podía tratarnos a todos, menos cuando no hay raciones de medicina para todos; el terremoto trajo consigo más consecuencias, más muertos, más temblores a una menor escala, lloviznas que duraban días y no paraban, inundaciones, fuertes fríos, no esperaba menos si nadie se enfermaba, eso era algo que tenía que pasar si o si. Lo que no esperaba era que fuera tan grave, una enfermedad que empezó como gripe fue agarrando categoría al no ser tratada ni al mantener el mínimo de cuidado que debía por seguir en movimiento, ahora estamos quietos buscando la solución para la neumonia que afectaba a todos y una un poco peor, tuberculosis, malditos bichos que se aprovechan de los cuerpos débiles e infectan todo a su paso.
Los enfermos estamos catalogados en casas distintas, si, dije estamos por que también lo estoy querido diario, que más quisiera yo, no estarlo pero la gripa nos toqueteo a todos sin excepción, hasta ahora el doctor dice que estoy saludable y que mis defensas no están al cien pero no estoy mal como para que los bichos se aprovechen, Rám también estaba con gripa y lo que más me preocupaba es que le diera una fe las demás enfermedades, en niños suele ser muy agresiva cualquiera de las dos, así que lo mantenía alejado de todos, hasta de mi misma, todos estábamos a distancia de los demás, hasta que pasara lo malo, Lisandro gracias a Dios se salvó de la enfermedad, y se recuperó rápido, ahora mismo desde la ventana de mi habitación, y el exterior en donde estaban los demás no enfermos, planeamos la búsqueda de medicina, tenían que ir al hospital mas cercano, para nuestra desgracia ese hospital estaba a un día caminando, y contando que solo irían Lisandro, Zach, Mike, Antonio, Matilde y Julián, sería un viaje pesado... Los veo planear el como irán y como defenderse en caso de cualquier cosa, solo podía estar escribiendo esto mientras los miró. Lisandro mantuvo su mano pegada al vidrio intentando darme ánimos pero ¿como puedo estar tranquila si se van y no voy con ellos? Siempre que me quedo es por enfermedad, estoy en coma o me tienen atada...bueno diario, se van todos y Lisandro me esta viendo. Hasta ahora"

-tranquila, lo encontraremos y estaremos aquí mas rápido de lo que piensas- dijo para tranquilizarme, pero repito no podía estar tranquila.
-no vuelvas a Distraerte por una prótesis.
-si la veo y todos estamos bien, lo haré... Pero la salud de todos ahora cae en mi... No se como Lo haces.
-ni yo lo sé... Solo intento ser justa para todos-dije sonriendo- por favor ten cuidado.
-siempre lo tengo, cuidate también, no enfermes de nada más que gripa.
-no prometo nada pero lo intentaré.
Pegó su frente al vidrio y por más cursi que se viera, hice lo mismo, suspiré y abrí los ojos para ver que ne sonreía y se alejaba de mí.
Maldita enfermedad.
Me volví a recostar en el sillón  y cerré los ojos para dormir un rato más.

-mamá- abrí los ojos y desvíe la mirada a la cama en donde estaba sentado Rám con la cobija pegada a su cuerpo en un abrazo-tengo mucha hambre.
-ahora les digo que te den una lata de comida- dije levantándome con dificultad, en serio odiaba la gripa.
Llegué a la cocina y me encontré con la cocinera Antonia, la cual también estaba enferma pero no dejaba su puesto.
-te puedo encargar comida para mi hijo y para mí.
-tendrán que compartir lata, jefa, nos quedamos sin alimentos.
-esta bien, solo es para no morir de hambre.
Antonia saco la lata de unos de los anaqueles y me dio dos cucharas envueltas en una bolsa cada una, teníamos que tener precaucion de las enfermedades ahora.
-gracias- dije tomando la comida y fui de nuevo al cuarto, le entregue la lata a mi niño sin abrir.
-me dejas un poco- dije mientras me  sentanba  en el sillón y me cobijaba.
-papá no se alcanzó a despedir de mi  ¿por que no me despertaste?
-por qué lo volveremos a ver, solo se fue de exploración, volverá en dos días o 3 máximo.
-... ¿Nos vamos a morir todos?- preguntó mientras miraba su lata ahora abierta y su cuchara estaba sumergida en esa sopa.
Deseé tanto abrazarlo y consolarlo para decirle que nada estaba mal, que nos íbamos a recuperar... La mayoría... Pero no me podía acercar, su rostro se fue llenando de lágrimas y su melena azabache comenzó a taparle sus ojos negros, pero sabía que sus ojos no me dejaban de ver, pidiendo una solución que por el momento no podía darle.
-no... No moriremos todos... Tú vas a vivir y serás un líder-dije sonriendo, de eso estaba segura, no importaba que hiciera yo para que eso se cumpliera, tenía que ser así.
-¿y tú mamá? - preguntó limpiando sus lágrimas para verme.
-siempre me pondré entre tú y la muerte.
-pero quiero que estés conmigo siempre...
-lo estaré... De una forma u otra... Anda termina de comer que tengo hambre también.
Se rio y siguió comiendo, ya después me dio la lata que tenía la mitad de comida, le di una mirada y ya se había acostado para dormir.
Mientras comía, estaba mirando por la ventana, según el aire también era bueno para que se eliminarán los malos bichos, o el sudor. Correría después de descansar un poco por la comida. Lo bueno que encontramos este pequeño fraccionamiento a las afueras de la Gran ciudad, supongo que estaba en crecimiento la ciudad por lo que las personas ya no podían vivir y tuvieron que construir más casas para dar abasto, así que después de erradicar a todos los muertos, pudimos escoger las cada para cada grupo de enfermedad, había un pequeño bosque en medio de las casas por lo que correr no habría ningún problema para los demás, me recoste en el sillón y cerré los ojos para descansar.

Abrí los ojos sobresaltada al sentir un peso extra sobre mi, Rám estaba plácidamente dormido sobre mi pecho, suspiré por que solían hacer eso en cuanto me dormía, lo abracé apesar de que sabía que estaba mal, pero ya estábamos enfermos.
-vamos enano, vamos a correr- dije para despertarlo, se estiró y me miró.
-lo siento- dijo al levantarse de sobre mi y llendo a la cama.
-no te preocupes, ponte una sudadera, vamos a ir a correr.
Si funcionaba y nos hacia sentir mejor, les diría a todos que era hora de correr... Bueno solo a los que tienen gripa, los demás si no pueden salir.
Antonia me dijo que no tenía que salir pero llamé a Joan que ahora era el que estaba cuidando a los no enfermos.
-vamos a salir Rám y yo a correr, mete a todos a sus casas.
-dame 10 minutos.
Me senté en una silla mientras esperaba ese tiempo, en cuanto pasaron, salí por fin después de un tiempo al aire exterior, dejé que me pegara el aire y el rostro pues es lo único que no tenía cubierto, Rám me siguió en mi pasó como en los viejos tiempos, que mostalgia.
Las copas de los árboles impedían el paso completo del sol pero lo poco que nos pegaba era refrescante, el ejercicio siempre hacía sentir mejor al liberar todo de nuestro sistema, Rám ya estaba agotado después de la décima vuelta.
-haz abdominales mientras yo terminó.
-okay mamá- dijo levantando la mano en son de entender.
Después de otras 5 vueltas, la tos no me dejó y me tuve que sentar para intentar respirar con normalidad.
-hay que volver dentro, vete dando una ducha, iré a dar un recorrido para saber que todo está en orden y regresó.
-okay- dijo sonriendo, corrió hacia la casa y comencé como dije, a hacer mi recorrido cada rincón del fraccionamiento.
Confiaba en Joan pero siempre tenía que tener ese control y saber que todo estaba bien, los muertos intentaban entrar por la puerta principal, que era una reja, cuando había un cúmulo grande, los matabamos con una bara de acero, así era fácil, después cuando no había muchos, los alejaban hacia otro lugar para que los muertos no se subieran sobre ellos y pasen la reja. Tome la hará de acero y comencé a perforar los cráneos de los muertos jamás disfrute de matar a ellos, sentía lástima que era diferente, solo quería terminar con su dolor, como me gustaría que lo hicieran por mi si algún día llego a convertirme en una de ellos.
-La enfermedad siempre te hace ser sentimental- me reproche en voz alta.
Deje de matar y fui a la casa, Rám seguro ya terminó de bañarse, en cuanto llegué me di una ducha rápida y me en volví en ropa calentita.
Solo quedaba esperar a Lisandro y a los demás...esperar que vengan rápido.

~Lisandro
-tenemos que salir de aquí antes de que nos encuentren- dijo mi cuñado en un susurró.
Levanté mi vista y vi la luz de la linterna, me agache de nuevo y me comencé a mover para alejarnos, estábamos a tientas, pero al menos los muertos estaban encerrados en las habitaciones, lo malo es que estaban haciendo experimentos con ellos y estaban atados, médicos locos. Teníamos que salir de aquí antes de que nos atraparon igual que a los muertos... Que seguramente no todos lo fueron antes de llegar aquí...

No Confíes En Nadie (Zombies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora