Capitulo 66

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-y aquí está su habitación-dijo la señora gruñón a mirándome con el ceño fruncido.
Señora tampoco quiero estar aquí, ustedes nos atraparon. Quería gritarle pero sabía que con ella no estaba en Buenos términos, solo estaba bien con Joan y punto.
-gracias-comento lisandro en medio de la incomodidad y tensión. Rodee los ojos y entre al cuarto sin prestarle atención a su rostro de que estaba enojada.
Rám se acostó Conmigo en la cama, dejando a Lisandro mirándome desde la puerta.
-¿por qué siempre haces eso?
-por qué así siempre me funcionan las cosas-dije sonriendo de lado mientras abrazaba A mi niño.
-sabes que algún día eso no funcionara y nos mataran a todos.
-puede ser pero mientras yo esté aquí no pasará.
-eso no lo sabes, Berna.
-¿puedes no llevarme la contraria y apoyarme?
Lisandro bajo los hombros que los tenía tensos y asintió mientras se acercaba a la cama y se sentaba en la esquina.
-esta bien, solo quiero que lo pienses bien, no tenemos ahora a donde ir, estamos encerrados aquí aunque sigan Que no.
Asentí mientras me movía para darle espacio para que se acostar a también.

Joan abrió nuestra puerta en la mañana y nos hizo seguirlo hasta la cocina, estaba limpiando mis ojos con las manos cuando me senté en la misma silla que la noche anterior cuando la señora esa, me dejó un plato con comida.
-gracias- gruñi y ella respondió con el mismo gruñido.
Me molestaba su humor pero aquí estábamos, ninguno comentó nada en todo el tiempo del desayuno, no sabía si era más por que no teníamos nada que decir o era incómodo. Optó por la segunda opción.
-¿qué decidieron? - preguntó al final Joan mientras nos daba una sonrisa.
-creo que sería bueno juntarnos- comentó Lisandro antes Que yo hablara- pero también estamos bien ahora mismo, solo queremos conseguir comida para nuestro grupo e irnos en paz con ellos, sin ninguna complicación.
-lo entiendo completamente-dijo él sonríendo de lado.
-es peligroso estar por grupos separados, creo que sería mejor unirnos y ser uno más grande.
-si hay más gente, hay más amenazas- dije por primera vez- no solo los muertos, los vivos querrán la comida que consigamos, ya no se consigue con facilidad, si alguien sabe de ustedes o de nosotros, querrá acabar con nosotros para poder tener lo Que tenemos.
-entiendo ese punto- dijo él sonriendo todavía-pero sigo pensando que sería una buena opción, seremos más fuertes también, tendremos más personas para defender. Entiende esto chica, tu decisión puede afectar a todos. Nosotros no nos estamos quedando quietos en un lugar, estamos en constante movimiento, alejándonos de grupos de personas que pueden presentar una amenaza, matamos a los muertos y seguimos en pie.
-si piden mi opinión, deberían quedarse-dijo la mujer mirándome con su rostro neutral- tal como dijo mi esposo, los vimos, son unidos, se cubren entre ustedes, eso queremos, personas que nos cubran en cuanto algo mal salga y no que salga corriendo, salvando su trasero.
Asentí con la cabeza, creo que tenía un punto, algo que nosotros también buscábamos era eso, que nos cubrieramos todos a todos, sin temos de que no hubiera partes descubiertas para un ataque. Pero tenía que pensarlo.
-¿a donde irían? - mi pregunta los sacó de su pose y se miraron entre sí, tal vez ocultaban algo y no querían decir.
-existe un lugar...-comenzó a decir él, su esposa intentó hacer que se callara pero este hizo un gesto y ella dejó de protestar- nos llegó una nota, de un grupo desconocido, intentamos confiar, solo estamos tomando nuestro tiempo, es en Canadá, dicen que hay una abertura que nadie conoce y no hay muertos, mandamos a varias personas hacia allí pero nunca regresaron, no sabemos que les ocurrió, si lo Encontraron, si murieron por personas o por los muertos.
Eso me sorprendió, no me esperaba esa respuesta de su parte pero aquí estaba una oportunidad para ya no más muertos, libertad para mi pequeño Rám, no tendría que pelear, solo ser él y crecer. Esto era una posibilidad que podía tomar, no sólo para él, si no para todas las personas que estaban en la casa.
-okay...-dije mirando a mi pequeño- creo que podríamos unirnos.
-eso es grandioso. En cuanto quieran y puedan salir por su grupo los acompañaremos, solo tienen que guiarnos para ir- dijo Joan sonriendo más alegre.
-nosotros estamos listas desde ya- dijo Lisandro sonríendo.
-entonces, vámonos - dijo ella levantándose de la mesa- si quieren dejar a su hijo y solo nos vamos los adultos.
-no creo-comenté al tiempo que Rám me abrazaba de la cintura y apretaba su agarré-tenemos que ir todos O no será posible.
Asintieron y nos hicieron seguirlos hasta fuera del complejo en donde nos encontramos con un automóvil antiguo, una camioneta.
-vamos-dijeron ellos.
Yo dude por un momento, esto haría que llamemos la atención de todas las personas pero al parecer no había otra forma en la que nos dejen ir por nuestro grupo.
Subí al auto con Rám todavía abrazándome pero ahora estaba colgado de mi espalda.
Lisandro cerró la puerta y la señora comenzó a conducir mientras yo dirigía el camino señalando por donde teníamos que ir.

Llegamos a la ciudad, la gran ciudad en oscuridad, solo quejidos y lamentos de los muertos, era algo atemorizante si todavía no habías vivido esto. Pero para nosotros era costumbre, ella aparco la camioneta y bajamos en silencio, saldríamos por la misma forma en la que entramos, intentaríamos ir en silencio y sin llamar la atención.
Guíe la marcha con Rám a mi lado, era difícil verlo tener un arma en sus pequeñas manos, pero aquí estábamos, tenía que crecer por mucho que lo quiera evitar y lo único que podía hacer era apoyarlo, pero no podía distraerme ahora, los muertos estaban a la vuelta de la esquina y con cualquier distracción podría atacar.
Dicho y hecho, estaban en la esquina, era como si algo los llamara a querer ir hacia adelante pero pegaban con una gran reja, mire a los lados y vi una gran pared que tenía salientes, bendita seas Ciudad, hice una seña con la mano y todos fueron en silencio al otro edificio y comenzamos a trepar, mande primero a Rám, para ir ayudándolo en donde se atorara, solo teníamos que subir 3 pisos así, si teníamos suerte podríamos entrar por una ventana, pero era mejor llegar a la azotea para poder ir de edificio en edificio, hasta llegar a la cuadra de los departamentos, llegué a la azotea y ayude a subir a Rám, después a aquella mujer que me mira feo y al final a Lisandro que me sonrío y apretó su mano con la mía.
Mis dedos metálicos estaban jodidamente desgastados, raspones por todos lados y eso no era bueno pero no podía comprar uno nuevo, este lo consiguió Lisandro con mucho esfuerzo, debería cuidarlo un poco mejor.
El camino por las azoteas fue tranquilo claramente, ningún muerto estaba arriba, solo escuchábamos sus quejidos, ya era algo que me tranquilizaba, estar en un lugar silencioso me aterraba. Vi una sombra en el. Edificio y sonreí, seguían aquí, corrí y baje por las escaleras del edificio, buscamos muchas salidas al igual que las limpiamos para tener a donde correr si algo pasaba, abrí la puerta trasera que daba a nuestro hogar y no vi moros en la costa y salte la reja, hice una seña para que me siguieran y así lo hicieron, cuando los 5 estuvimos a salvo tras la reja, entre al edificio.

Vi como bill dejaba caer la ropa que tenía en sus manos y corría a darme un abrazo.
-jefa- dijo cargandome en el aire.
Lo dejé divertirse un poco, sonreí y le di palmadas en la espalda.
-regrese por todos- fue lo primero que dije mientras ponía mi mano en su hombro.
-¿hora de ir a otro lugar?-pregunto él.
No tuve que contestar con la voz, solo vio un gesto de mis hombros y asintió.
-iré que todos se preparen.
-prepara una cama más. Partiremos en la mañana.
-si jefa.
Hizo un gesto que me hizo recordar a Mike y caí en cuanta que si me iba... Ellos no sabrían a donde fuimos. Algo que siempre hacíamos con mis primos era hablar en clave cuando niños y teníamos miedo de los adultos, corrí a mi habitación y tomé una hoja y un lapicero.

"Zachariah.
Comida
Alacena
No corras.
A la deriva.
Dientes.
Araña Patona".

Comida significaba: ven.
Alacena significaba: Sigue derecho.
No corras significa: ayudame.
A la deriva significa: no me dejes.
Dientes significaba: por favor.
Araña patona significaba: te amo.

Ahora que lo leo de nuevo pienso ¿que diablos teníamos en mente para pensar que esto era clave? Guarde la hoja en un cajón de mi cama por que Zach sabía que lo importante lo alzaba siempre allí. Me acosté en la cama y mire el techo hasta que mis ojos se fueron cerrando. Estaba cansada.

No Confíes En Nadie (Zombies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora