¿Y ahora qué? || Albalia [EN EDICIÓN]

Capítulo 49

Alba

Mi cabeza estaba echando chispas.

Todo el maravilloso puzzle que había ido montando pieza por pieza, convenciéndome de que había actuado correctamente, que por ahora era lo mejor para las dos, se había deshecho por completo en un auténtico caos.

Creí que era la única que le puso cordura a la situación, que no me había dejado influir por los impulsos y estaba cuidándonos a las dos, especialmente a ella. Mi mente me decía que era bueno esperar, dejar que ella disfrutara de su momento sin enredos ni presiones de ningún tipo, que fuera su compañera. Dedicarnos a reprimir sentimientos por un tiempo y afianzarlos para poder retomar todo con seguridad, eso era lo mejor.

No podía estar más equivocada.

Y esa mañana, charlando con su mejor amiga mientras nos fumábamos un porro a medias, fui consciente de ello.

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—Y por favor, ahórrate los discursitos de "no quiero ir deprisa", "tengo miedo", "es lo mejor",  que ya me los sé de memoria.

—No es un discursito, es la verdad...

—¿Estar separadas es lo mejor, Alba?

—Ahora mismo sí —confirmé—, sobre todo para ella.

—¿Estás haciendo esto por ella? —cuestionó perpleja—. No me jodas, Reche...

—¿Crees que es bueno para ella que yo venga con mis dudas, que sea para ella una mochila llena de piedras con la que cargar?

—Si vas con esa mentalidad desde luego que no te puedes plantear nada. No entiendo por qué tienes tantas dudas, ¿qué problema hay?

—El problema es que no quiero cometer los mismos errores y siento que estamos tropezando con la misma piedra constantemente

—Quizás es porque ninguna de las dos está haciendo nada por quitarla del camino, ¿no crees?

—O porque ninguna está preparada para quitarla.

—Entonces dejadlo de una vez, dejad de haceros daño y pasar página. Si no eres capaz de estar con ella suéltala, no la retengas en una historia por la que no quieres luchar más.

—Una historia por la que no quiero luchar... ¿me estás tomando el pelo?

—Para nada, es lo que estás demostrando. En vez de ser valiente, poner el pecho y navegar juntas prefieres poner el ancla y lanzarle un bote salvavidas para que intente sobrevivir, sin ti.

—Si va en un bote salvavidas está protegida, no en un barco que puede acabar chocando como el titanic. Lo único que quiero es que esté bien, aunque sea sin mí.

—¿Eres consciente de que estás tomando una decisión por las dos? Otra vez —puntualizó—. No le estás dejando que elija si quiere subirse al barco o prefiere quedarse abajo.

—No la dejo elegir porque no quiero que lo tire todo por la borda. Estoy decidiendo por las dos porque estoy pensando en su bien, justo lo que ella menos va a hacer y eso deberías saberlo. Natalia antepone el bienestar de todas las personas al suyo propio y esta vez no me da la gana. En este barco yo soy la capitana y decido que ella va en el bote.

—¿Pues sabes qué creo? Que te importa una mierda que se hunda, que la estás obligando a lanzarse a la deriva y que se las apañe sola. Eso no es estar bien, Alba, no la quieres tanto como dices.