Capítulo 5

4.1K 137 2
                                    


Natalia


Todo parecía volver a su cauce.

Había salido a tomar algo con Mikel y ahora estábamos en su casa dispuestos a ver la película A star is born, puesto que ir al cine no estaba en mis planes. Me quedé con las ganas de verla antes de entrar en la academia y ahora que había cantado Shallow tenía que verla sí o sí. De hecho, Miki me dijo hace unos días que ya la había visto y que yo tenía que hacerlo cuanto antes, que me iba a encantar. Por eso, cuando Mikel me propuso ver una película no dudé en pedirle esa.

Se sorprendió que no quisiera ver Coco, puesto que adoraba esa película y me enfadé muchísimo cuando, justo una semana antes de entrar a la academia, fuimos al cine y en la apuesta que hicimos ganó Los increíbles 2 y no esa. Y es que era verdad que quería verla, pero no ahora, no con él. Esa película la tenía que ver con otra persona, la cual no estaba aquí.

Finalmente, acabé llorando como una jabata con la película, Miki tenía razón en todo lo que me dijo. Al verme así, Mikel me rodeó con sus brazos apoyándome en su pecho, lo que logró hacer que llorara más y él comenzó a acariciarme la espalda tratando de consolarme. Sin embargo, lo que no sabía es que no tenía consuelo, no era la película el único motivo de mis lágrimas.

Mi relación con él no era igual, a pesar de que le dije lo contrario cuando me lo preguntó cuando nos reencontramos. ¿Qué iba a decirle?

"Mikel no te he echado de menos como debería hacerlo, no siento lo mismo, lo siento."

Joder yo no era así, además le quería, eso lo sabía, sólo tenía que aclararme. Necesitaba verle, estar con él, descubrir por mí misma la manera en que le quiero, si quiero seguir con él o no.

Cesó con sus caricias y dejando una mano en mi espalda usó la otra para coger mi barbilla y levantar mi cabeza suavemente. Nos miramos a los ojos y se acercó a mí muy despacio para besarme. Un simple roce porque se separó unos pocos centímetros de mí, dejando nuestras frentes unidas y nuestras narices tocándose para después mirarme a los ojos de nuevo, congelándome completamente con su mirada. Una mirada que gritaba "déjame cuidarte".  Y eso fue lo que hice. 

Le dejé.

Esta vez fui yo quién juntó nuestros labios, poniendo mi mano sobre su nuca para acercarle a mí. Poco a poco la intensidad del beso subió y acabé recostada entera en el sofá con él encima de mí. A pesar de la excitación del momento, me acariciaba y besaba con cautela, tratando de hacerme sentir especial. Todos sus movimientos eran cuidadosos, iba muy despacio. Como si fuera la primera vez.

Y es que realmente es como si lo fuera porque la Natalia que volvió de la academia no era la misma que la se fue de aquí, era otra persona diferente. Ahora sólo tenía que averiguar si esta nueva Natalia seguía anclada a él.



Alba


Había pasado toda la tarde con mi hermana en una tienda de teléfonos comprándome uno nuevo y aún seguía intentando adaptarme a él y ponerlo al día a las tantas de la madrugada. Toda la vida teniendo un Android al que poco uso le daba y ahora tenía entre mis manos el último modelo del iPhone, las vueltas que podía llegar a dar la vida.

Me metí en twitter y comencé a ver los miles de dibujos que me llegaban por parte de los fans, había algunos verdaderamente buenos. Seguía sin creerme que gente que no me conocía de nada había perdido su tiempo en plasmarme en uno, a mí, que sabía perfectamente el trabajo y la paciencia que había que tener cuando lo hacías. Me encantaría poder agradecérselo a todas y cada una de las personas que me habían mandado los suyos porque eran auténticas obras de arte.

¿Y ahora qué? || Albalia  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora