Capítulo 37

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Natalia


Más perdida que ocho perdidas.

Todo lo que había construido este tiempo se había roto en pedazos en cuestión de segundos. De nada me habían servido las veces que me repetí que se acabó, que tenía que alejarme sí o sí, que haría lo que fuera para olvidarla... Había vuelto a caer en sus redes, había bajado la guardia y ahora no había manera de volver a armarla, mis fronteras habían sido franqueadas y conquistadas por Alba Reche una vez más.

Lo supe en el momento en el que pisé el estudio de los Javis, cuando la vi y descubrí por qué estaba allí, por esa razón quise evitarlo, no quería entrar al juego porque sabía que la que iba a acabar perdiendo era yo. Era algo con lo que llevaba luchando desde el primer día que la volví a ver, en el momento en que me reencontré con ella y me suplicó que la dejara explicarse.

No la dejé porque sabía que me rendiría.

No la dejé porque con un simple "Hola" me hizo temblar.

No la dejé porque tenía que alejarlme de ella.

Y a eso es a lo que me estuve dedicando desde aquel día, hiriéndola de cualquier forma posible con tal de mantenerla lejos, inalcanzable. Todo se complicaba cuando la veía mal, saber que estaba haciéndola sufrir me dolía y hacía que me replanteara si merecía la pena continuar, pero cuando volvía a sentir ese dolor abrasador en el pecho que ella me había provocado, volvía a colocar la coraza para protegerme del mundo.

Para protegerme de ella.

El problema vino cuando esa coraza iba resquebrajándose cada vez más por el mero hecho de compartir espacio con ella. Tenerla en mi mente se volvió a convertir en una rutina: me acostaba pensando en ella, miraba sus fotos, recordaba... Mis defensas flaqueaban, lo que me frustraba y al final acababa pagándolo muchísimo más con ella.

Me cegué tanto en ello que me costó reconocerme.

Pero no me quedaba otra, si yo no podía olvidarla, ella tenía que asumir las riendas. Tenía que conseguir que me olvidase, que ella misma quisiera alejarse de mí. Fuera como fuese.

No lo conseguí, dejé que se acercara y una vez empezó fue imposible detenerlo, con cada palabra que salía por su boca mis defensas se iban debilitando hasta que no quedó ninguna.

Me había dejado atrapar.

Y una vez atrapada no había forma de liberarme. Aunque ahora empiezo a dudar de si verdaderamente quería hacerlo. Entendí que todo este tiempo me había estado empeñando en alejarla para que no pudiera volver a meterse en mi interior y la realidad era que Alba seguía clavada en lo más profundo de mi ser porque nunca se había ido.

¿Y ahora qué?

Ahora estaba muerta de miedo.

No podía evitar sentir pánico a raíz de nuestro último encuentro, donde yo misma me adentré en mis entrañas y se las serví en una bandeja. Estaba débil, vulnerable a todo... Como si yo fuera la diana y ella quien lanzaba cuchillos, completamente indefensa y a su merced.

Podría hacer conmigo lo que quisiera.

No quería eso. No quería dejarme a la virtud de nadie, quería decidir por mí misma, sin correr, las cosas con prisas nunca salen bien. Tenía que prepararme mentalmente para este cambio, para dejar de luchar contra algo que no podía vencer y mentalizarme de ello.

Alba era parte de mí y no podía seguir sin ella, la necesitaba a mi lado.

Tenía que reconstruirme poco a poco, volver a sentirme bien conmigo misma y tratar de encontrar el punto medio que nos diera bienestar, a las dos. Pero para lograrlo necesitaba tiempo y espacio. Enfocarme en mi ep y trabajar en él fue lo más acertado que hice. Solo la música era la única capaz de calmar todas mis tempestades.

¿Y ahora qué? || Albalia  [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now