Capítulo 35: ¡Estoy loco!

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Estoy leyendo el mensaje en el teléfono, que proviene de Sofia,...

Al final creo que me ha visto por el centro comercial con Ana, y yo no pude ni pensar que ella estaría allí trabajando, en verdad no vi nada, ni a nadie.

Sofia es una gran mujer, y yo no se lo que soy,... Han sido unos momentos muy bonitos, cuando he sentido el interés  de Ana  por mi, pero después sólo me han quedado las penas.

Mientras estoy entrando en casa, escucho una voz femenina que me dice:

- Disculpe, ¿es el dueño de esta casa?.

- Sí, ¿por qué?.

- Me llamo Patricia, y soy la psicóloga que manda el hospital a evaluarlo.

- ¿pero todavía quedan días para que usted viniese o eso creo?.-

- Sí, pero he decidido visitarlo antes señor Guillermo, el médico no lo olvida, piensa que es un peligro para si mismo y para los demás, me ha realizado todos los días, llamadas insistentes, con la exigencia de que tenía que verle con urgencia.

- Señorita Patricia, no ha venido en el mejor momento, pero pase sin problema a mi humilde morada, - digo yo abriendo la puerta.

Ella se sienta en sillón donde Ana se colocó cuando entró por primera vez a mi casa, y yo me puse en el mismo lugar que en esa ocasión.

Pienso que estoy muy cansado de mi vida, tantos problemas, y decepciones me tienen muy asqueado, dicen que en la vida hay que aprovechar las oportunidades, y la mía es la de que me internen en un centro psiquiátrico y así librarme de todo.

La psicóloga saca de su bolso un blog de notas, y un bolígrafo, cruza sus  piernas, y se pone en actitud de apuntadora, y me dice:

- ¿Como se siente usted Guillermo?.

- Pues señorita yo estoy muy bien, venía de visitar a mi amigo imaginario que me pega si no le veo,.. Es un juerguista, nos hemos emborrachado con agua con gas, así que si digo algo que no deba ser, no se preocupe, tiene justificación como la he dicho.- 

La psicóloga me mira con cara un poco rara, creo que lo estoy consiguiendo y sólo he empezado.

- Guillermo dime, que haces en un día normal, ¿cuéntame?

- Esta mañana por ejemplo, después de hacer mis ejercicios de larva y gusano, me he duchado con zumo de tomate, frotándome la espalda con una tostada, más tarde he ido a pasear al geranio, porque no me gusta que se haga pipí en casa, tiene el metabolismo tan rápido que cuando le doy agua, en segundos le apetece ganas de hacer sus cosas,...  ¡Mi geranin lo quiero más!... Esta mañana lo he tenido que separar de una zarza, casi lo hace daño con sus espinas, menos mal que he podido evitar una desgracia,... Deberían llevar collar y correa, ese tipo de razas de plantas tan peligrosas, algún día pueden acabar con alguien,... 

- Espere un momento por favor, que me ha recordado que tengo que dar de comer al geranio, lo traeré aquí, ¡no se preocupe!, ¡no muerde!, esta muy bien adiestrado.

Me levanto del sillón, y de la cocina tomo unas galletas para perros (que había comprando cuando tuve que cuidar al perro de mi vecina Encarna, y la maceta del geranio, camine de vuelta al salón, y puse la maceta encima de la mesa delante de la psicóloga, después empece a decir al geranio:

- ¡Buen chico!, ¡buen chico!, ¿quien te quiere a ti?, siii tu papi,... venga dame la hoja, dame la hoja y te doy un regalo - digo mientras acaricio una de sus hojas y recompenso al geranio tirando en la maceta una galletita de la bolsa.

- Bueno señora ilustrísima psicóloga puede proseguir - dije yo sentándome en el sillón.

- Todavía no me ha terminado de decir que más cosas hace durante el día.- dice ella un tanto nerviosa.

- Suelo trabajar  desde casa, porque en la agencia de publicidad escucho voces de otra dimensión, me dicen mancha a la gente de alquitrán, yo me resisto, pero caí un día que pasé por una calle que estaban asfaltando, tomé en un pañuelo un poco de asfalto que estaba muy calentito, y cuando llegué me empecé a lanzarlo a mis compañeros y compañeras,... Ante tal revuelo y enfado de quienes ensucie, mi jefe decidió que me enviaría el trabajo al ordenador, ¿si conoce usted a alguna de sus compañeras que sea parapsicóloga podría  darme su número, ¡la agencia necesita un exorcismo,...!

- Al terminar de jugar al solitario, es así como trabajo con el ordenador, como bailando, es la mejor forma de adelgazar el quemar las calorías mientras las ingieres, por eso tengo este tipin - digo abriéndome la camisa y enseñando el michelín derecho.

- Por la tarde tomo clases de jirafa, gracias a estas clases he conseguido que crezca mi cuello unos centímetros ya, de aquí a un año, podre tomar las manzanas de los árboles más altos, me voy a ahorrar un dineral en la frutería.- digo yo alargando el cuello

- Ya por las noches duermo encima del armario, para que el tigre no me de un salto, es hermoso , ¿no cree usted?.

- ¿Puede traerme un vaso de agua por favor?- me dice Patricia, quizás cansada de estar anotando tanto en su libreta.

- Sí claro, respondo dirigiéndome a la cocina.

Abro el grifo, dejo salir algo de agua, y saco el vino de mesa, de la despensa, que utilizo para cocinar para echar un poco en una taza.








LOCAMENTE PERDIDO. (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora