Capítulo 24.

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Cuando llego la policía la ambulancia ya se había llevado a TaeMin y a Soo, KiBum era metido dentro de una de las ambulancias también junto con el señor que manejaba el camión. En el hospital de Seúl, estaba siendo atendido KiBum mientras a TaeMin lo metían a quirófano rápido, era el más grave de los tres, tenía una gran hemorragia. Llegaron ambas familias y el papá de KiBum fue quien entro a verlo, el rubio mantenía la mirada fija en la pared, se notaba que estaba llorando, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz y mejillas, tenía vendada una de sus piernas y su hombro derecho.

—Hijo, no puedo creerlo...

—Yo... —Volteo a verlo y rompió en llanto, tomándose la cabeza con ambas manos—. Los doctores me dijeron que tenían que sacar rápido a la bebé, ya que el corazón de TaeMin no aguantara mucho tiempo... papá, voy a perder a TaeMin para siempre...

—Lo siento tanto, pequeño...

El hombre abrazó a su hijo y este se rompió en los brazos de su padre, en la sala de espera estaban los papás de TaeMin devastados con la noticia, la mamá de KiBum estaba igual llorando mientras hablaba con los padres de taemin y buscaba consolarlos. Arisa apareció, quería ver a Soo, estaba tan preocupado por él.

***

—Soo...

Arisa le vio conectado a miles de máquinas, estaba vendado de la mitad de su cara y su cabeza. Miro a Arisa y sonrió despacio.

—Lo siento mucho, Arisa...

—No digas nada... sabes que todo estará bien. —Se sentó en la silla cercana a la camilla y tomo su mano—. Sabes que siempre serás importante para mí. Te amo por sobre todas las cosas, tenemos... un bello hijo.

—¿Tenemos un hijo? —Soo le miro sorprendido, cerro sus ojos y comenzó a llorar—. Es mejor que crea que su padre lo abandono a que sepa la clase de tipo que fui... TaeMin tiene razón, lastime a muchas personas y casi mato a KiBum... mi amor se convirtió en obsesión...

—Soo, veras, TaeMin... fue metido de urgencia a quirófano... su corazón no soportará mucho, los doctores dicen que puede que muera después del parto.

Soo solo le miro y comenzó a negar, él había causado todo eso, no podía creer hasta donde había llegado. Lloro fuerte y apuntó la puerta.

—Háblale a KiBum... quiero verlo, por favor...

—Cálmate Soo, por favor... iré rápido, pero cálmate...

***

KiBum se negaba a ir a verlo, quería estar con TaeMin en todo momento, no quería dejarlo solo ni un momento. Pero al ver la desesperación en los ojos de Arisa, aceptó.

Dentro de la habitación, vio que Soo estaba igual de mal, se sentó en la silla y le miró fijamente.

—Espero y estés contento...

—Lo siento mucho... —Soo se tocó su pecho y suspiro—. TaeMin tenía razón en todo lo que me dijo dentro del auto... estoy enfermo, mi amor se convirtió en obsesión... quise tenerlo a diestra y siniestra, quería tenerlo para mí y que me amara como te ama a ti... soy un estúpido que el lugar de salvarlo y hacerlo feliz, lo lleve a la muerte...

—Quisiera odiarte... quisiera hacerlo... pero no puedo. —KiBum comenzó a llorar también, sin dejarle de ver—. Pero nadie merece el odio... solo espero y dios pueda perdonarte.

—No me queda mucho tiempo... por favor, toma mi vida y dásela a TaeMin, ustedes tienen un gran camino por delante... quiero que dios me perdone, que sepa que me arrepiento profundamente...

—¿De que estas hablando, Soo? ¿Cómo que poco tiempo?

—Es mi momento... pagaré todos mis pecados y mis errores... recuerda muy bien esto, KiBum... esa niña que acaba de nacer es tuya, lleve mi sangre o no... siempre será la hija de Kim KiBum. —Apuntó la mesita y comenzó a toser—. Ahí hay una carta en donde escribo mi testamento, está firmada por mí, cuida de Arisa, de TaeMin y de tu bebé.

KiBum tomó la hoja y cuando comenzó a leerla la máquina comenzó a pillar, Soo convulsionó y KiBum comenzó a pedir ayuda. Unos doctores y enfermeras entraron a revisarlo y sacaron a KiBum del cuarto, observo todo por la ventanilla y vio que los doctores negaron, comenzaron a desconectar las máquinas, en el rostro de Soo podía verse una sonrisa, el rubio pego su frente a la ventanilla y comenzó a llorar, eran muchas emociones juntas.

La carta fue entregada a un doctor que la leyó detenidamente, le tomó del hombro y le sonrió.

—¡Doctor venga rápido! El corazón de Lee se ha detenido.

La enfermera gritó, KiBum dejo de escuchar todo a su alrededor, los padres de TaeMin gritaban histéricos y su familia solo podía ir a detenerlo, se había desmayado. 

La hija de Kim KiBum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora