Capítulo 23.

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KiBum estaba más desesperado que antes, el padre de su esposo había contratado algunos guardias para que siguieran al rubio en todo momento, no comprendía porque estaba pasándole todo esto.

—Padre, iré en busca de TaeMin, cuide de mi hija por favor.

—¿A dónde irás, hijo?

—Iré buscándolo por cada rincón de Seúl. —Guardó su último suéter en la mochila y se la colocó en la espalda—. Pero no voy a regresar hasta que el regrese conmigo.

—Cualquier cosa, llámame, iré enseguida en su auxilio.

Abrazo a su padre y suspiro profundo. Comenzaría una búsqueda interminable hasta dar con el responsable de secuestrar a su esposo.

***

Por otro lado, Tae se negaba a comer, en unas horas tenía a un Soo hablándole de millones de nombres para bebés, era más que obvio que no estaba bien de la cabeza, una idea cruzó por la mente del chico.

—Tengo un antojo...

—Dime cual es. Lo iré a comprar.

—Quiero galletas de chocolate...

—Enseguida.

Soo salió rápido de la habitación, tanto que no se percató que le había dejado suelto, se levantó de la silla y comenzó a buscar algún celular o teléfono de casa, tenía que llamar a su esposo. Al encontrar uno lo encendió y comenzó a teclear tan rápido como sus dedos le permitían, la policía, ellos llegarían rápido a donde se encontraba, se tocó el pecho, una punzada se había dado fuerte cerca de su corazón, maldecía por lo bajo, no ahora.

Se escuchó la puerta abrirse, apago el celular y lo escondió al mismo tiempo que corría y se sentaba en la silla de nueva cuenta, la puerta se abrió dejando ver a un Soo con una bolsa negra en donde llevaba las galletas que él había pedido segundos antes.

—No tarde mucho, la tienda de a unas cuadras estaba abierta, no sabía qué tipo de galletas te gustaban, pero te traje de dos tipos. —Se acercó a él y le desató, dándole las galletas.

—No te hubieras molestado, muchas gracias. —Fingió amabilidad y abrió el paquete más llamativo, llevo una galleta a su boca y sonrió.

***

A las afueras de Seúl se encontraba un KiBum recargando gasolina en una gasolinera cercana, escucho como dos de los empleados hablaban acerca de un chico que llevaba un pasamontaña negro siempre puesto en su rostro, la plática le resultó interesante así que se acercó un poco más y logró colarse en ella.

—Disculpen... ¿No saben con quién iba ese sujeto?

—Creo que llevaba consigo a un joven de cabello negro. Vi que estaba embarazado, como que casi daba a luz, quizá era una pareja de jóvenes recién casados disfrutando de su vida, no lo sabemos. —Uno de los empleados miro al chico, le apunto la carretera en la curva—. Y para ser sinceros, ese mismo chico siempre se va por esa dirección.

El rubio miró hacia donde apuntaba el empleado, su corazonada le decía que su esposo podría estar en peligro, respiro profundo y asintió.

—Muchas gracias... con su permiso.

—De nada, joven, que le vaya bien.

KiBum se fue rápido hacia su automóvil y arranco el mismo hacia la dirección en la que esos hombres le habían indicado, si ellos lo habían visto eso quería decir que iba varias veces por ese rumbo, cada vez sentía que iba por lugar correcto.

***

"Recibimos una llamada de un número desconocido pidiendo ayuda, al parecer lo tienen secuestrado a las afueras de la ciudad."

La hija de Kim KiBum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora