Capítulo 22.

25 4 2
                                    

La pequeña Gwiboon se encontraba dibujando con la abuela, su mamá se movía de lado a lado como si estuviera haciendo una zanja en el piso, la pequeña dejo de dibujar y miró a su mamá curiosa.

—Omma, ¿Papá vendrá pronto a casa? Extraño jugar con él.

—Sí, nena, pronto vendrá con nosotros a jugar.

—Papá. Bum. No Soo. —La pequeña abultó sus labios y le enseño la hoja—. Mira... eres tú, papá, yo y hermanita.

Le explico apuntando sus dibujos en la colorida hoja, TaeMin tragó saliva con esfuerzo, iban para una semana que no se aparecía en la casa. Él se acercó a su hija y vio la hoja más de cerca, abrazó a su hija siendo correspondido de inmediato. Quiso llorar en ese momento ms se aguantó, tenía que ir a hablar con su esposo de todo, ponerle un fin a la discusión.

—Mamá, cuida de Gwiboon... saldré un momento.

—¿A dónde iras a estas horas? —Su madre preguntó.

—A buscar a KiBum.

***

TaeMin se encontraba frente al lugar en donde había conocido a su esposo, los recuerdos llegaron junto con la fría brisa que azotó su rostro sin ningún cuidado alguno, estaba haciendo frío, había comenzado a nevar un poco, relamió sus labios y frotó sus manos para darse calor. Su hija se movió y este se sobo su vientre, mordió sus labios antes de caminar a su destino.

A pocos metros de ese lugar vio como un carro negro había comenzado a seguirlo despacio. ¿Por qué había aceptado venir a pie y en estas condiciones?

Hizo como que no lo había visto y siguió caminando, el auto se estaciono y de allí salió Soo con medio pasamontañas puesto, TaeMin comenzó a correr y llamó como pudo a KiBum, contestó el otro y TaeMin casi se cae.

—KiBum, ayúdame... alguien me está siguiendo.

—¿Qué? ¿En dónde estás?

—¡Déjame! —Se escuchó como TaeMin maldijo—. ¡KiBum, en el parque en donde nos conocimos! ¡Déjame, mierda!

"Cállate y ven aquí, dame el maldito celular."

La llamada se cortó, KiBum se quedó pasmado al escuchar la voz, tomo sus cosas y salió corriendo de su oficina lo más rápido posible, entro a su auto y condujo lo más rápido posible hacia ese parque en donde había conocido al menor. Al llegar no encontró ningún carro, tampoco gente y menos a TaeMin, se bajó del auto y corrió hacia el centro en donde logro ver la bufanda de TaeMin, la tomó y comenzó a desesperarse, llamó a su celular varias veces y marcaba fuera de servicio. Busco en el parque bajo la nieve alguna señal del menor más nada apareció, comenzó a pensar lo peor, más había alguien que podría darle pistas. Fue hacia su auto y arranco rápido hacia la casa de TaeMin, estaciono como pudo y se bajó rápido, entro y miro a su suegra jugando con GwiBoon, la mujer mayor al verlo así de agitado se asustó y levantó rápido para acercarse a él.

—¿En dónde está TaeMin?

—Es lo que venía a preguntar, me llamo diciendo que lo estaban siguiendo y después gritaba que lo dejaran, me hablo de un parque, fui allí y solo encontré su bufanda, le estoy llamando desde hace como diez minutos y nada que me contesta.

La mujer se tapó la boca con sus manos, comenzó a temblar del miedo que sintió cuando el chico le explicó, negó temblorosa mientras sacaba su celular para intentar llamarle también y volvía a dar el mismo resultado, marcaba fuera de servicio.

—Mi hijo... ¿Qué le sucedió? ¿Quién sería capaz de hacerle algo así? Espera...

—¿Lo cree así? Dude en pensarlo... —Se pasó una mano por su rubio cabello y suspiro angustiado.

—Ahora si no sé qué haremos. —Vio de reojo que la niña venía rápido hacia ellos y abrazaba a su papá de la pierna—. Pequeña... papá está cansado.

—Déjela, está bien. —Se agacho para cargarla y besar su mejilla—. Hola, pequeña.

—Papi, ¿En dónde está mamá?

—Mami fue... a comprar algo, él regresará, estará bien y estaremos juntos los cuatro.

***

Por otro lado.

TaeMin se encontraba con la boca cubierta con cinta, estaba atado de manos y sentado en una silla, intentaba moverse más por su vientre no podía hacerlo, cerró sus ojos unos segundos evitando desesperarse, estando en ese estado no podía hacer mucho, su corazón estaba latiendo mucho, su cabeza daba unas fuertes punzadas cada que se intentaba mover. Se quedó inmóvil cuando escucho la puerta abrirse, trago saliva y vio la puerta, entró el mismo chico que le secuestró, este se quitó el pasamontaña y descubrió que era nada más y nada menos que Soo.

—Mi querido, TaeMin. —Se acercó hasta donde estaba el menor y colocó una silla enfrente suyo, se sentó y miró su rostro sonriente—. Ya casi estas por dar a luz, nos iremos lejos, tendremos a nuestra pequeña juntos alejados de todos, hasta de tus padres si es posible.

Soo le quitó la cinta a TaeMin y este negó rápido, no quería hacerlo, no quería aceptar lo que decía, la locura de Soo iba sobre los estándares. Se relamió los labios y soltó un sollozo.

—No me iré contigo, sabes bien que no te amo y no puedes forzar un corazón...

—No me amas porque ese estúpido se interpuso entre los dos... él no te merece, Tae. —Se golpeó el pecho con su mano—. Yo sí, esa niña es mía, no suya.

—La ama como si fuera suya, padre no es el que engendra, es el que cría y ama sin importar la sangre.

—Pues yo no te dejare ir, como dije, solo seremos nosotros tres, si tengo que matarlo para que estemos juntos, lo haré, TaeMin. Pero no cometeré el mismo error de dejarte.

—¡No te atrevas a ponerle una mano encima a KiBum! —Le gritó, soltando en llanto.

De solo imaginar que podrían hacerle daño a su esposo le ponía ansioso, quería golpearlo, escapar, se sentía inútil en ese estado, hasta su hija había dejado de moverse, respiro profundo y busco soltar sus manos, el estirón que se dio solo hizo que se lastimara, bajo su cabeza y cerrando sus ojos se puso a llorar fuerte. Soo reía ante la ocurrencia de TaeMin, ¿Quién le impediría hacerle daño a KiBum? Nadie. Decir que tenía problemas era poco.

—Será mejor que duermas un poco, TaeMin, con tus lágrimas no harás que me detenga.

—Por favor... no lo hagas...

—Descansa.

Soo salió de nueva cuenta y cerró con llave guardándose está en el bolsillo de su chaqueta, se miró la mano izquierda, todavía llevaba el anillo de matrimonio, camino por el pasillo y entró a su habitación, en el tenía sobre la cama el peluche con el que jugaba antes él y TaeMin, muchas fotos pegadas en la habitación de este y a uno de sus costados una foto de KiBum tachada con rojo, podían verse algunos cuchillos clavados en la pared, Soo se sentó en la orilla de la cama y se tocó la cabeza mientras ponía sus manos en sus rodillas, estaba cabreado.

¿Cómo podía ese rubio tenerlo todo? Años y el menor seguía prefiriendo al rubio, su respiración era agitada, soltó un grito y se recostó en su cama, miro el techo y gruño.

—Serás mío... quieras o no. 


Buenas, buenas, buenas. Lamentablemente siempre llego tarde, años conociéndome así, ahno. ¿? 

Estamos solo a dos capítulos de terminar, gracias por el apoyo que me brindan poco a poco, aunque no venga muy seguido, disfruten y nos vemos pronto, ¡Los amo!

La hija de Kim KiBum.Where stories live. Discover now