-Mírame, Tauro- los ojos castaños se clavaron en él, el toro estaba aterrorizado, Virgo había estado despellejando a la dueña de la casa cuando los ayudó, justo frente a ellos -Necesito que hagas silencio, Virgo no puede vernos, o nos matará, ¿bien?, él se va a poner bien cuando suene la campana-.
El chico bronceado temblaba como una gelatina y Cáncer extendió sus manos, tenía que calmarlo, las colocó a ambos lados de su rostro y le secó las lágrimas. Aquella linda carita comenzaba a calentarlo más que el sol del verano.
Estaban apoyados contra una puerta. Ambos habían conseguido meterse en una de las habitaciones de la extensa casa y trabaron las entradas.
Pero el problema no eran las aberturas, sino el llanto constante de Tauro.
-¿Cuántos años tienes?- interrogó tratando de distraerle, de lo contrario comenzaría a llamar la atención.
-Diecisiete- el chico solo hipaba.
"La puta madre, es ilegal" se lamentó Cáncer.
-¿Y tú?, ¿a qué escuela vas?- Tauro no hacía ni idea de la edad del cangrejo. Quien bufó divertido.
-A ninguna, tengo veintiseis- realmente quería atacar al toro. Y estaba conteniendo a Arthur para no decir ninguna guarangada.
-¿Qué?- Tauro se paró y levantó a Cáncer, lo miro desde todos los ángulos -Creí que tenías dieciseis- murmuró y su rostro estalló en un sonrojo.
-¿Tan vírgen me veo?, para eso está tu primo- Cáncer le mostró una sonrisa y luego sintió la malicia de aquella frase.
-¿He?, ¿qué?, no- Tauro se había puesto nervioso.
-Ah, entonces me veo como un prostituto de dieciseis años, gracias Tauro- Cáncer fingió estar dolido y le dio la espalda.
"Vamos Toro..., un poco más" murmuraba Arthur en su cabeza.
-No, ¿qué?, para nada..., yo..., no quise ofenderte- trató de ponerse en frente del signo de agua pero este le ignoraba -Lo lamento...-.
-No importa, oye, me surgió una duda- Cáncer se dio vuelta -¿me la responderás como disculpa de tu grosero actuar?- y esbozó un puchero.
-S-sí- tenía las orejas ardiendo y sentía el sudor en sus manos.
-¿Eres vírgen?- Cáncer se le apoyó sobre el pecho y lo miro desde abajo, disfrutando de la cara de sorpresa y vergüenza del contrario, él no tenía pudor alguno.
-S-sí- contestó tratando de mirar hacia otro lado -No me veas así- pidió retrocediendo.
-¿Así cómo?- Cáncer le empujaba lento, hasta que llegaron a la cama. Sentía como Arthur se estaba volviendo loco en medio de aquella situación. Le incitaba a pervertir a ese niño bonito que tenía delante.
-¿Qué?, ¿qué pasa?- Tauro le puso la mano en el pecho tratando de frenar al pequeño niño que se acercaba a él como un depredador. El toro se sentía acorralado, y la sensación no le molestaba realmente, eso lo estaba confundiendo.
-¿Y no quieres perderla?- se mordió el labio mientras hacía que Tauro se acostara y él se colocaba sobre su pecho.
-Y-yo- Cáncer se sentó en su zona pélvica y colocó una pierna a cada lado del cuerpo del bronceado, a horcajadas.
-¿T-tú qué?- Cáncer le hizo una pequeña burla y le guiñó el ojo, comenzando a frotarse contra el más alto.
Tauro no respondió, a lo que Cáncer comenzó a dar pequeños saltitos provocando que el signo de tierra le tomase de la cintura y le siguiera el juego. Aquello era extrañamente exitante.
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Doce Horas Para Sobrevivir [Zodíaco] {Yaoi}
HorrorEn un país azotado por la delincuencia y el desempleo, el gobierno aprueba un periodo anual de doce horas, durante el cual todo delito es legal. Nuestros doce favoritos serán nuestros protagonistas. Si en una noche cada año, se pudiera hacer lo des...