Capítulo 11 2/2

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9:01 p.m.:

Dies horas y cincuenta y nueve minutos para que finalice La Purga:

-Tauro, ¿qué diablos fue eso?-.

-No lo sé, pero seguro no es nada de que preocuparse- Tauro se metió a la boca la última cucharada de torta, y sacudió sus manos como un acto reflejo -Pero, la casa es algo vieja, algunas maderas crujen-.

-Tauro, eso sonó como una maldita pisada- Virgo se levantó indignado y se acercó hasta el ojo que todo lo controla y lo desenchufó.

-¡Hey!-  el castaño miro con enojo al mayor -Asesinaste al televisor-.

-Cállate, hay alguien dentro de la maldita casa. Y no me mires con cara de borrego degollado, es así- Virgo comenzó a alejarse en dirección a las escaleras -Sígueme- ordenó.

-Bien, bien ya voy mamá- bufo el toro, sabiendo que ya no había manera de librarse de ello. Por un lado sabía que Virgo siempre estaba atento a todo por el bien de ambos, pero rogaba seriamente el que por primera vez los instintos paternales del mayor estuvieran errados.

Avanzaron en total silencio y llegaron a la planta alta, Virgo avanzaba primero y sostenía con fuerza un bate, detrás lo seguía Tauro quien se percataba de que nadie los atacara por la espalda y llevaba una cuchara de cocina.

Ya habían recorrido todo el piso y parecía no haber nadie.

-¿Viste Virgo?, está todo vacío- comentó Tauro restándole importancia al asunto mientras se alejaba en dirección a la cocina pensando en hacer un torticidio.

El chico pálido negó confundido, juraba haber oído pasos. 

Virgo entró a su habitación, tal vez estaba demasiado estresado. La universidad lo traía realmente ajustado y todo el tema de la depuración lo presionaba aún más. Vio que sobre su cama había dejado uno de sus tantos apuntes, se apresuró a acomodarlos sobre su mesita de luz, no quería extraviarlo, sería un enorme lío conseguirlo de vuelta. 

Se volvió a la puerta dispuesto a salir, pero un pequeño sonido llamó su atención, volteó hallándose con las hojas en el suelo. 

Pero lo que más lo golpeó era que las cortinas se movían a causa de una suave brisa que entraba desde afuera... siendo que él nunca había abierto la ventana.

-¡Tauro!- gritó sintiendo la desesperación escalar por sus venas, se abalanzó sobre la puerta y corrió escaleras abajo con el corazón y el resto de sus entrañas en la boca.

Miro hacia todos lados, tratando de interceptarlo. Se dirigió a la cocina sabiendo de antemano que el niño tenía que estar ahí; y todo hubiera sido más rápido si Tauro fuera un ser más quieto y un poco menos movedizo cuando la situación no lo amerita.

-Maldita sea Tauro- murmuró Virgo al ver que no había rastro alguno del castaño -Te pido que saques la basura y estás en la cocina o acostado en el sofá; te pido que limpies y estás en tu pieza durmiendo; te pido que me ayudes y estás en el baño comiendo gomitas; pero justo hoy tienes ganas de moverte-.

Fue solo un segundo en el que la casa quedó completamente a oscuras. No porque las luces no hubieran estado apagadas desde un principio, sino porque todos los focos de la calle parecieron suicidarse al mismo tiempo. Virgo sacudió su cabello, comenzando a entrar en pánico, por solo un segundo queriendo mandar al diablo todas las responsabilidades que tenía, pero desistió. No podía dejar solo a aquél niño por más molesto que fuera algunas veces, le quería.

Se acercó al cajón de la cocina y removió los utensilios de cocina de Tauro, encontrando en el fondo (muy bien escondido) un cuchillo profundo y afilado con mango de metal color blanco y varias inscripciones a las que ignoró como otras tantas veces.

Virgo comenzó a caminar con suma cautela, recordándose que había un intruso con ellos y que su familia estaba en peligro. Revisó el living y el baño de la planta baja. Pasó por  dos de las habitaciones y subió por las escaleras trasera, desembocando directamente con la habitación de Tauro, donde lo único que halló fueron todos los prototipos de autos que el pequeño fabricaba cuando estaba aburrido. Estaba a punto de abandonar de la habitación cuando un sonido llamó su atención, en el armario.

Se acercó empuñando el cuchillo con mayor fuerza, sintiendo como su sangre bombeaba con fuerza y abrió la puerta de un tirón.

-Shhh- la mano lo atrajo al interior de un solo tirón.

-¿Qué diablos?- murmuró tratando de adaptar sus ojos a la intensa oscuridad que los rodeaba.

-Shhh, ¿recuerdas a Abigail?- murmuró Tauro, haciéndose más pequeño para que ambos pudieran entrar bien.

Virgo asintió pensativo tratando de recordar su rostro que con el paso de los años se había vuelto difuso, recordaba a la chica en sí pero nada más.

-Está acá, Virgo, vino por ti- Tauro respiró hondo -Cuando baje las escaleras ella estaba sentada en el sillón, no me vio pero salí corriendo para tratar de volver. Entonces vi a Aleshka que estaba arriba de las escaleras, y baje, rodee y subí por atrás. Pero ya no estabas en tu habitación y Alessandra estaba paseando por la pieza de mamá. Entonces me escondí y tu gritaste y-.

-Bien, cállate. Ya sé que sucedió después. ¿Estaban las tres?- Tauro asintió frenéticamente -Yo no vi a nadie- un pequeño ruido se oyó del otro lado de las puertas del armario.

Virgo se paró con cuidado y colocó las trabas, gracias a Dios su madre había sido una mujer muy paranoica que se había encargado de poner trabas y trampillas en cada maldito lugar.

Una risa apagada se filtró hasta el interior del armario y ambos supieron que estaban jodidos, habían caído en una estúpida e infantil trampa.

PUM. 

El golpe fue a la altura de la cabeza de Tauro, quien se sobresaltó con violencia, y fue seguido por otros tantos que comenzaron a aturdirlos.

PUM. PUM. PUM. PUM.

-¿¡QUÉ DIABLOS QUIERES!?- Virgo se animó a hablar y los golpes cesaron instantáneamente, dejando a los chicos con una sensación de que algo malo iba a suceder.


...

1009 palabras

Okey! tengo que admitir que me emocioné MUCHO con éste capitulo, sinceramente lo hubiera seguido pero :v los otros no vienen siendo tan largos, así que es para maso menos hacerlos parecidos

AL FIN APARECIERON TAURO Y VIRGO!!!! y soy feliz quería que éstos dos por fin llegaran sinceramente estaba muy emocionado (estoy) con éstos dos chicos porque me gusta mucho la historia que voy a ir desarrollando en torno a ellos, roguemos que me salga como quiero (sino también existe la edición xD) y poz nada más que agregar -ésta vez fue tarde menos tiempo en subir algo xD-.

Torticidio: Asesinar una torta.

Y gracias a todos aquellos que comentan >.< me hace muy feliz que la idea les guste 

Aish que mensaje más largo, gracias por haber perdido tiempo de tu vida en mis tonterías!!!

Bay  

Doce Horas Para Sobrevivir [Zodíaco] {Yaoi}Where stories live. Discover now