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Leo se removió, las lágrimas caían a raudales por sus mejillas y la sensación de asfixia se estaba extendiendo. Aquella correa de perro le estaba reventando el cuello.

-¿Ahora vas a ser un buen chico?- le interrogó con sorna. Demian lo estaba disfrutando.

-Pú-dre-te- escupió con odio. No iba a dar marcha atrás. Su orgullo se lo impedía con fuerza.

Demian abrió la boca para responder (gesto que el león no veía ya que aún permanecía con los ojos cubiertos) pero fue interrumpido. El Walkie sonó y una voz entrecortada se hizo camino a través de él.

-Tenías razón hijo de puta, sí vinieron- la voz estaba ahogada en drogas. Y la risa que vino después le provocó escalofríos a Leo. ¿Qué mierda era aquello?

-¿Los tienen?- la voz del pelirrojo era dura y demandante -Tráeme al imbécil-.

De repenta la cama perdió peso, pues sus madera crujieron con fuerza como si alguien estuviera saliendo y el ruido de un cambio rápido de ropa fue lo único que le dio una pista a Leo de lo que estaba pasando.

-Lo siento mi amor, pero me tengo que ir. Unos asusntos requieren de mí. Pero, no te preocupes, volveré- y sin esperar nada Leo sintió como algo de plástico era ingresado en su boca impidiendo decir nada.

La puerta se abrió y luego se cerró con un gran estruendo.

-¿Demian?, ¿hola?- el aparatejo había quedado a un lado de Leo -Mira mocoso estúpido. No hemos conseguido dormir bien al tipo pelirrojo- todo quedó en silencio -Vete a la mierda, gran señor. Apáñatelas solito- y se cortó.

[...]

Sagitario sintió un fuerte dolor en cuanto su cabeza quedó en el interior de la bolsa y luego sintió que le arrancaban de la mano de Escorpio. El temor se expandió durante unos segundos y luego aceptó la situación. No podía bloquearse. Tenía que pensar en frío, como Escorpio. Sí. ¿Si?

Y la oscuridad le llenó surante algún tiempo.

-¿Demian?, ¿hola?- los ojos del arquero se abrieron de repente -Mira mocoso estúpido. No hemos conseguido dormir bien al tipo pelirrojo- era cierto, el centauro no había parado de patalear en todo el trayecto, pero con los ojos cerrados, por eso la oscuridad -Vete a la mierda, gran señor. Apáñatelas solito- el revoleo de un teléfono o algo de tamaño similar se escuchó. Y sintió que alguien le agarraba y caminaba con él a cuestas -Escúchame, mocoso impertienente, sé que estás despierto, la mierda que está allí no me cae, nos está extorcionando. Así que mátalo, o te mataré yo- el olor a marihuana y ron de tercera marca intoxicó al chico.

Una puerta se abrió y luego fue tirado al suelo. Sus huesos se quejaron y el dolor lo encegueció durante algún momento. Se mordió el interior de las mejillas y tragó en seco, tratando de dejar su mente en blanco.

-Tú y yo, jamás hablamos- oyó sobre su oreja y en sus manos sintió el filo de una hoja de cuchillo rota -Pero, tú lo mataste- y con ello la presencia desapareció. El sutil sonido de la puerta abrirse y cerrarse fue más que suficiente para decirle a Sagitario que estaba aguardando a por la muerte.

El signo de fuego se quedó acostado boca arriba con las manos bajo su espalda y respirando en calma. ¿Quién era ese tipo y qué estaba pasando?, sin duda estaban hablando de Demian. Porque nadie quería a ese pelirrojo, el arquero era el favorito.

Otra puerta, esta vez del lado contrario por el que había entrado, se abrió y unos zapatos de charol repiquetearon contra el suelo. Demian siempre los usaba.

-¿Aún no te dignas a morir y necesitas que yo venga para hacerlo?- sintió el pie sobre su pecho y una ligera presión. La voz se oía cargada de burla y el centauro podía ver dibujada la sonrisa en los labios de Demian.

Doce Horas Para Sobrevivir [Zodíaco] {Yaoi}Where stories live. Discover now