Doce Horas Para Sobrevivir [Zodíaco] {Yaoi}

[17] -resub.-

12:00 a.m.:

Siete horas para que finalice La Purga:

[...]

 El cuerpo famélico y enfermo se deslizaba con dificultad, sin embargo poco a poco sentía como su fuerza aumentaba y sus reflejos volvían a ponerse en funcionamiento.

Sagitario limpió la comisura de sus labios, y lamió sus dedos, había disfrutado mucho de ese "platillo rápido", por fin era sangre buena y no esa típica mierda con la que debía conformarse. Al fin luego de tantos meses podía comer a como se le diera la gana y no quedarse con las ganas.

El cadáver del chico rubio estaba totalmente inerte, aún permanecía con los ojos abiertos y el fulgor azul parecía extinguirse, su vida se había ido. Miró al otro, con cabello violeta, también permanecía tieso.

Las entrañas y vísceras estaban por todos lados, pero..., él no era el encargado de limpieza así que poco problema se haría por ello.

[...]

-Ese niño de mierda me las va a pagar, ¿cómo diablos se le ocurre irse?- Escorpio sintió por un breve segundo un inmenso de temor, pero lo evaporó al instante -Mierda, me voy a perder yo si sigo dando vueltas- miro su muñeca y recordó que había dejado su reloj sobre la mesa, ya estaba comenzando a confundirse, ¿por dónde había llegado y que hora era?.

Su respiración se aceleró y pensó una vez más, tenía que recordar de dónde había venido. Se encontraba justo en medio de la calle y había varias bifurcaciones que formaban diez caminos distintos por los cuales ir sin contar los callejones.

-Sag, estoy perdido- murmuró con el temor agarrándolo del cuello.

[...]

Cáncer sintió como la sangre recorría su boca y escupió con asco, realmente le repugnaba el sabor metálico. 

Miro el cadáver del hombre, quien murió a causa de sus golpes, ¿qué diablos había sucedido?, no entendía nada, y encima estaba mareado.

Lo último que retumbaba entre sus tímpanos era la maldita voz de ése imbécil que no paraba de acosarlo. 

-¿Ahora iremos con Daddy?, terminé tu trabajo o fuiste tú...-.

Levantó la vista y observó a la mujer que lo miraba con horror pidiéndole que por favor no le hiciera daño, solo bastó un segundo más para que vislumbrara una sombra juguetona que le incitaba a reventar a aquella prostituta barata.

Sonrió con cinismo y comenzó a caminar hacia ella.

[...]

Capricornio quedó inmóvil, reconoció aquél anticuado método de tortura y sonrió con ternura, mostrando nostalgia en su rostro.

Vio los múltiples empalamientos que se había llevado a cabo; había una doncella de hierro entreabierta donde un montón de sangre aún goteaba con insistencia.

Al otro lado de la sala un potro descansaba con una persona aún sobre él; los brazos y las piernas estaban totalmente desmembrados, por lo que el torzo estaba por su parte solo en medio de aquella enorme tabla.

Solo bastaba con mirar medio metros más a la derecha para encontrar a un hombre atado a una silla, tenía en la boca una pieza de metal, a pesar de que Capricornio tardó mayor cantidad de tiempo en advertirlo finalmente lo recordó: Tormento de agua le llamaban, matar a una persona introduciendo litros y litros de agua sin permitirle cerrar la boca; sus estómagos solían romperse, eso sí, antes de morir se ahogaría una y otra vez.

[...]

Géminis se paró con algo de dificultad y observó todos los pequeños muñecos que abundaban en la habitación y el estampado de pizza que la pared tenía, era algo bastante particular aunque enseguida le gustó.