Capitulo 10/1

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8:45

Once horas y quince minutos para que finalice La Purga:

-Escorpio- susurró Sagitario -Que ni se te cruce por la cabeza- advirtió en tono mordaz.

-Ya, ya- el escorpión se alejó de su hermano menor y sonrió divertido -¿Y esa cosa?- señaló al bulto que Sagitario tenía entre sus brazos y que segundos antes él mismo había tocado.

-El niño, el maldito niño- el fastidio brotó con extrema naturalidad de los labios del pelirrojo, que  sacudió la frondosa melena de izquierda a derecha y viceversa, repitió el proceso una vez más, como si fuera un tic nervioso -ayúdame a sacarlo- demandó.

-Ya ya, no te esponjes- el mayor sacaba a menudo una personalidad infantil cuando se hallaban en circunstancias como aquella, mientras que Sagitario explotaba en ira y rabia ante la aparente ineptitud de su hermano.

Los cabellos negros se removieron violentamente cuando Escorpio se precipitó hacia abajo, alcanzando las ataduras de los tobillos del pequeño que aún permanecía inconsciente.

-Eh...- un pequeño suspiro fue emanado desde los labios del rehén -Ayu... da...- balbuceó, entreabriendo los ojos.

-Santa mierda- murmuró Sagitario, tocándo con delicadeza el rostro suave, pecoso e infantil.

-¿Qué pasa?- los pies estaban libres.

-Sus ojos, son... hermosos- lo levantó con un poco de dificultad y lo acomodó en sus brazos, toda su anatomía era pequeña, parecía que se trataba de un niño vagabundo, al menos eso concluyeron los hermanos al ver el deplorable estado en el que se hallaba; era eso o el idiota que permanecía muerto lo había arrastrado por donde se le dio la gana.

-¿Qué haremos con él?-.

-Llevárnoslo, ¿qué más sino?- Sagitario soltó aquello como si fuera la obviedad más grande del mundo y a Escorpio se le resbalara por entre los dedos de su, en ese momento, estupido cerebro.

-¿Y acaso vamos a llevarlo con nosotros para todos lados?- el escorpión soltó aquello como si fuera una calamidad, al mismo instante retrocedió varios pasos, como horrorizado. 

Era cierto que a la hora de ejercer la "paternidad" a Escopio se le daba mucho mejor que a su liberal hermanito, pero en aquellas circustancias no era momento para que los roles se invirtiera.

-Seee- contestó el pelirrojo quitándose una manta que llevaba sonbre su espalda, luego enrollando al niño como si de un canelón se tratara -Vamos a una tienda de ropa, hace frío y está helado, necesita entrar en calor- Sagitario no esperó absolutamente ninguna respuesta y solo salió del callejón, dirigiéndose a uno de los locales más cercanos que ubicaba por la zona.

El mayor solo rodó los ojos.

-Sagitario- el nombrado no volteó siquiera su rostro, se limitó a avanzar sin ningún cuestionamiento a pesar de que "La pequeña Leti" se seguía acercándo a un ritmo alarmante por una de las calles paralelas -¿Qué mierda tenés en la cabeza?- Escorpio volvía a ser esa persona dura y fría que todo el mundo esquivaba.

-¿Qué problema tenés vos?- todo el mundo excepto Sagitario -Él necesita ropa, y me da lo mismo quien carajos se acerque, no voy a dejar que nada le pase- eso último lo soltó en un susurro mientras aprisionaba con mayor fuerza el pequeño cuerpecito y sentía con dolor como los recuerdos afloraban con insistencia y amargura.

El enorme cartel que anunciaba la cercanía del local comenzó a vislumbrarse, estaba apagado y el reciente humo que traía consigo olor a podrido lo tapaba bastante y dificultaba el mirarlo.

-Esto parece el Holocausto- murmuraron los dos hermanos a la vez distinguiendo que esa humareda no era otra cosa más que el producto de los cuerpos siendo quemados.

Sagitario afiló sus sentidos y con su gran "delicadeza" destrozó uno de los vidrios; y rápidamente se introdujo a la boca del lobo. La negrura parecía perpetua.

-¿Tienes la linterna?- interrogó el capitán de aquella aventura.

-Ajá- contestó el primer oficial que había sido arrastrado a esa aventura; rebuscó entre sus ropas y le tendió de mala gana el aparatejo -acá- su tono tampoco era el mejor. 

El menor tomó el artefacto y lo encendió alumbrando el perímetro más cercano, asegurándose de que nadie estuviera demasiado cerca, ni apuntándoles con nada.

Al ver que todo parecía sumirse en la más profunda y atemorizante tranquilidad Sagitario avanzó, a pesar de que lo más prudente era retroceder. El chico se deslizó con gracia y ligereza por los pasillos repletos de ropa y escogió con rapidez las primeras prendas que vio.

Escorpio lo seguía a una distancia prudente, mientras miraba hacia todos lados sin fiarse de un lugar como ese. Parecía un perro guardián cuando presiente que algo va a suceder. 

-Listo- murmuró el menor en cierto instante, admirando el nuevo look del niño y sonriendo imperceptiblemente, sabiendo que el pequeño al menos ya no temblaría. 

-Y ahora, ¿puedes explicarme qué vamos a hacer?, porque yo realmente no entiendo- cruzó ambos brazos y observó desconforme.

-Improvisar hermanito, improvisar. Así como lo hemos echo siempre- Sagitario ya había alzado al niño y comenzaba a removerse con rapidez por toda la tienda -Ahora apurémonos, Leti se acerca cada vez más- ordenó.


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Doce Horas Para Sobrevivir [Zodíaco] {Yaoi}Where stories live. Discover now