Capitulo 9

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7:50 p.m.:

Diez horas y diez minutos para que acabe la purga:

El gatito asomó sus ojos por el borde de la extensa pared que daba al callejón.

Se debatió internamente si ya sería seguro salir, y resolvió con determinación que el techo sería su mejor medio de escape.

Retrocedió varios metros, adentrándose a la creciente oscuridad, y palpó con cuidado la pared. Entre sus dedos sintió el frío y áspero metal perteneciente a la escalera que dirigía a la terraza del edificio. Subió con agilidad y en pocos segundos arribó su nueva ruta.

Desde allí se sintió el rey del mundo, y recordó -una vez más- cuál era su objetivo en esa noche.

Cerró los ojos y se relamió los labios, rememoró cada humillación, cada rebajo y solo pudo sonreir al advertir el nivel de locura que su cabeza parecía contener.

Comenzó a moverse por los tejados, guiándose por el mapa mental que había creado.

8:02 p.m.:

Frenó, y se percató de que en pocas cuadras entraría en la zona residencial donde ella vivía.

Se observó durante algunos segundos, haciéndo un conteo de todas y cada una de sus pertenencias.

Era un obscesivo del órden.

Y hubiese continuado caminando, sino hubiese sido por un par de manos que atraparon su menudo cuerpo.

-Mira que tenemos por aquí- una voz rasgada llenó el ambiente -Eres un lindo gatito-.

Unos labios se posaron en su hombro, y buscaron una abertura para llegar a su piel.

-Dime, ¿por qué carajos un niño como tú está acá?- la voz se oía cargada de gracia.

Pero a Cáncer no le agradó en lo más mínimo. Sintió como aquellas manos se introducían y tocaban todo a su alcance.

-Ánda gatito- llegó a los pezones del chico, quien se estremeció con violencia ante el tacto frío y descarado -GA-TI-TO- pronució en tono lascivo, mordiéndole el lóbulo.

Cáncer se enmarañó durante algunos segundos, y con rapidez su cabeza comenzó a maquinar.

No podría ganarle en fuerza, Cáncer nunca podría ganarle en fuerza a nadie, era pequeño.

Pero sí en sorpresa "Entra cuchillo, salen las tripas".

A pesar de que el signo solo había requerido de cuatros segundos para armar su salida, al volver advirtió como su cuerpo ya era extensamente dominado por la fuerte lujuria que comenzaba a consumirlo.

Tal vez padecía de alguna enfermedad, tal vez no. Nunca le había importado saberlo, pero lo que sí sabía era que en determinados momentos -incluso cuando él quisiera- su cabeza podía aislarse totalmente de su cuerpo, para pensar en frío; dejaba de sentir y asimilaba.

-Gatito, eres silencioso- le vió el rostro, aunque era imposible no verlo, Cáncer estaba en el suelo  el desconocido se encontraba sobre él, masajeando su pecho.

-Miau- soltó, analizándo el vestuario del contrario, advirtiéndo que andaba bien armado -y que si tenía buen manejo de ellas-, cualquier paso en falso lo llevaría a la perdición.

-Santa mierda, maullas. ¿Puedes repertirlo gatito?- dirigió su mano al punto bajo de Cáncer, y comenzó a acariciar, con la idea de infundirle placer al niño que se cargaría.

-Miau, miau- cerró los ojos, aunque lo odiara, el cuerpo es el cuerpo, y se estaba excitando -¡Miau!- sintió la mano en el interior de su pantalón, pero no detuvo nada, el éxtasis lo había nublado, y no podía arriesgarse a irse a su mente, necesitaba proteger su cuerpo.

Los ojos negros del desconocido lo recorrieron. El cangrejo parmanecía acostado en el suelo, con el buzo por encima del pecho, dejándo a la vista sus adorables pezones y el pantalón estaba bajo, junto con su ropa interior. Su contextura era delgada, pero tenía la carne suficiente como para mostrar bonitas curvas, dignas de mordiscos.

Se acercó al estómago bajo y lo succionó.

-Miau- sonó a suspiro, y sintió las pequeñas manitas tratándo de alejarlo debilmente.

Eso lo prendió más, levantó las piernas del chico y las puso sobre sus hombros, con la disposición de follarlo ahí mismo.

O al menos eso creyó.

Abrió la cremallera de su pantalón y sacó su miembro erecto, pobre diablo.

-¿Quién te crees que carajos eres?- aquella voz, en cierto punto, sorprendió al hombre que en ningún momento terminó de asimilar que ese timbre grave pertenecía al pequeño "niño" que temblaba débilmente por el éxtasis.

El filo de un cuchillo de cocina llegó a el órgano sexual de aquel depravado, provocándo que un grito desgarrador se extendiera entre los ecos que provocaban los miles de edificios.

Sabiendo que si se quedaba expuesto ante el individuo la pasaría mal, se dió un fuerte envión con los brazos, de tal forma que consiguió sacar las piernas de la cintura escapular del hombre y aterrizar unos centímetros por detrás de él.

-Que reverendo hijo de put- solo necesitó de un pequeño corte que se llevara a sus cuerdas vocales para que la sangre corriera, lenta, firme, roja y, sobre todo, majestuosa; era la reina y protagonista de todo.

Ella gobernaba, ella mandaba, y ella reinaba.

Cáncer no reparó en siquiera mirar el cuerpo del hombre, que ahora se desangraba grotescamente y que permanecía sin pene. Con simpleza abandonó la escena del crimen, y procuró revisar mejor el perímetro que lo rodeaba, no necesitaba volver a pasar por algo tan estupido como eso.

Y si te digo que la historia acaba acá, el llegó hasta su jefa y la torturó, jugó con sus intestinos aún viva, la arrancó las uñas masturbandose por el placer que le generaba oír lo gritos agónicos, y luego volvía a su casa y fin..., te estaría mintiendo, de manera muy detestable.

Para lástima del pequeño -o tal vez para su placer, sino no sería quien es-, su vida jamás había sido fácil.

El recuerdo temprano de ver como desmembranan a tu abuela con seis años, no ha de ser fácil.

Mucho menos tu posterior secuestro y venta a un prostíbulo, donde te violaron hasta los diez.

El signo se había afirmado y asegurado a sí mismo que no estaba loco, pero tal vez los traumas también jueguen en tu cabeza, y poco a poco -tal vez- se conviertan en pequeño indicios de crudas enfermedades, que no tienes la disposición de aceptar.

"Oye" la voz felina se metió a su oido y se instaló en su cabeza "Sabes que debemos ir con Daddy".

-Cállate Arthur- murmuró, golpeándo su cabeza.

"Quiero ir a con Daddy, estuvimos mucho aguantando para esta noche, vamos ir con Daddy".

-Arthur cierra la boca- comenzó a jalarse el cabello.

"DADDY" chilló la voz.

-¡QUE NO PUT!-.

El golpe se oyó seco y duro.

....
1092 palabras.

Lamento no haberme extendido con el pequeño cangrejo, realmente le adoro, pero bueno :'v
Tengo algo planeado con él más adelante.

Doce Horas Para Sobrevivir [Zodíaco] {Yaoi}Where stories live. Discover now