Capítulo 33

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Narra Pilar

— ¿Estás despierta?

—No.

—Vale. —se rio. —Son las ocho, queda una hora para el desayuno.

Suspiré agotada y me puse boca arriba. El recuerdo de la noche anterior me vino a la mente y me mordí el labio nerviosa. Estaba por decirle algo cuando un estruendo sonó a mi derecha asustándome. Me acerqué al borde de la cama y miré a Purre quien se acaba de caer de la cama.

— ¿Pero qué haces? —pregunté al verle desnudo boca abajo y con una expresión de dolor en la cara.

—Au. —se quejó. —Estaba intentando alcanzar una cosa.

Sonreí.

— ¡No te rías! —obviamente que empecé a reírme. —Me he hecho daño.

Me volví a reír más fuerte y él se unió a mis risas. Le tiré un cojín y se lo puse en el trasero.

—Tápate anda. —me reí.

— ¿Por qué? Mi trasero es precioso. —yo rodé los ojos.

Unos golpes en la puerta hicieron que ambos dejáramos de sonreír y el todoterreno de nuestra hija apareció en la habitación.

— ¡Buenos días! —exclamó.

Me tapé con las sábanas hasta el cuello.

—Lo siento por molestaros, pero necesito ir al baño y Alejandra se ha encerrado en el suyo. —dijo pasando por delante de la cama y cómo no, Purre estaba tirado al lado de la puerta del baño.

—Eh... —Ari dejó de andar. —Papá ¿qué haces en el suelo?

Se acomodó apoyando su cabeza sobre sus brazos.

— ¿Yo? Nada. Es que se está cómodo.

— ¿Estás desnudo? —preguntó de nuevo abriendo sus ojitos.

Me mordí la lengua para no reírme de la situación.

— ¡No! Es que... llevo un tanga. —contestó. Ari frunció el ceño. —Es una nueva moda. Es uno elástico que hay para los hombres que... —Ariadna levantó la mano y paró de hablar.

—Cada vez eres más raro. —me miró a mí. —Y cada vez entiendo menos que le ves... —yo me encogí de hombros.

Sorteó a su padre y entró al baño. Solté una carcajada mientras él se levantaba en busca de ropa.

— ¡Deja de reírte! —me lanzó el cojín a la cara.

— ¿Un tanga? ¿Enserio? —me reí.

Me levanté y me puse mi albornoz. Al girarme, Purre había hecho lo mismo que yo. Ariadna no tardó en salir del baño y nos miró a los dos con los brazos cruzados.

— ¿Qué? —preguntamos a la vez.

Nos miró a ambos.

—Nada. Os espero abajo.

Salió de la habitación sin mirar atrás y suspiré aliviada. Miré a Purre quien tenía una sonrisa en el rostro. Exactamente, esa sonrisa.

— ¿Nos duchamos?

***

— ¿Qué tal el entrenamiento? —preguntó Ariadna.

Tom me acarició la espalda al atragantarme con el desayuno.

— ¿Qué entrenamiento? —preguntó Purre por mí.

—El entrenamiento, chicos. —ambos miramos a Alejandra. —Ya sabéis, ayer por la noche...

Papá, ¿Qué Es Pilurre? (EDITANDO)Where stories live. Discover now