Capítulo 13

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Narra Pilar

Debía de ser una broma.

— ¿Te refieres en la misma habitación? —pregunté rezando porque fuera eso.

—Sí. —se mordió el labio nervioso. —Pero también en la misma cama...

— ¡¿Qué!? —exclamé. — ¿Y mi habitación?

—Nos avisaron tan tarde de que querían otra habitación más que no encontramos ninguna libre, señorita. —murmuró la recepcionista.

— ¿Pero no podría haber tres camas en la que estamos? —le pregunté.

—No. Hay una matrimonial y otra plegable. —contestó Purre.

—Bueno, pues Ari duerme contigo en la matrimonial y yo en la plegable. —solucioné el problema.

Purre me miró con una mueca.

—La plegable no es muy grande que digamos. —me avisó la chica.

—Tampoco será tan pequeña.

***

— ¡¡Qué cucada!!! —chilló Ari tirándose en la miniatura de la cama plegable.

Porque literalmente, era enana. Tenía la medida justa para que entrara Ariadna.

Maldije para mis adentros sabiendo que tendría que compartir espacio con Purre. Él, en cambio, estaba sonriendo.

— ¿Esto no habrá sido cosa tuya? —pregunté acusándole.

— ¿Mía? ¡Pero si yo no lo sabía!

No intenté poner más pegas. Media hora después, bajamos para cenar ya que a la hora que habíamos llegado era de noche en España. Después de una cena tranquila, volvimos a la habitación y nos duchamos por turnos.

Mientras Purre se duchaba, abrí la cama donde teníamos que dormir y agarré todas las almohadas para colocarlas de forma exacta.

— ¿Qué haces? —me preguntó Ari retirando la mirada de la televisión.

—Hacer una barrera. —contesté.

Purre no se me iba a acercar a mí ni un centímetro. ¿Sabéis lo complicado que es estar cerca de él? Oler su aroma, escuchar su risa, sentir su piel y las mariposas que todo eso conlleva.

No. No. Y tres mil veces no.

Cuando ya había terminado, la puerta del baño se abrió dejando entrar el aroma a limpio en la habitación. Purre salió con un pantalón de pijama gris, el pelo mojado y como no, sin camiseta.

— ¿Qué carajos es eso? —preguntó Purre frunciendo el ceño mientras señalaba la cama.

—Una barrera. —contestó Ari por mí con burla.

Elevó ambas cejas y sus ojos fueron de las almohadas a mi cara. —Pili, con que me digas que no quieres que te abracé o roce en la cama es más que suficiente. —me dijo sinceramente.

—Claro, como siempre cumples tus promesas... —murmuré y él puso los ojos en blanco.

Se tumbó en su lado de la cama y yo en el mío, mientras la montaña de almohadas hacia su función separándonos por completo. Cinco minutos después, hundió las almohadas con su brazo.

— ¡Esto no me gusta! ¡Ni te puedo ver! —exclamó levantando un poco la cabeza.

—No tienes que ver nada. —contesté mirando la tele.

—Claro que sí. Me siento solo.

—Pues mira el móvil.

—No quiero. Estáis las dos en ese lado y yo aquí solo.

Papá, ¿Qué Es Pilurre? (EDITANDO)Where stories live. Discover now