Papá, ¿Qué Es Pilurre? (EDITANDO)

Capítulo 18

Narra Pilar

《Momentos antes》

Cada paso que daba era peor. Estaba temblando de pies a cabeza por el frío, apenas sentía los dedos de las manos y los pies me dolían después de llevar tantas horas andando. Salir corriendo sin rumbo alguno no había sido muy buena idea.

Encendí mi celular y conseguí a duras penas marcar un número de teléfono. Me senté en un banco y me llevé el celular a la oreja.

Un tono, dos tonos, tres ton... La línea se quedó en silencio.

— ¿Manuel? —murmuré.

—Hola, hija. —contestó la persona que menos esperaba escuchar en aquel momento.

Miré el contacto para asegurarme de que había marcado bien su número. — ¿Mamá? ¿Qué haces con el celular de Manu?

—Mamá, he cocinado enchiladas con... ¿Qué haces con mi celular? —se escuchó de lejos la voz de mi hermano.

—Estoy hablando con Pili. —contestó ella.

— ¿Qué?

—Pensaba que no hablabas con ella. Me has mentido. —habló de nuevo ella con un tono monótono. — ¿Por qué me mientes?

—No te he mentido en ningún momento.

— ¡Sí lo has hecho! —gritó y su atención regresó a mí. —Hija, tienes que volver a casa. Deja de dar vueltas por el mundo y regresa. Empezaremos de nuevo, sin hombres, ni niñas, ni...

—No.

—Ni mentiras del pasado. —continuó ignorándome. —Ese hombre no te merece. Ya viste lo que hizo hace años, lo volverá a hacer.

—Te he dicho que no. —hablé firmemente. —Estoy harta de que me hagas pensar cosas que no son. Purre es una buena persona y él...

—Él te volverá a dejar embarazada y te dejará por Juana como la última vez. —cada palabra se marcó con dureza. —Porque eso es lo que hace, utilizarte y luego desecharte.

—Eso no es...

— ¿De verdad piensas que le gustas? ¿De verdad crees que te tiene aunque sea un poco de cariño? —cerré los ojos con fuerza derramando varias lágrimas por mis mejillas.

—Yo también me alegro de hablar contigo mamá. —sollocé. —Ya hablaremos. —y colgué sin dejarla que me dijera nada más.

Me quedé sentada en aquel banco bajo las estrellas de aquella fría noche, vuelta un ovillo y recordando todo ese dolor que había conseguido olvidar. Porque no aprendemos a superar las cosas, no aprendemos a olvidar, simplemente, aprendemos a vivir con el dolor de ellas, pero la herida siempre estará ahí. Siempre se abrirá en algún momento.

La pantalla de mi celular se iluminó con un mensaje de mi hermano. Con un mensaje que llevaba el mismo pensamiento que tenía yo ahora mismo:

Pili,
Lo siento por lo de mamá. No la hagas caso. Supongo que me habrás llamado por lo de Ariadna. Yo también creo lo mismo. Puede que sea tu hija, todo cuadra, menos el porqué de la mentira de los médicos cuando nos dijeron que había muerto. Aun así, haceros una prueba de maternidad para aclarar las posibles dudas.

Cuídate. Cuando pueda te llamaré❤

Pd: intentaré alejar lo máximo posible a mamá de vos.

***

— ¿De nuestra hija? —habló Purre después de acomodarnos en la cafetería del hotel.