Capítulo 4

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Narra Ariadna

—Esta canción la cantaba con Pilar en la serie. —me dijo. —Y... Siempre fue de los dos. No me la imagino sin ella.

—Yo creo que deberías cantarla en el concierto de Buenos Aires. —le dije. —Sería un bonito regalo para los fans. Aunque ella no esté.

Puso una mueca y se quedó en silencio pensando.

—Ay, no sé, ya veré. —dijo. —Me voy a duchar para irme ya a dormir.

—Yo también. —le dije mostrándole la toalla.

Ambos nos miramos y pensamos lo mismo a la vez. Corrí hacia el cuarto de baño como si mi vida dependiera de ello.

— ¡Es mío! —grité cerrando la puerta y poniendo el pestillo.

—No, Ari. Abre la puerta. Los mayores primero. —dijo desde el otro lado.

—Si me arreglaras mi cuarto de baño no tendríamos que pelearnos por quien entra primero. —le grité.

Le oí quejarse desde el otro lado y después desapareció. Me duché despacio solo para molestar un poco más a mi padre.

Después se ducho él, mientras yo me tumbaba en su cama y me veía una película de Disney en su televisor de pantalla plana. Cuando terminó, me dio un leve golpecito en la nariz para que no me durmiera.

—A dormir.

—Otra película más. —dije haciendo un puchero.

—Pero si te estás durmiendo de sueño. —se rio de mí. —Además yo tengo que trabajar. Las vacaciones solo se te aplican a vos no a mí.

Me quejé y rodé sobre la cama. Le di un beso en la mejilla y le deseé las buenas noches. Estaba por salir de su cuarto cuando me llamó de nuevo.

— ¿Mañana qué vas a hacer? Te lo pregunto porque he hablado con Ryan para que me recogiera a las doce en un sitio y me ha dicho que vos le hablaste para que te llevara. —hablaba.

Mierda.

—Ehm... ¡¡He quedado con Majo para ir de compras!!! —contesté lo más natural posible.

Por favor, créetelo. Por favor, créetelo.

—Mañana la llamaré para preguntárselo. Que descanses. —dijo fulminándome con la mirada y apagó la televisor.

Asentí y salí de allí lo antes posible. Entre a mi habitación, le mandé un mensaje a Majo desde mi ordenador diciéndole que me siguiera la mentira y me fui a dormir.

¡Mañana tenía que salir todo bien!

***

Cuando me levanté, mi padre ya se había marchado.

Me vestí con algo simple, tampoco quería llamar mucho la atención. Me hice una bolsa con las cosas imprescindibles y metí dentro la carta de Pilar. A las doce en punto, como habíamos acordado, llegó Ryan.

—Buenos días, Ry. —le saludé subiéndome en la parte de atrás.

—Buenos días. Te llevo al hotel ¿no? —dijo girándose para mirarme.

—Sí, gracias. Y recuerda, esto no se lo puedes decir a mi padre.

—En que líos me metes, Ari. —dijo riendo y se puso en marcha hacia nuestro destino.

En menos de diez minutos ya habíamos llegado al hotel. Entré por la puerta y fui directa al recibidor. Me apoyé en la mesa de la recepcionista y llamé la atención de la chica que estaba bastante distraída en su ordenador.

Papá, ¿Qué Es Pilurre? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora