Capítulo 47

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Cuando nuestros ojos se encontraron un millón de preguntas me cruzaron por la cabeza al ver a Nathaniel tan descolocado. Sus labios se movieron y creí que diría mi nombre, pero de repente estos desaparecieron bajo una mata de cabello negro.

Fue como un balde de agua fría.

El chico lo estaba besando. Alzado en la punta de sus pies y estirándose lo más que podía para poder llegar a sus labios. Apreté mi agarre mientras Nathaniel abría sus ojos en total descolocación antes de empujar con firmeza al chico, rompiendo ese beso. Sabía que no había durado más de un segundo, pero yo lo vi en cámara lenta. Muy lenta.

Sentí celos, impotencia y sobre todo muchísimos rabia. Un fuego caliente en mis entrañas me incitaba a ir corriendo para lanzarme encima de ese chico y arrancarle el beso que le había robado a Nathaniel. Iba a dar un paso cuando...

–¿Tommy? Duele, me estas apretando.

Mire hacia abajo y vi la cara de Dante muy confundida. Afloje mi agarre rápidamente.

–Lo siento.

–Nathaniel ¿Quién es tu... amigo?

Era tía Andrea. Fui consiente nuevamente de todas las personas de la sala, y contra mi voluntad me obligue a quedarme en mi lugar. Nathaniel la miro y palideció un poco.

–Él es...

Entonces el chico se adelantó. Camino con mucha gracia y seguridad hasta llegar al frente de los padres de Nathaniel. Estos lo miraron con mucha sorpresa, pero no había ningún atisbo de rechazo en sus ojos.

È un piacere conoscerla finalmente, signora D'angelo. Signore D'angelo –estrecho la mano de tía Andrea con confianza y sonrió encantadoramente antes de estrechar la del señor Raffaello– Sono Simon Giacobetti, il fidanzato di Nathaniel.

–¿Novio? –dijo Alessandro sorprendido.

¿Qué carajos?

–No lo es... –comenzó a decir Nathaniel, pero fue inmediatamente interrumpido.

–Simon. Que sorpresa verte aquí –era Carina, saliendo de la puerta de la cocina.

–¡Cara Carina! –Simon salió corriendo a su dirección y la abrazo, diciendo más cosas en italiano.

Volví a mirar hacia Nathaniel y este ya me estaba mirando, sus ojos me decían muchas cosas. Negué con la cabeza. Si yo llegaba a hablar o él me hablaba... no sabía cómo podría responder. Seguro soltaría mucha mierda y luego me arrepentiría.

–Bueno, es una... verdadera sorpresa. Nathaniel –hablo el señor Raffaello y Nate lo miro. Pude notar lo tenso que estaba– No nos dijiste que alguien vendría.

–No tenía idea –respondió, con los dientes apretados.

El ambiente era demasiado incómodo y los únicos que no parecían consiente de esto era Dante y... Simon. Alessia corrió desde su posición hasta llegar al lado de su hermano mayor y le comenzó a susurrar en el oído. Nate le sonrió solo un poco y asintió. Seguido, ella aplaudió.

–¡Cortemos ese pastel!

Tía Andrea corto el pastel, y como yo me había ofrecido con antelación, ayude a repartir. Cuando entregue su porción a Nathaniel, él intento hablarme. Volví a negar con la cabeza. Irremediablemente llegue hasta el chico que encabezaba mi lista de muerte y Carina, que sonreía y entablaba conversación con él. Carina solo me agradeció pero el chico me miro de arriba abajo cuando me acerque y note algo desagradable en su escaneo, sus ojos eran oscuros como pensé en primera instancia, eran de un azul opaco. Hanna llego a mi posición y me saco de ahí rápidamente. Seguro noto que podría haber alguna tontería.

La Sorpresa Dell'amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora