❁ Capítulo 18: Sobreamor

1.6K 239 3
                                    

SeokJin

— SeokJin, amor, deja de leer esa tonta revista. — escuché los pasos de Nam muy cerca a mí, pero ni aún así me atreví a apartar la vista de la revista que había mandado a comprar esta mañana.

— Están hablando de TaeHyung... — traté de animarlo a que lo leyera, pues según Nam, nada de lo que había en una revista era de su interés, a menos que esta sea una de ciencia o cualquier otra cosa que me hacía dormir apenas empezaba con el título.

— Siempre hablan tonterías de mí o de mi familia. Ya estoy acostumbrado y mañana por la mañana los demandaré. — dijo como si nada y a decir verdad, demandar a una revista o un programa era cosa de cada día para mi esposo.

— Pero estas sí son fuertes. — dije al terminar de leer la primera pregunta y la crítica que iba debajo de esta. — Debes demandarlos inmediatamente.— dije con dureza, tirando la revista por ahí.— Están hablando pestes de mi bebé.

Sabía que Tae no era mi hijo realmente, pero yo lo tomaba por uno y lo iba a defender de cualquier cosa con uñas y dientes.

NamJoon rodó los ojos y se apresuró a caminar hasta la esquina de nuestra habitación, para así recoger la revista.

— ¿Qué tan mal pudo salir esa entrevista como para que estén hablando "pestes" de mi hijo? — Nam hizo comillas con los dedos y no esperaba para que viera todo lo que estaban hablando de mi hijo, no solo en esa revista, sino también en las noticias y programas de variedades.

Observé cómo mi esposo recogía la revista y caminaba con esta en mano hasta llegar a la mesa de noche, en donde guardaba sus lentes. Nam se sentó en la cama, justo a mi lado y tras colocarse sus lentes, comenzó a leer.

Nunca pensé ver a mi esposo enojado, pues Nam era todo un dulce de caramelo conmigo; sin embargo, las lisuras que soltó durante las llamadas que hizo poco después de tirar la revista me hizo entender que tampoco le había gustado lo que habían dicho de su pequeño.

Había visto todo el directo de la entrevista de mi bebé y cuando esa mujer comenzó a agobiarlo y a atacarlo tuve tantas ganas de ir en ese mismo instante a su casa y golpearla cientos de veces, a pesar de encontrarme en espera.

Pensé que Nam descansaría o que se acostaría a media noche como dijo, pero cuando desperté, él seguía haciendo llamadas y gritando en inglés a no sé qué productor.

— NamJoon... — lo llamé. Él apenas y me miró, para luego decirme con su mano que esperara un segundo, que al final fue casi cinco minutos.

Me tuve que levantar y continuar con mi rutina matutina, mientras veía como mi esposo se jalaba de los cabellos mientras gritaba esta vez, en japonés. Se veía tan estresado y solo cuando soltó en teléfono, me senté a su lado.

— ¿Qué sucedió?

— No piensan eliminar esa entrevista y tampoco quitar todo lo escrito en esa revista, porque según ellos, todo lo que dijo Tae vale una mina de oro y ni aunque les pague medio billón de wons, piensan quitarlo. ¡Son unos malditos!

Traté de relajar a Nam, comenzando por acariciar su espalda y ejerciendo presión, casi como haciéndole masajes, pero él seguía tenso.

— NamJoon, tal vez con el tiempo lo olviden o incluso, algunos embarazados pueden sentirse identificados, ya que recuerda que esta etapa no es la mejor para algunos. — Traté de animarlo, pero él estaba serio y cuando traté de seguir con los masajes, se levantó y comenzó a buscar su traje.

— Iré a ver a TaeHyung, porque estoy seguro de que ese idiota de HoSeok no sabe cuidarlo y mucho menos, consolarlo en este desliz que ha tenido.

Rodeé los ojos; ya estaba cansado de que NamJoon continuara despreciando al esposo de nuestro bebé, pues sabía que HoSeok era un gran partido para Tae y que siempre lo apoyaría, a pesar de todos los problemas que caigan encima de ellos.

Seguí a Nam hasta su auto y entré junto a él cuando comenzó a murmurar maldiciones hacia HoSeok. Ahora le echaba la culpa al esposo de nuestro bebé por no haberlo protegido bien.

Nam puso en marcha el auto y a diferencia de otras veces, donde iba a una velocidad permitida ya fechada para mí y nuestros hijos, ahora estaba manejando como loco, sin importarle si yo estaba o no en el auto.

Al llegar a la casa de TaeHyung, él se bajó lo más rápido posible del auto, que hasta incluso olvidó abrir la puerta para mí; sin embargo eso poco me importó cuando vi la puerta de la mansión abrirse y por esta salir a HoSeok, quién iba acompañando a TaeHyung.

Nam rápidamente apartó a HoSeok de nuestro pequeño y comenzó a interrogarlo.

— ¿TaeHyung, estás bien? — corrí hacia él y lo abracé tanto como Nam lo había hecho. Escuché un bufido de su aprtez pero ni aún así me separé.

— ¿Q-qué hacen aquí? — preguntó al separarnos.

— Leí lo de la revista... — comencé.

— y pienso demandar a esos malditos.— completó mi esposo.

TaeHyung rio y por un momento pensé que todo esto le había afectado tanto que había perdido la razón.

— No es necesario, papá, todo está yendo muy bien, incluso pienso escribir un libro.

TaeHyung se veía muy renovado y HoSeok se acercó para rodearlo con su brazo.

— Esto de la entrevista ha llenado de mucha fama a Tae, especialmen entre las madres modernas, incluso lo han llamado a un programa de variedades. — los ojos de HoSeok brillaban mientras hablaba de Tae y solo con eso era suficiente para saber que él lo amaba tanto como Nam y como yo.

— Eso es muy bueno, cariño.— susurré, tratando de acercar mi mano a su mejilla; sin embargo, se alejó.

— G-gracias SeokJin, pero lo sé. — su sonrisa fue forzada y aún así, me sentía feliz por él.

— Eso no quita que los expusieron y que los atacaron. — continuó mi esposo.

— Pero no me atacaron para nada... — susurró HoSeok.

— A ti no pedazo de idiota, hablo de mi hijo y nieto.

Rodeé los ojos de nuevo y tuve que esperar a que Nam terminara con su pesado interrogatorio, para luego llevármelo a la fuerza, pues no quería separarse de su hijo y tampoco quería reconocer el esfuerzo que HoSeok hacía para estar al lado de TaeHyung todo el tiempo.

— No puedo creer que ese idiota haya pensado que me preocupaba por él. — Nam soltó una risa al estar dentro del auto y de inmediato tomé su mano, para así llamar su atención.

— Cariño, tienes que dejar vivir a tu hijo.

Nam rápidamente guió su mano hacia mi vientre y sonrió.

— Es por esa razón que no permitiré que los mellizos estén dentro de este mundo. Ellos serán unos grandes profesionales, pero fuera de las cámaras.

Sonreí y dejé un casto beso sobre sus labios. Amaba demasiado a Nam y sabía que su sobreprotección solo era parte de su sobreamor.

Maratón 2/3

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.


Maratón 2/3

Imagen en multimedia:
https://pin.it/jge26qbk6affvh

¿Qué esperar cuando estás esperando? ❁ [Bangtan boys]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin