47 💜 No esperes un gracias.

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Deseo egoísta

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Guardó su teléfono en el bolsillo interior de la chaqueta caminando por los senderos de tierra del barrio, daba largos y lentos pasos que simulaban marchar, le sonrió al empolvado dulce que traía consigo y dejó que su corazón danzara felizmente en su pecho. La pobre frutilla sobre el chicloso dulce fue devorada con una sonrisa.

Giró el rostro a su izquierda cuando escuchó su nombre, saludó a Rumi con un suave gesto de manos y las mejillas rellenas, la chiquilla corría por el huerto en su dirección, como alma que lleva al diablo. Una gota de sudor recorrió su frente mientras su sonrisa se tornaba en una mueca nerviosa, hubiera salido del barrio como una bala de no ser porque la menor se lanzó hacia ella primero.

—¡¿Cómo que ___ ya no está?! —gritó aprisionando a la mayor entre sus brazos, sin darle una mínima oportunidad de escape, fulminándola con la mirada por haberse enterado tan tarde. Con el aire saliendo de sus pulmones, la mayor le respondió luego de que el mochi abandonara su garganta y llegara al estómago.

—¿Q-quién te lo dijo?

No podía ser Gina, más allá de que esta se lo hubiera dicho la presente situación ya sería parte del pasado, habría sentido los asfixiantes brazos de Rumi mucho antes, además ella no saltaba ante sus dudas sin estar segura de que el gato estaba encerrado, por ende, no valía la pena esconderlo cuando preguntaba.

—Aka-san —respondió con firmeza.

Inmediatamente el nerviosismo que invadía el cuerpo de ___-chan desapareció, dentro suyo se abrió paso el desconcierto y la molestia, ¿cómo es que él precisamente había llegado ahí a decir eso?

Así fue como terminaron los tres sentados en el comedor de la mediagua de Rumi, donde vivía con un pequeño grupo de personas, ___-chan no abrió la boca desde que entró —cosa que extrañó mucho a Rumi—, y Osomatsu comía con tranquilidad del plato hondo lo que le había servido la menor. Era un silencio completamente incómodo, mucho más por el evidente intento de ___-chan por ignorar al de rojo.

—¿Por qué estas enojada con Aka-san?, ¿es por qué me dijo lo de ___? —preguntó sentándose a su lado, con algo de miedo al verla tanto tiempo ignorando su entorno, la contraria desvió la mirada con el ceño fruncido.

—Es un mentiroso de lo peor —murmuró endureciendo la quijada, logrando detener el constante masticar del chico.

—No lo soy —masculló con el plato cerca de sus labios.

—¡Lo eres! ___ no sería capaz de hacer algo como eso y menos contigo —saltó de la silla logrando que esta se cayera, sus puños se habían emblanquecido de tanta fuerza que estaba ejerciendo, no quería escuchar negativas de su parte sobre lo que había hecho, había hecho llorar a Ichimatsu, la había hecho llorar a ella; y lo peor de todo es que logró que todos dudaran de las acciones de ____.

—¿Qué sabes tú sobre lo que ella haría? —preguntó con calma, como si tuviera plena seguridad de sus palabras, dejando el plato medio vacío en la mesa.

—¡La conozco de toda mi vida! —defendió ante lo que consideraba la pregunta más estúpida que había hecho el menor desde que lo conocía.

—Y a pesar de eso no te contaba todo —murmuró con molestia recargándose en la silla, centrando sus orbes oscuros en la chica.

___-chan fulminó con la mirada al de rojo, estaba furiosa, era así desde que escuchó el apodo salir de los labios de Rumi que lo estaba. Ninguno de los dos tenía ni la más mínima intención de toparse con el otro en todo el día, pero lo habían hecho en la mañana y lo estaban haciendo ahora, el universo deseaba que ambos discutieran.

Las 2 Colas Del Gato Perdido「Ichimatsu x Lectora」Where stories live. Discover now