05 💜 Detrás de la máscara.

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El brillo de su sonrisa

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No tenía idea sobre si lo que estaba haciendo era conveniente, no se parecía en nada a la misma convivencia que tenia con los del barrio, y aunque tampoco esperaba algo similar viniendo de alguien tan peculiar como él, esperaba un poco menos de... silencio. Hace unos pocos días había vuelto al callejón pero Gin no estaba ahí, y el chico luego de temblar en su sitio se había retirado, ahora volvía a probar suerte, tal vez ese día su estomago no se encontraba muy bien y tendría que haberse ido a su casa.

Con ganas de preguntarle sobre sus secretos con los gatos, caminó a paso danzante por las calles a pesar de que su subconsciente no se encontraba con mucha emoción por ello. Se asomó con cuidado de no molestar y a ver todo tranquilo decidió entrar.

—Sigo preguntándome que hacemos aquí —escuchó las quejas de su subconsciente, y con algo de molestia le chitó la lengua, inmediatamente el chico a medio callejón giró su mirada hacia ella, dejándola inmóvil por la sorpresa.

—B-buenas —saludó—, ¿Tu estomago esta mejor? —quiso saber, a pesar de no tener idea de como ayudar.

Confundido con su pregunta, volvió a mirarla, realmente no sabía que hacia ella ahí de nuevo, la atención que ella colocaba en todo lo que hacía lo ponía de los nervios, no sabía cómo manejar eso. Asintió sin querer responderle con palabras, luego del día en que le pusieron nombre a su nueva gatita se sintió vulnerable, hablar con ella lo hacia sonreír inconscientemente y eso no le agradaba. Quizás que intenciones tenía, había perdido los ánimos esa semana.

—Que bien, me tenia preocupada —le sonrió, desvió la mirada hacia el felino que conoció ese mismo día, quien ya parecía sentirse más en confianza con él, ahí estaba esa condenada sonrisa de nuevo.

—¿Por qué demonios vuelves? —soltó la pregunta sin pensar y no quiso mirarla esperando que ella también lo ignorara, pero no era así.

—Eres muy bueno con los gatos, y yo soy como su persona menos favorita —respondió con algo de tristeza, no podía ser que uno de sus animales favoritos la odiara, era como ser alérgico—. ¡Aunque ya hice un pequeño amigo! Es muy tierno y me hizo compañía toda una tarde, aunque no lo he vuelto a ver... —añadió con un puchero, se preguntaba donde estaría ese gato quería volver a compartir con él, llevárselo a los niños para que jugaran.

Sus palabras apaciguaron un poco la incomodidad que tenía sobre ella, pero no podía fiarse solo de sus palabras, y como si el universo quisiese que dejara de juzgar a la chica, un característico maullido se escuchó desde la entrada, ambos se giraron a ver y se encontraron con un controversial felino. A varios metros de distancia de la chica volvió a maullar al no sentirse reconocido, pero eso cambió a los segundos, la chiquilla le dio una gran sonrisa a su gato favorito y este comenzó a caminar. Ichimatsu se sentía un poco más calmado con su presencia, tal vez todo iría para mejor, pero el minino no fue en su dirección, y no se dio cuenta de esto hasta que su peludo amigo aterrizó en los brazos de la chica con total confianza.

Consternado, miró como la chica le hacía caricias al minino y este las recibía con gusto, se sintió incluso más molesto cuando ella se giró en su dirección con una radiante sonrisa, ¿acaso no podía dejar de sonreír?

—¡Mira, justamente estaba hablando de este pequeño amigo! —exclamó con emoción, dejando al felino cera de su rostro para poder sentir su pelaje— Es muy lindo.

Las 2 Colas Del Gato Perdido「Ichimatsu x Lectora」Where stories live. Discover now