26 💜 El tiempo no espera. |1|

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El pasado nos frena

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El turno de ___-chan estaba por terminar, y se sentía realmente satisfecha del «Borgia» que había entregado a su último cliente, se apoyó en la madera al lado de la caja registradora, observando como el vapor de sus preparaciones se perdía en el interior del edificio. No había salido de casa durante toda esa semana para nada más que ir al trabajo, ni siquiera cuando los hermanos le ofrecían ir a comer donde Chibita.

Para Matsuyo fue toda una lucha lavar la chaqueta que pertenecía, en vida, al viejo Aoyama. Ambas sabían que en algún momento tendría que pasar, pero siempre la escondían cuando no la ocupaban, querían que mantuviera la esencia del abuelo por el mayor tiempo posible, las hacía sentir que todavía estaba a su lado.

A pesar de los ánimos que habían mostrado el día de la apertura de la escuela, en casa todo era distinto. Ya no se reían ni seguían las bromas de los chicos, apenas sonreían ante el intento por hacerlas sentir mejor pero eso era todo; hubo un día en el que ___-chan aceptó jugar «Mahjong» con ellos, incluso ganaron de manera justa y esa fue la única vez que lograron sacarle una risita, lamentablemente no duró lo suficiente como para mejorarles el ánimo.

En el Sutabaa las cosas eran un poco más diferentes, trabajaban con el ánimo que siempre habían marcado pero parecía que habían perdido algo. Su saludo había perdido fuerza, solamente le sonreían a los clientes y perdían la noción del tiempo.

Habían tomado la manía de hurguetear la comida largos minutos antes de probar algún bocado, no sufrían de sus constantes antojos por algún dulce aleatorio que vieran camino a casa del trabajo. La única vez que ___ salió tuvo que tomar una pastilla completa, no había podio dormir durante dos días, quizás mas estando dentro. Cuando la chaqueta estaba lavándose ellas pasaban el tiempo libre releyendo el libro o volviendo a ordenar el lugar donde dejarían el jarro de cenizas cuando les hicieran entrega del mismo.

Todas estas sutiles diferencias en su comportamiento tenían más que preocupados a la familia Matsuno, lo que les servía de consuelo era la idea de que la chica volviera a la normalidad lentamente después del entierro de las cenizas.

___-chan estaba preocupada, el constante aroma a café que inundaba el lugar la mantenía concentrada en sus pensamientos, estaba preocupada por ___, ella no tenía idea de que la mayor no había estado durmiendo en lo absoluto durante esa semana, a ella también le costaba hacerlo pero sus episodios de insomnio solo duraban un par de horas. De no ser porque ese día Ichimatsu le pidió a ___ que saliera, posiblemente no se habría dado cuenta de ello y eso le molestaba.

Ichimatsu había llegado de la universidad y ellas no lo habían notado, de no ser por que entró a la habitación no habría separado la vista del libro. Lo saludó en un tono bajo de voz y él procedió como había estado haciendo, preguntándole por su día, como se sentía y si quería algo. Fue cuando la duda salió de sus labios.

—¿___, ella ha salido? —preguntó refiriéndose a la mayor, ___-chan entonces desvió la mirada en negación.

—No.

Ichimatsu hizo una mueca ante esto, eso lo mantenía el doble de preocupado pues nadie la había "visto" desde ese día y eso no significaba nada bueno. Queriendo no verse invasivo, se acercó un poco más hacia la chica, esta vez con la intención de hablarle a la mayor.

—¿Puedes salir? —pidió llevando sus manos a los hombros de la joven, quien no se movió esperando alguna respuesta de su parte—, Por favor.

Los segundos pasaron hasta que ___-chan cerró sus ojos, sus hombros se fueron hacia abajo y soltó una larga exhalación; ___ abrió los ojos con cansancio y casi de mala gana elevó la mirada hacia Ichimatsu para saludarlo con la mano.

Las 2 Colas Del Gato Perdido「Ichimatsu x Lectora」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora