Era Peter con su bolso, sacándoselo de encima; y nos miraba como que no sabía que hacíamos ambos ahí.
—M.J lo siento se me hizo tarde en el trabajo...—susurro.
—Yo me iré a dormir, Liz me espera, nos vemos mañana chicos.-y Harry se levantó para irse al cuarto.
Después de que escuche como se cerraba la puerta del cuarto de Harry, mire a Peter con los ojos tristes.
—No te preocupes se me había olvidado.-susurré.
—No parece así...-susurró el acercándose a mi.—Mírate, hasta te pusiste más linda. Perdóname.
Me tape el rostro avergonzada.
—No te preocupes Peter... vamos a dormir, ya es tarde.
Quiso besarme pero lo esquive, en parte fue sin darme cuenta por que ya quería ir al cuarto, y por la otra parte si lo hice con intención.
Me siguió por el pasillo oscuro y hacía frío por el aire acondicionado. Me voltee en seco y lo mire a los ojos.
—Júrame que no hay nadie más.-dije seriamente.
Sus ojos casi se salieron de su cabeza, y trago saliva.
—M.J, no digas loqueras.-susurró.
No era la repuesta que esperaba, pero aún así me fui a la habitación. Peter se quedó dormido minutos antes, y yo no paraba de dar vueltas en la cama buscándole una explicación a esto que sentía.
Es solo tu cabeza.
Esa fue mi conclusión. Es solo mi cabeza. Cuando decidí por fin cerrar los ojos y dormir, una luz blanca me hizo saltar.
Ay no. Una puta tormenta. ¿En serio? Ya eran las 4 de la mañana; por favor; quería dormir.
Y parecía que Thor no quería dejarme dormir por que el cielo trono por varios segundos, y me envolví en la cama y me tapé la cabeza con la almohada.
Me destapé la cabeza asustada cuando sentí que algo se movía de la cama, Peter se había levantado y se había puesto sus medias corriendo mientras se ponía la máscara.
—Peter... a donde vas Peter...-susurré varias veces asustada.
—¡Lo siento Mary Jane lo siento!-susurró.—Debo irme...
No me dejo terminar de si quiera pensar en lo que iba a decir cuando ya se había escapado por la ventana. Los truenos siguieron por varios minutos después en los que no podía dormir.
Busque mi teléfono a un lado de la cama e intente llamar a Peter varias veces, estaba preocupada. Cuando me doy cuenta de que, en una esquina de la habitación, justo en donde estaban los papeles desordenados de Peter, estaba su chaqueta que vibraba y vibraba.
Busque en ella y ahí estaba su teléfono.
En la pantalla salía una foto mía de hace unos meses atrás, cuando recién nos mudamos juntos.
Pare de llamar, y la pantalla se apago. ¿Y ahora que haría? Un trueno llamo mi atención; ya que ilumino toda la habitación. Y ahí estaba, en el mismo bolsillo de la chaqueta, una pequeña caja. La tome en manos, era blanca y de cuero. De esas que traen joyería.
—Será que...-susurre. Muchas ideas me pasaron por la cabeza, pero cuando abrí la caja eran dos aretes preciosos de oro, con pequeños diamantes. La verdad no eran mi estilo pero si Peter los había comprado para mi igual me los pondría.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Y puse la cajita de nuevo donde estaba, debía llamarlo, decirle que lo quería y que por favor, regresara a casa.
Lo llame directamente a su traje, si, suena raro, pero hasta numero tiene, y sonó una sola vez.
—M.J hablamos más tarde...
No me dejo hablar por que escuchaba un forcejeo, y además pienso qué tal vez creía que ya había trancado la llamada.
¿Estará peleando?
Me preocupe aún más.
—Déjate la máscara cariño... será más divertido...
Tranque yo.
Pasaron dos segundos. Si, dos segundos. Y espero que sepan lo qué pasó. Y que justifiquen lo que seguía después de eso.
La ventana se partió en miles de pedazos cuando lance mi teléfono a través de ella.
Más tarde, esa noche, casi amaneciendo, después de que limpiara los restos de vidrio del cuarto y recuperara mi teléfono en el balcón, y además me limpiara la sangre de los pies, ya que me había cortado un poco. Peter entró por la ventana.
