--Mary Jane, no hubiera venido acá, si no pensara por alguna razón, que tengo una oportunidad contigo.
--Pero Flash....-susurre alejando mi cabeza de la de el.--Yo no quiero volver contigo.
--Tu debes tener claramente problemas...-dijo enojado soltándome, y me sentí vacía, y sola de nuevo.--Me haces venir acá empezando la noche, me dices que me quieres, pero después me dices que no quieres volver conmigo ¿Qué clase de querer es ese?
Golpeo el borde de la azotea con sus puños, como un gorila enojado.
--Del mismo tipo de querer en el que eres infiel a tu pareja Flash.-dije. Me miró, apretando los labios, y trate de no llorar.--Yo... Me equivoque no debí llamarte, soy una idiota, pensé que arreglaríamos las cosas pero ahora me doy cuenta de que puse todo peor... Vete Flash, no sufras más por lo que dije, te perdono.
--¿Qué hago si no quiero irme?-preguntó, al cabo de unos segundos, deje de mirar al piso para verlo a él mirando hacia la calle.
--No lo sé...
Se volteó encontrándose con mi mirada, y no pude más que apretar los labios para no dejar escapar lágrimas al verlo así.
No podía negarlo más, lo quería de vuelta.
Lo quería coño, lo quería.
--Flash... Te quiero...-susurre.
El dejó escapar un "Ja" sarcástico.
--Ahora me dices que me quieres... ¿Qué te pasa por la cabez....
Me puse de puntas y tome su rostro uniendo nuestros labios para que dejara de hablar, aún con ese dulce sabor, y esa dulce sensación.
Pero recordé algo, él no era mío. Y yo no era de esas que se besaba con chicos con novia.
--Lo siento.-dije separándome de el.--Lo siento no puedo, aún que Liz me lo haya echo yo no puedo hacérselo a ella.
Me di la vuelta para irme, aún que fuera estupido, por qué igual tenía que abrirle para que se fuera y no podía huir de él.
Me tomo de la chaqueta dándome la vuelta.
--Liz y yo terminamos.
--¿Qué?-pregunté.--¿Cuándo? Si el otro día...
--Hoy, ella no soporto más la situación y terminó conmigo esta mañana, en el colegio, en el pasillo, dijo que... No podía vivir con la idea de que cuando yo cerraba los ojos para besarla pensada en ti.
Y eso era lo mismo que yo había pensando el otro día...
--Así que ya no estamos juntos...-susurro.--No estarás traicionando a nadie si me besas de nuevo.
--Pero ya no quiero hacerlo.-susurre, el miró a otro lado, para después volver a mi, y tomarme fuerte y besarme.
Y eso era exactamente lo que quería, que él me besara a mi.
El beso se había vuelto una forma de demostrar lo mucho que lo había extrañado, entre jalones leves de cabello y mordiscos. Era sentirlo de nuevo, mío, o bueno no del todo mío, sus manos se fueron a mi culo, y me enrollé a su torso con mis piernas sin separar nuestros labios.
Beso mi cuello, haciéndome cosquillas y comencé a moverme de manera extraña para que no pudiera hacerlo, lo cual causó risas en el. Se fue a mis hombros y a mi pecho dejando pequeños besitos, y lo jale del cabello para besarlo de nuevo en los labios.
Chocando su nariz contra la mía entre cada movimiento brusco, me baje de el, por qué no me gustaba mucho que me cargara, me obligó a ponerme de espaldas contra el borde de la azotea.
Besándome la espalda, y la parte trasera del cuello, mis labios buscaron los suyos, aún de espaldas, y con sus manos comenzó a tocar mi torso que se arqueaba en cada toque que él hacía.
Me volvía loca, me hizo apoyar mi cuerpo sobre el muro, aún manteniéndose pegado a mi, haciéndome sentir su cuerpo contra el mío, y solté un largo gemido, que a él pareció gustarle, por qué empezó con un extraño movimiento de caderas.
Comencé a removerme hasta quedar frente a frente, y nuestras lenguas comenzaron a pelear, y como había extrañado hacer eso con el, jalarlo del cabello y que sus dedos se clavaran en mis caderas.
Me separe, con la respiración agitada. Y unió nuestras narices provocando caricias.
--Es tarde, tienes que irte...-susurre.
Pero no quería que se fuera, y por eso lo estaba corriendo, si no se iba, iba a pasar algo que no podría negarme a hacer.
Beso mis labios de manera corta.
