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-¡Me encanta!-chille cuando Peter puso el brazalete en mi muñeca, estaba lleno de piedras de muchos colores.

La mujer sentada sobre el tapete sonrió.

—Esa pulsera está hecha para atraer felicidad.-dijo con una sonrisa. Mire a Peter con cara de niña ilusionada.

Se que el no creía en esas cosas de vibras y eso, pero yo si, pago el brazalete.

—Espera muchacho, ¿No te gustaría uno para ti?-dijo la mujer extendiendo un brazalete negro.

—No gracias yo no creo en esas...

Puso el brazalete en su muñeca al estilo, ya l tomaste ahora paga perro. Peter se negaba tanto que asustaba.

—Vamos, te lo dejo al dos por uno.

—Vamos Peter... solo tómalo.-dije en susurro.

—No señora, a otro chico le gustará y le pagará por su trabajo.-dijo el gentilmente.

—¡Necesito que te pongas ese brazalete!-chillo.

¿Que mierda?

—Te va a proteger nino, póntelo.-dijo mas serena esta vez.—Lo vas a necesitar.

Peter se lo puso derrotado.

—¿Por lo menos podría decirme de que me va a proteger?

—De la mala suerte, no te cruces con gatos negros.-dijo tan seria que me dio ganas de vomitar.

Peter palideció y seguimos nuestro camino, no quise decir ni una palabra. Y el tampoco dijo nada, y de repente, los pelitos de su brazo se alzaron, yo sabía que venía algo malo.

—¡Tengo que irme!-exclamo mientras se sacaba al bebé del pecho.

—Pero...-me estaba amarrando a Normie al pecho.

—Discúlpame amor por favor discúlpame.-repetía mientras me aseguraba al bebé al pecho.—Te lo voy a compensar.

Y antes de irse, tome su brazo fuerte para que se girara hacia mi.

—Las cosas no pasan solo por casualidad Peter.-susurré seriamente mientras con un dedo tocaba el brazalete en su mano izquierda.

Se fue corriendo.

Me giré para irme al auto, dirán que fui muy egoísta por que debí quedarme con Normie un rato en la feria pero estaba tan triste que no quería hacerlo.

Mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo, lo saque al mismo tiempo en que Normie me señalaba insistentemente un Pikachu de peluche.

—¿Donde mierda estas?-preguntó Ennio del otro lado, parecía alterado.

Y yo la verdad, ya me estaba cansando de esto. Tal vez no era para mi.

Normie chillo más fuerte por el Pikachu.

—Carmate mijo.-exclamé asustada mientras seguía escuchando las estupideces de Ennio del otro lado que tenía dos días editando la última noticia y lo único que había comido era un bolsa de Cheetos.

Normie seguía insistente.

O sea nino, a mi también me gusta Pikachu pero no es para tan...

—Ennio, ¿estas muy ocupado?-dijo seriamente sin dejar el punto fijo donde Normie señalaba.

—Algo ¿Como se te ocurre preguntar si esto...

—La gata negra, está aquí...

Pasaron 8 minutos.

Ocho minutos que le tomó a la policia en llegar al edificio, ocho minutos donde Ennio llegó con su cámara al lugar; éramos los primeros en aparecer.

—¿Que fue lo qué pasó?-preguntó Ennio.—¿Y ese bebé?-chille aterrado.

Mire Normie que tenía a Pikachu en sus brazos aferrado.

—La gata negra venia saliendo de esa ventana.-señale.—Tu y yo sabemos quien vive ahí.

Días anteriores una compañera hizo una entrevista el gobernador de la ciudad, donde el daba las gracias a Wakanda y a su rey por el obsequio del precioso vibranio para reconstruir varias cosas de la cuidad, sobre todo, la defensa de esta.

—¿Crees que...

—!No!-chillo Ennio y salió corriendo.

—¡Para!-corrimos, y digo corrimos por que el bebé estaba comiendo riéndose como si fuera más divertido eso que ir a Disney a conocer a Pluto.

Me hizo subir por las escaleras detrás de el que gritaba que no parara, y cuando y casi llegábamos, las luces parpadeaban incesantemente.

—La policía no a llegado, perfecto, tenemos varios minutos para...

—Ennio.-susurre asustada siguiéndolo a través del apartamento que tenia la puerta medió abierta, y mire la cerradura, ni siquiera había sido forzada.

Sangre en el piso.

—Mejor no vayas conmigo...

—¿Por que?-susurre.

—Trajiste el kínder sorpresa contigo. Y si es un asesinato no quiero que vea eso.

Tenía razón; no podía llegar a casa esa noche y que Liz le preguntara a Normie como nos fue y que esté solo se quede callado y 20 años después este hablándole a la psicóloga de cómo vio una escena del crimen todo Gracias a su tía menos favorita.

Ennio comenzó a caminar como si fuera Perrie el Ornitorinco; quise hacerle la música de fondo pero me resistí.

—No vas a creer esto...-susurro.—Madre de las putas...

Mi instinto me ganó y me acerqué solo un poco, solo para poder poner mi rostro y ver la escena.

Apenas venía era sangre, y un cuerpo, podía ver sus piernas detrás de la cama, y en la pared escrito con rojo.

"Violador".

Queens (Mary Jane)Where stories live. Discover now