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Gemí cuando sacó sus dedos de mi boca, caí rendida en su pecho, tratando de controlar mi respiración, Flash acaricio mi espalda, haciéndome temblar.

--No vuelvas a robarme cielo.-dijo, y me mostró la navaja que no sé en qué momento la saco de mi chaqueta. Sonreí perdida en sus ojos.

--Iba a dártela después.-dije.

--Lo sé...-susurro, sus brazos volvieron a entrelazar mi espalda fuerte.

--Voy a extrañar esto...-dije, acurrucándome en su pecho.--Es lindo.

--¿Hacerlo en el baño del colegio te parece lindo?-dijo el riendo.--Estas loca.

--Hacerlo contigo es lo lindo.-aclare. El sonrió.--¿Deberíamos volver no? Ya pasó media hora.-dije revisando mi reloj.

--Yo no pienso volver.-dijo.--Y tampoco pienso dejarte ir.

Roce nuestras narices sintiendo su cálido aliento. Malditasea, estaba enamorada.

--Flash... Eso del ejército.-comencé a hablar llamando su atención.--¿Tiene algo que ver con la cosa negra?

Medio sonrió, y toco mi rostro.

--Venom.

--¿Que?-dije sin entender.

--Su nombre es Venom, es un simbionte.-levante una ceja y medio sonreí.--¿Que?-dijo.

--Se ve que te gusta.-susurre.

--Me gusta, hasta tengo un hombre.

--¿Y cuál es?

--Agente Venom.-me carcajee unos segundos, y el igual.--¿Qué es tan gracioso?

--¿Agente?-dije.--Suenas como si fueras muy serio. ¿Tiene algo que ver agente Venom con el ejército?

--Si... Fue una opción, ir a ayudar, no te preocupes por eso, el simbionte no dejará que me pase nada malo.

--Si tú lo dices.

Pero si me tranquilizaba saber, que no iría sin protección, aún que esa protección no le sirvió de mucho la otra vez.



Peter y yo íbamos caminando de regreso a casa, por qué habíamos perdido el metro, y el próximo pasaba en 20 minutos, según el, era más rápido caminando, pero estoy segura de que ya habían pasado los veinte minutos.

--Te perdiste el resto del día ¿dónde estabas?-preguntó, con las manos en sus bolsillos, tratando de ser relajado.

--Fumando con los drogadictos debajo de las gradas.-dije, me miró asombrado.--¿En serio te creíste eso?-dije riendo.--¡No puedo creer que lo creas!

--Tu aveces eres loca...-dijo, acelerando un poco más el paso. Lo seguí.

--Espérame, tengo tacones y mis piernas están cansadas...-dije tratando de seguirle el ritmo, él bajo un poco su velocidad y me miró preocupado.

--Está anocheciendo, por favor...-dijo, tomándome del hombro.--Tengo hambre, quiero llegar a casa.

--¿Y?-dije.--¿Qué tiene eso?

--Vámonos M.J, ahora.-comenzó a jalarme con fuerza, y yo estaba extrañada, Peter no era un fanatico de la comida que se desesperaba.

Esa era yo.

Cuando de la nada estaba dentro del callejón, oscuro y húmedo, y asqueroso.

--¿Qué te pasa?-le pregunte a Peter, que trataba de levantarme del suelo.--¿Por qué hiciste eso?

--Escóndete.-dijo, metiéndome entre los contenedores de basura, que olían a diablo.

--¡Peter!-chille.--Esto es...

Pero ¡PUM! Escuche como Peter caía metros más allá al suelo, y ya no estaba frente a mi, obligandome a esconderme en ese asqueroso lugar.

En cambio, estaba un hombre con un traje mecánico, color azul Esmeralda, y me aterre más... Al ver que era el padre de Harry, el señor Osborn.

--Por fin te encuentro querida...-dijo, con una voz maliciosa que me hizo tener un escalofrío.--Vendrás conmigo.

--¡No!-chille cuando comenzó a jalarme para sacarme de mi escondite.

Y ahí, en ese momento, la basura no parecía tan mala.

--¡MUEVETE NIÑA!-gritaba jalándome, hasta que me alzo en brazos.

Antes de salir del callejón, pude ver a Peter tirado en el suelo inconsciente. Grite, todo lo que podía, entre los brazos de ese lunático que a toda velocidad me alejaba de casa.

Su risa era malvada, y de vez en cuando me dejaba caer unos centímetros para asustarme más de lo que ya estaba.

--¡SEÑOR OSBORN! ¡No haga esto!-suplique, y a lo lejos pude ver el edificio Oscorp.--¡Bájeme!-grite.

Y sorprendentemente así lo hizo, dejándome en el techo del edificio, la brisa me levantaba el vestido que luche por mantener en su lugar, y la altura me daba mareo.

Todo ahí arriba parecía un chiquero, con piezas por todos lados regadas, Popo de Paloma, nidos, el señor Osborn, alias lunático, se había alejado de mí para comenzar a teclear a un lado de lo que parecían las puertas de un ascensor.

Queens (Mary Jane)Where stories live. Discover now