--¡BÁJEME!-le grite, estaba aterrada, y además mareada, pero no lo hizo, me agarro más fuerte y comenzó a volar lejos del edificio.
Tomo algo de su cinturón y lo lanzó.
--¡AAHHHHHH!-gritaba, pero de repente, apareció Spiderman.
--¡BÁJALA AHORA! ¡Duende!-le dijo.
Y no sé si ese era su nombre, pero el traje similaba uno de esos tantos duendes que aparecían en los libros de fantasía.
Pero él solo río, su traje, mecánico, solo logró que saliera una risa mecánica y diabólica.
Y comenzó a lanzarle cosas, que comenzaron a explotar, pero Spiderman solo podía esquivarlas, entre más se movía bruscamente el extraño hombre más me mareaba.
Y más perdía la consciencia, mis párpados pesaban, y mi cuerpo no respondía, y el hombre solo me soltó.
--¿Ahora me darás mi regalo?
Fue lo último que escuche, antes de encontrarme frente a frente con una caída de mas de veinte pisos.
Para cuando volví a la realidad, me encontré de frente esa máscara color rojo, y de grandes ojos blancos.
Su mano me quitaba el cabello del rostro.
--¿Estás bien?-me preguntó, pero era como si no encontrará las palabras para responderle.
Mire a todos lados, dándome cuenta que estaba acostada en la azotea de un pequeño edificio, y justo detrás de la cabeza de Spiderman, podía ver el edificio donde había estado con Harry.
Destruido, con fuego, y gritos alrededor.
--¡HARRY!-grite aterrada al recordarlo tirado en el suelo inconsciente, me iba a levantar pero no me dejo.
--Está a salvo... Ya todos están a salvo...
--¡No, no, no!-grite.--¡El estaba matándolos!
No me respondió.
--Debo llevarte con los paramédicos, quédate tranquila.-susurro después de unos segundos, me ayudó a levantarme y me tomo fuerte de la cadera.--Agárrate.
Me agarre de su cuello, enredando mis brazos, y segundos después solo volábamos en el aire de regreso al suelo.
--¡Harry!-grite cuando lo vi, con solo pequeños cortes en su rostro, pero estaba bien, estaba sano.
Me solté de Spiderman y corri hacia Harry para abrazarlo, él me respondió el abrazo sorprendido.
--Pensé que habías muerto.--susurre llena de lágrimas.
--Yo también.-respondió.
Me volteé para ver a Spiderman de nuevo, pero ya se estaba marchando a toda velocidad por los altos edificios.
Había estado tan preocupada por Harry, que no me fijé realmente si eran ciertas mis sospechas.
--Ya no me duele tanto.-le respondí a Gwen que estaba preocupada desde que supo lo de la cena.
--Oh oh...-susurro, mire a donde veía, y era Flash que venía caminando hacia mí con un gran sonrisa.
--M.J-dijo, y sus manos se fueron directas a mi rostro, interpuse mis manos contra su pecho para que no pudiera besarme.--¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?
--¿Por qué no le preguntas a Liz?
Sus ojos se abrieron como platos.
--Yo no... No quise...
--¡Flash por dios! No quiero excusas, yo misma los vi, así que por favor... No me hables más.-dije tratando de esquivarlo.
Verlo era como si me golpearan en el pecho con fuerza.
--Pero Mary Jane escúchame...
--No quiero escucharte... Déjame en paz.-le grite, soltándome de su agarre.--Ah, y cuando veas a Liz, le dices lo mismo por favor.
Gwen venía detrás de mí, y yo apretaba los dientes con fuerza tratando de que todos los sentimientos dentro de mí se identificarán.
Pero parecía no ser así, no sabía si era tristeza, o rabia lo que sentía, prácticamente patee la puerta del baño para entrar.
--¿Todos los hombres son unos idiotas?-grite.
Gwen entró detrás de mí.
--No todos son así...
--Claro, no todos.-dije recordando que ella estaba con Peter, y él era buen chico.--Entonces ¿Por qué todos los que me tocan a mi son unos estupidos?
Gwen río.
--Algún día llegara el chico que sea para ti. No lo apures.
--Ya pareces mi mama Gwen. Mejor vamos a clases.
--Si, y me sigues contando todo con detalle de lo que pasó.
--Si...
Al llegar al salón nos encontramos a Peter, y nos sentamos con el.
--¿Dónde te metiste esa noche? No te vi más...
--Yo... Yo no pude ir a la azotea.-respondió nervioso.
--¿No pudiste? ¿Por qué?
--No me dejaron pasar. Dijeron que ya habían muchas personas, me hubiera encantado estar ahí cuando apareciera Spiderman para tomarle unas fotos.
--Hablando de él...-susurre, causando que me mirara atentamente.--Podrías darle las gracias de mi parte ¿Si?
--Claro, no hay problema.-respondió.
--Siempre le e dicho a Peter que me lo presente, pero jamás quiere.-dijo Harry, colocando cara de enojo.
Pero el enojado parecía más un cachorrito mojado.
--¿Y a mí?-le pregunte.
--Menos, quién sabe si te gusta o algo.-dijo Harry, lo golpee fuerte en el brazo. Se quejo.
--No digas tonterías Harry.
Gwen río.
