Capítulo 13

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"Creí que había magia en ti, sobretodo cuando me sonreías. Pero entonces me besaste, y ya no supe darle nombre a lo que iniciaste..."

-Por un Arrebato (Samaí Jara)

Capítulo 13

No tengo idea de porqué, pero esta vez estaba muy emocionada, la celebración de la "Víspera de las Bodas" era algo que jamás pensé celebrar. Al menos no la mía, en mis planes no estaba casarme, mucho menos con alguien a quien no amará —aunque ese asunto necesitaba ser revisado— pero las mejores cosas son las que no se planifican.

Y todo indicaba que lo que sea que iba a pasar el día de hoy, sería digo de mención. Y me emocionaba.

—Mi lady, no estoy segura de que pueda usar ese vestido —Sonreí y mire a Marisa con una ceja arqueada.

—Y esa, mi querida, es la razón por lo que lo uso. Me encanta mostrar demás.

Y cuando sus mejillas se tornaron rojas y sus ojos se ampliaron, trate de no reírme.

—Solo bromeó, Marisa. Es solo que esté vestido me encanta.

Marisa por toda respuesta sonrió y se giró a seguir doblando mi ropa.

—Vamos, al menos dime que luzco bien.

Marisa alzó la cabeza mientras me miraba confusa.

—Pensé que ya sabía lo hermosa que está.

Le guiñé un ojo, últimamente me gustaba hacerlo, no tengo idea de por qué.

—Lo sé. Es decir, soy hermosa, pero este vestido... es simplemente increíble —Marisa se tornó más colorada —Es solo que nunca está demás recibir un cumplido.

Y mi tímida doncella se río entre dientes.

—Quisiera tener su confianza, mi lady.

La miré boquiabierta, mientras me echaba un poco de perfume, luego caminé con el frasco en la mano.

—¿Te digo mi secreto? —Me acerqué a dónde estaba sentada, ella sonrió —Es este perfume —Marisa puso los ojos en blanco —No, de verdad. Te lo juro. No muchas veces soy segura de mi misma, pero me mentalizo que cuando uso esto, la confianza viene incluida. Lo hice por tantos años que ahora es una realidad, y cuando necesito un poco de seguridad ¡Tadá! Unas gotas de perfume y basta.

Marisa tomó el frasco con manos temblorosas.

—Eso es ridículo —me reí, junto con ella.

—Lo es, igual que cuando me llamas "Mi lady" y no "Leah", pero tú lo sigues haciendo. Igual que yo.

Marisa negó.

—No es lo mismo.

Le quité importancia con las manos.

—Vale, pueda que no sea lo mismo, pero... eso no cambia el hecho de que por hoy tengo demasiada confianza en mí. ¿Por qué no me ayudas y desapareces el frasco?

Marisa abrió los ojos, espantada. Traté de reprimir una sonrisa.

—¡No puede echar a perder el frasco por una estúpida idea! ¡El perfume es delicioso!

—Entonces llévatelo.

—¿Cómo cree? Yo no... —

—Bien, entonces lo echaré.

—¡No! —Marisa, niega —Yo... yo me haré cargo del perfume.

Me levanté de un salto, pues me había encorvado con el transcurso de la habitación.

Por Un Arrebato © |COMPLETA|Where stories live. Discover now